El motor del vino soriano

El Almacén de Pepe es una de las tiendas especializadas que cierran el círculo en el sector de vino en la región y una referencia soriana obligada. El alma de esta empresa de distribución y venta, nacida en el 2004, es, sin duda, José Hernández Orte. Pepe, para todo el sector de la hostelería. Desde su almacén, ha contribuido especialmente al germen de los primeros sumilleres y a fomentar la cultura y el consumo de vinos de calidad en toda la provincia. Pepe, de forma personal, colabora activamente con aficionados, clubes de cata y jornadas gastronómicas, pero el mayor acontecimiento que ha marcado El Almacén de Pepe es la organización desde 2018 de los encuentros de bodegas de la DO Ribera soriana. Este año se celebrarán el miércoles 22 de junio en el restaurante El Kiosko.

Pepe es de la añada del 54 y prácticamente toda su vida ha estado vinculado al mundo del vino. Y eso que en su infancia lo que veía por la ventana eran las nieves del Moncayo desde su casa Castilruiz, su pueblo natal. Su conocimiento del sector le viene de su etapa en la hostelería familiar, durante los años que regentó el restaurante Iruña. Desde hace 15 años, El Almacén de Pepe es la empresa desde la que ha defendido el consumo del vino de la Ribera del Duero en la capital y la provincia. Hoy, asegura que es difícil encontrar un mesón, un restaurante, un gastrobar o una tienda de alimentación que no tenga, como mínimo, tres referencias de la Ribera del Duero soriana. Atrás han quedado los tiempos en los que solo estaban, junto a la presencia notable de los riojas, aquellos primeros tintos de la Ribera del Duero de Burgos y Valladolid.

Todo ha cambiado por fortuna, dice, «el consumidor y el hostelero sorianos hoy se abren a la cultura del vino y no es difícil encontrar en las cartas de Soria cepajes franceses aragoneses o vinos de verdejo, Juan García o garnacha». Recientemente se incorporaron entre sus referencias vinos de uvas godello y mencía de la DO Bierzo, las últimas de Bodega del Abad, con muy buena aceptación. La prueba de que Soria está en sintonía con lo que está pasando en el mundo del vino en otras zonas.

Hasta hace pocos años, Soria permanecía en el anonimato del vino español y solo era un apunte en el mapa de los vinos regionales. A pesar de que el río que da nombre a la ribera nace en sus montañas y de su participación desde el origen en la DO, ha sido en la última década cuando ha explotado el vino soriano. En esta ocasión, la docena de proyectos enológicos, todos amparados por el Consejo regulador, con el mismo criterio que el resto de las bodegas ribereñas de Valladolid, Burgos y Segovia.

Durante muchos años, la referencia del vino soriano de Ribera venía de la mano de la Cooperativa San José Obrero, en San Esteban de Gormaz. Sin duda, el motor que detuvo en buena medida la desaparición de las viñas viejas y la actividad vitícola en el corazón de la ribera soriana, que hoy recibe tantos aplausos.

Casi dos décadas después surgió la bodega de Castillejo de Robledo, a la que se unió la de Langa de Duero. Este tridente abrió el paso en los 90 a las etiquetas de los vinos sorianos. Después, llegó el fenómeno Atauta, una iniciativa decisiva para abrir un campo hasta entonces silenciado: el valor de los pequeños majuelos de las viñas viejas de suelos diferentes al resto del curso del río y del valle. Surgieron bodegas familiares, inversiones medidas, proyectos en solitario y se abrió, por fin, el inicio de la mejor etapa del vino soriano de la historia.

Hoy, Pepe puede ofrecer a su clientela en torno a 20 etiquetas diferentes de vinos con el aval de la DO Ribera del Duero y en su tienda están representadas las doce bodegas elaboradoras inscritas en el Consejo regulador. Además, cuenta con toda la gama de vinos de calidad de las denominaciones de la región y cerca de un millar de referencias y un buen abanico de vinos top, casi la lista de los más puntuados por los prescriptores.