Bodegas Nabal (DO ribera y Arlanza)
Dos bodegas, un destino
La familia Navarro Balbás ha sido una de las grandes impulsoras de la D. O. Arlanza. Ahora aterrizan con un nuevo proyecto en pleno corazón de la Ribera
La historia de la familia Navarro Balbás está unida a la tradición vinícola. Desde su pequeña bodega en la villa Ducal de Lerma, llevan más de 20 años elaborando caldos de gran calidad con la etiqueta de Bodegas Lerma, los cuales han conseguido numerosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales como el Gran Cinve en 2015 o el oro y la plata del Vinalies Internationales en 2013 y 2014 respectivamente, entre otros. La inquietud de estos bodegueros les ha llevado a lanzarse a retos mayores y en 2014 elaboraron su primer vino de Ribera del Duero bajo la denominación de Bodegas Nabal.
Como explica su gerente, Daniel Navarro, Bodegas Nabal es un ‘reto’ que su familia tenía desde hacía tiempo. Sin dejar de lado sus vinos de Lerma, querían lanzarse a un proyecto de mayor envergadura con una bodega que fuese visitable y en la que el enoturismo fuera uno de los puntos fuertes, para así reforzar también sus vinos de Arlanza en el mercado.
Daniel Navarro reconoce que los comienzos del nuevo proyecto en la D.O. Ribera del Duero no fueron fáciles, pero con ‘ganas e ilusión’ consiguieron sacar adelante dos cosechas de una excelente calidad que les permitieron lanzarse al mercado con vinos con gran potencial.
Los tintos de Bodegas Nabal se caracterizan por su gran potencia en boca, con un alto índice de color y muy golosos. Aunque tienen una importante graduación alcohólica, se ve compensada con su estructura y una buena acidez que, junto con un tanino presente pero redondo, dotan a estos caldos de una gran longevidad en la botella.
En estos momentos están inmersos en la elaboración de sus tintos de alta gama que próximamente saldrán al mercado y en los que además se emplea una elaboración con un porcentaje de vendimia entera, sin despalillar, así como la variedad Merlot que termina de completar la complejidad de estos vinos, como explica Daniel Navarro.
El carácter de estos vinos viene determinado, como no podía ser de otra manera, por la procedencia de la uva. Así para Valle de Naval, un tinto de nueve meses en barrica, los viñedos de los que procede la materia prima tienen en torno a 40 años. Por su parte, para Nabal, un tinto con cuerpo de 14 a 16 meses de crianza, los viñedos son más viejos, entre 50 a 80 años.
Además de sus tintos Bodegas Nabal elabora un rosado muy especial, Nabal Rosé, en el que convergen tres variedades de uva autóctonas como son la Tempranillo procedente de viñedos de no más de 30 años, junto con la Garnacha y la blanca Albillo de parcelas viejas en las que estas variedades están presentes de manera minoritaria.
Por su parte, sus vinos de Arlanza (Lerma y Gran Lerma) se caracterizan por ser más frescos, con predominancia de aromas balsámicos, con un tanino más presente, pero que se contrarresta con la maduración en barricas de roble americano y francés de tostados medios. Su principal aspecto diferenciador es la intensidad del color y la capacidad de envejecimiento y guarda que posee por su acidez natural. Estos elementos diferenciadores se deben a las características del terruño, un viñedo muy viejo en altitud que se acentúa con el riesgo de heladas y las temperaturas bajas, lo que lleva a que la maduración sea más lenta que en Ribera del Duero.
Estos dos perfiles de vino tan diferentes también son idóneos para disfrutarlos en momentos muy particulares. Como destaca el gerente de Bodegas Nabal ‘los vinos de Ribera son más fáciles para beber con gente de diferentes niveles culturales sobre el vino. Por otro lado, los vinos de Arlanza son vinos para sorprender, para descubrir’.
Bodegas Nabal elabora una media de 200.000 botellas anuales y han ido aumentando su producción poco a poco, salvo 2017 que se caracterizó por una cosecha mermada por los hielos. Así, aunque sus instalaciones están preparadas para elaborar hasta 500.000 botellas, la apuesta por elaborar caldos muy cuidados y con la máxima calidad es lo que finalmente condiciona su producción.
Los vinos de Bodegas Nabal han llamado la atención del mercado internacional, con lo que la exportación es uno de sus objetivos prioritarios. Así los caldos de Nabal llegan ya a países como Bélgica, Suiza, Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Alemania o México y ponen ya su foco en mercados que cada vez están adquiriendo mayor nivel de cultura del vino como son el asiático y Rusia.
Como comenta Daniel Navarro ‘el consumo de vino en España es uno de los menores de toda Europa, cosa que desde las bodegas estamos intentando cambiar para llegar cada día a más personas’.
Precisamente por esta razón, en Bodegas Nabal están ahora inmersos en un proyecto de enoturismo aprovechando un entorno paisajístico y natural excepcional y la tradición vitivinícola en la localidad ribereña de Gumiel de Izán donde se encuentran. De esta manera, la bodega se abre al visitante para ver de cerca el proceso de elaboración del vino y conocer de primera mano sus diferentes pasos siguiendo el recorrido que hacen las uvas hasta su transformación en vino y finalizar en el embotellado y etiquetado. Todo ello de una manera didáctica, divertida y para todos los públicos. Además, como broche final a la visita, se ofrece una degustación de dos vinos de la bodega acompañados de un tentempié con productos propios de la tierra.
En su afán por dar a conocer la cultura del vino y acercar al gran público los caldos que elaboran, Bodegas Nabal participa en eventos gastronómicos con el Maridaje como protagonista donde los platos siempre están acompañados del vino más adecuado para las características de cada elaboración. De esta manera no sólo sirven para acercarse al consumidor final, sino también para conocer sus impresiones y buscar la excelencia en sus caldos.
Como cualquier proyecto que comienza su andadura, Bodegas Nabal tiene mucho recorrido y un futuro muy prometedor dentro de la DO Ribera del Duero como destaca Daniel Navarro. ‘El principal objetivo es mantener la máxima de calidad de nuestros vinos, que les guste a la gente y que lo disfruten como lo hacemos nosotros durante su elaboración, además de la experiencia enoturística que tenemos planteada. Una meta es conseguir que esta bodega sea un referente en la denominación, que la gente venga a visitarla y ayudar en la promoción de la cultura del vino’.