ROMÁNICO PALENTINO
Un festival de arte y naturaleza en la montaña
Durante estos días de otoño la Montaña Palentina cobra luz y color / Se trata de una oportunidad única para descubrir esta zona del Parque Natural de Fuentes Carrionas-Fuente Cobre que alberga la última edición de las Edades del Hombre / La muestra de arte sacro se clausurará el próximo 9 de diciembre
La Montaña Palentina es un lugar que sobresale por su belleza natural. Los derrames de la cordillera Cantábrica están cubiertos por los frondosos bosques del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, uno de los tesoros de la provincia. El entorno cobra mayor vida si cabe durante estos días de la época otoñal en la que la naturaleza de la zona luce una amalgama de colores.
Se trata de una ocasión única para conocer este lugar repleto de arte y naturaleza que atesora el mayor volumen de monumentos y restos románicos no solo de España sino también de Europa. A ello se suma la recta final que encara la exposición de las Edades del Hombre, que bajo el título ‘Mons Dei’, será clausurada el próximo 9 de diciembre en Aguilar de Campoo, una localidad llena de encanto y de gentes hospitalarias con soportales y casas voladas con entramados de madera situada en la comarca del Alto Pisuerga. La villa conserva su marcado carácter medieval y es la puerta de entrada a la Montaña Palentina y al Románico Norte. Da la bienvenida con el emblema ‘Arco y Aroma’ que hace alusión a su gran patrimonio monumental y la tradición galletera de esta tierra. Aguilar de Campoo presume del título de villa, que Alfonso X el Sabio le otorgó en 1255 y se puede considerar un gran museo al aire libre, ya que fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1966.
RECTA FINAL de ‘MONS DEI’
Desde que fuera inaugurada la muestra ‘Mons Dei’, el pasado mes de mayo, han sido más de 100.000 los visitantes que no han querido perderse la ocasión de contemplar las obras de artistas de la talla de Gregorio Fernández, Juan de Juni, El Greco, Alonso Cano, Goya, Berruguete, Alejo de Vahía, entre otros muchos, que se estructuran en siete capítulos.
A solo un kilómetro del centro, la antigua abadía de Santa María la Real (siglo XI) acoge el Centro Expositivo ROM. Además de informar sobre los monumentos del itinerario, en su iglesia se proyecta un audiovisual que muestra cómo era la vida de los monjes medievales y los trabajos estacionales que realizaban, mientras que el claustro y la sala capitular han sido rehabilitados. Junto a este emblemático edificio, Aguilar de Campoo guarda a las afueras del pueblo, en el Cerro del Castillo, otro vestigio de este estilo artístico predominante entre los siglos XI y XIII.
Las sedes de la exposición de esta vigésimo tercera edición han sido la Colegiata de San Miguel, donde se combinan diferentes estilos desde el románico hasta el renacentista, y la iglesia de Santa Cecilia. Este templo que se asienta a las afueras de la localidad palentina, en la ladera sureste del castillo, destaca por su robusta torre y uno de los capiteles más bellos del románico español, donde muestra escenas de la Degollación de los Inocentes.
Pero si salimos de Aguilar de Campoo podemos descubrir innumerables joyas de arte románico que están esperando a ser descubiertas por el visitante. Una de ellas nos lleva a San Salvador de Cantamuda, en la comarca palentina de La Pernía. Su antigua colegiata, fundada en 1185, se halla enclavada al pie de la cordillera Cantábrica. Lo que más llama la atención del edificio es la gran espadaña de tres cuerpos, convertida en el icono del Románico Palentino. También merece la pena acercase a conocer la iglesia de San Miguel, que se levanta sobre una loma en Valoria de Aguilar.
Ya de vuelta a casa es recomendable detenerse en Lomilla, una pedanía de Aguilar de Campoo cuyo modesto templo de San Esteban es el paradigma del románico rural. Cruzando al otro lado de la nacional se llega a Santa María de Mave (siglo XIII), sobria iglesia recientemente remodelada, cuyo monasterio acoge una hospedería. Desde Mave es fácil acceder a pie al cañón del río Pisuerga y, por una ruta más larga, a Las Tuerces, un cerro de rocas kársticas caprichosamente modeladas. Si continuamos por la autovía encontraremos muy cerca de allí Olleros de Pisuerga, donde se encuentra la iglesia rupestre consagrada a los Santos Justo y Pastor. Esta iglesia impresiona directamente al contemplarla, excavada directamente en una gran roca. Se puede visitar acompañados de un guía local, que nos explicará las curiosidades que guarda y los juegos de luz que los constructores supieron aprovechar de una forma única.
El viaje prosigue jalonado de atractivos enclaves, a los que se llega tomando cortos desvíos desde la carretera nacional. Un ejemplo es el valle de Ojeda, punteado de templos románicos: Santa Eufemia en Cozuelos, con primorosos capiteles, San Andrés del Arroyo, con armonioso claustro, y la iglesia de Moarves de Ojeda, con una portada soberbia. A poca distancia, los ríos Pisuerga y Boedo confluyen en Herrera de Pisuerga, villa desde la que se extiende la triguera comarca de Tierra de Campos, por la que discurre la milenaria ruta jacobea.
En esta comarca no debemos dejar la escapar la ocasión de detenernos en Frómista. En esta población es visita obligada el templo de San Martín de Tours, declarado Bien de Interés Cultural. Esta iglesia, construida en el siglo X, consta de tres naves y crucero rematado por el cimborrio octogonal sobre trompas. Este edificio está considerado arquetipo y síntesis del estilo románico.