BODEGAS DOMINIO DE ATAUTA
La revolución de la viña soriana
Atauta es una aldea soriana que conserva uno de los circuitos de arquitectura popular del vino en mejor estado de Castilla y León. Y, como localidad emplazada en el ámbito del Duero, cuenta con siglos de existencia de cultivo de la vid. Pero su fama se multiplicó gracias a Dominio de Atauta, una bodega nacida con el siglo XXI y que en la última década ha irrumpido con fuerza, generando toda una revolución en la vitivinicultura soriana.
Su activo más importante tiene mucho que ver con la raíces del solar de sus viñas viejas en vaso y las de un grupo hombres y mujeres que, a diario, mantienen intactos los criterios enológicos y agronómicos que dan personalidad a sus vinos. Dominio de Atauta, a pesar de haber cambiado de dirección enológica, gestión y propietario, ha mantenido una envidiable regularidad in crescendo, respondiendo a la esencia del terruño. Una guerrilla ilusionada capitaneada por el enólogo vallisoletano Jaime Suárez, con una larga experiencia profesional en el Duero, y el responsable en viticultura Ismael Sanz, natural de Bocigas de Perales e hijo de viticultores.
Jaime logra el equilibrio sensorial cuidando todos los procesos de elaboración, desde la entrada de uva separada por parcelas hasta el embotellado con fases de fermentación y crianza medidas en función de cada vino. Ismael, por su parte, cuida de la materia prima y de los majuelos en vaso por parcelas y aplica las prácticas culturales necesarias a cada pago dentro de un verdadero mosaico situado a los pies de la bodega, justo al lado del conjunto de arquitectura popular de bodegas y lagares tradicionales.
Todavía suenan los nombres de enólogos que dejaron su huella en Atauta como el francés Bertrand Sourdais, la salmantina Almudena Alberca o el enólogo manchego Eulogio Calleja, recordados con cariño y respeto por el propio Jaime Suárez.
La última visita a la viña y bodega de su actual propietario, Manuel Jové, fue hace dos años, seis antes adquirió la bodega para integrarla en su grupo de empresas. Jové, fundador de Fadesa, está al frente del grupo Inveravante al que pertenece Avante Selecta, división que cuenta con bodegas en distintas zonas de Castilla y León y de España. Esta vez sí. Un señor del vino cuenta con buenos vasallos en el curso alto del valle del Duero.
Entre ellos, Alberto Lozano, descendiente de San Esteban de Gormaz y bodeguero de la otra bodega del grupo, Atalayas de Golbán; Elisa de Miguel, responsable de laboratorio y natural de San Leonardo de Yagüe, y Teresa de la Torre, también de San Esteban de Gormaz y al frente de la administración y de otros muchos quehaceres. También del mismo pueblo, un joven formado en la escuela de enología de los gabrielistas, Adrián Izquierdo, actualmente en prácticas y Fermín Redondo, de San Esteban y bodeguero de Dominio de Atauta.
A ellos se suman el jefe de producción, Andrés Pajares, y Elliot Lecina, peón de bodega, ambos de San Esteban. Sin olvidar a Constantin y a Marián Baba, padre e hijo, dos búlgaros integrados en el trabajo de campo de la bodega. Todos ellos forman parte de un éxito que los consumidores conocen con las etiquetas Viridiana, La Celestina, Parada de Atauta y Dominio de Atauta.
Y los vinos que alcanzan el clímax por su definición, como los que llevan el nombre de los pagos La Mala, Llanos del Almendro y Valdegatiles. En unos meses saldrán las nuevas incorporaciones de los elaborados con uvas de la Roza y San Juan, partidas que no superarán las 500 botellas.
Las etiquetas de sus vinos viajan por el mundo desde hace años. Algunos de ellos son ya habituales de las mesas de cata de los prescriptores internacionales y apuntes obligados para sumilleres y críticos especializados. Desde que esta bodega irrumpió en el mercado de los vinos de calidad, el Duero devolvió a la parte soriana el protagonismo merecido.