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PICO SAN MILLÁN (2.131 M.)

Los techos de Burgos

Un recorrido por la Sierra de la Demanda partiendo de la localidad de Pineda de la Sierra, por la vertiente sur, nos descubre bellezas a cada paso

Dos montañeros disfrutan del merecido descanso desde la cumbre del San Millán.-N.S.

Publicado por
NACHO SÁEZ
Valladolid

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Uno de los destinos que nunca nos cansamos de recomendar a todos aquellos que disfrutan de las actividades en el medio natural en cualquiera de sus disciplinas -senderismo, montañismo, BTT, trail running, etc.- , es la Sierra de la Demanda.

Sus suaves relieves, inigualables bosques, trepidantes arroyos, atractivos senderos y altas cumbres hacen que en esta sierra sea posible disfrutar al máximo, en un entorno todavía muy salvaje y bien conservado.

El extremo más occidental de esta sierra se extiende durante muchos kilómetro por la provincia de Burgos, con interesantes cumbres, entre las que destaca, por ser el ‘techo de la provincia’ el Pico San Millán, que es la montaña a la que vamos a dirigir nuestros pasos.

Existen varias alternativas para alcanzar su punto más alto, pero de entre todas ellas, quizás las más atractivas sean dos. La primera, sería la que recorre su vertiente norte, partiendo de la localidad de Santa Cruz del Valle Urbión, atravesando un extraordinario paisaje que remonta desde el fondo del valle en busca de las fuentes del río Urbión. La segunda alcanza su cima por la vertiente contraria, por la sur, partiendo de la preciosa localidad de Pineda de la Sierra con un relieve mucho más alomado y cómodo.

En esta ocasión nos vamos a decantar por la última opción, que parece la más recomendable, pues las lluvias de las últimas fechas han podido complicar en alguna medida el ascenso directo por la vertiente norte, pues su itinerario discurre muy próximo a los cursos de agua.

Partiremos, por tanto, de Pineda de la Sierra, uno de los núcleos urbanos más característicos de la provincia de Burgos. Su rica arquitectura, de nobles casonas blasonadas de sillares de arenisca de un rojizo intenso dan cuenta del esplendor que tuvo esta localidad en el pasado, vinculado a la ganadería trashumante de la zona.

Nuestra excursión parte del mismo núcleo urbano. La carretera que atraviesa el pueblo describe una amplia curva hacia el sur, tras lo cual, dejaremos a nuestra izquierda una casa. Inmediatamente después abandonaremos la carretera para tomar un camino hacia el este, que rápidamente da un giro de noventa grados hacia el norte. Tras un nuevo giro que nos coloca de nuevo mirando hacia el este, el camino gana pendiente para encaramarse loma arriba, lo que nos permitirá disfrutar de las vistas sobre la cima sur del Pico Trigaza, desde la que más adelante emprenderemos el camino de vuelta. Si nos giramos hacia atrás, veremos la cumbre del Pico Mencilla y su impresionante vertiente norte que asciende verticalmente desde el Valle del Sol, en un entorno privilegiado en el que muchos burgaleses aprendieron a esquiar gracias a la modesta estación de esquí que allí se ubicó.

El camino de roderas no ofrece dificultad para seguirlo, aunque a lo largo del trayecto encontraremos frecuentemente hitos que lo marcan. Al llegar a la cota 1570 metros (algo más de una hora de ruta) el camino desemboca en una buena pista, a la que nos incorporamos en sentido ascendente, manteniendo en todo momento nuestro rumbo hacia el este. A partir de aquí iniciamos un tramo en el que habrá que estar atentos a los desvíos. La primera bifurcación la encontraremos quinientos metros más adelante, donde deberemos tomar la pista de la izquierda. Tan sólo ochocientos metros después veremos como otro camino se aproxima al nuestro, también por la derecha, pero nosotros seguiremos de nuevo rectos despreciando también este desvío. Casi sin tiempo a darnos cuenta encontraremos una nueva bifurcación -quizás sea esta en la que pueda ser más fácil despistarse-. En esta ocasión, por primera vez deberemos tomar el camino de la derecha que coge en este momento una pendiente más fuerte. Apenas hemos recorrido por este nuevo camino trescientos metros, deberemos abandonar la buena pista a la altura de un hito, para tomar -a la izquierda- un sendero que va progresando por la loma hasta la cumbre del Pico Tres Mojones (1.934 metros). Desde aquí ya damos vista sobre la cumbre del San Millán, con lo que simplemente nos quedará progresar por la loma siguiendo los hitos durante casi kilómetro, salvando los escasos doscientos metros de desnivel que nos separan del techo de la provincia de Burgos (2.131 metros, unas 3,5 o 4 horas de marcha).

Nos encaramamos así a la segunda montaña más alta de toda la sierra de la Demanda, rematada por un vértice geodésico, un curioso buzón y los restos de un antiguo pluviómetro. La primera sería el Pico San Lorenzo -con tan sólo cuarenta metros más-, bien visible desde aquí, cumbre que es a su vez el techo de la vecina comunidad de La Rioja. A nuestros pies, hacia el norte, se abre un imponente circo glaciar que durante buena parte del invierno suele estar totalmente tapizado de nieve, que finaliza en un hermoso valle que se prolonga hasta Santa Cruz del Valle Urbión.

Puesto que nuestra intención es describir un itinerario circular, continuaremos nuestra ruta hacia el noroeste, en un rápido descenso de más de doscientos metros de desnivel que nos dejará en el Collado Flecho. Desde aquí, y siguiendo una vez más la línea de cumbres, nos tocará afrontar el último tramo de subida, que nos lleva en poco más de una hora en la cumbre sur del pico Trigaza (2086).

El regreso hacia Pineda lo haremos dejando ya el cordal. Para ello nos encaminamos hacia el sur por una pedregosa loma con fuerte pendiente aunque fácilmente transitable a pesar de no contar con un sendero claramente definido. Será un tramo de casi kilómetro y medio, en el que descenderemos doscientos sesenta metros de desnivel hasta encontrarnos con un buen camino que pronto desemboca en una ancha pista que, en dirección suroeste, poco a poco se va aproximando hacia el fondo del valle para dejarnos de vuelta en el centro de Pineda de la Sierra.