El auténtico ibérico para untar

Estuvo siempre vinculada a la empresa junto a su hermano Ignacio Carrasco, dueño de la fábrica de chacinas centenaria situada en Guijuelo, la mítica ‘milla de ibérico’ que hunde sus raíces en 1896.

Siempre discreta, la tía Domitila fue una segunda madre para los hermanos Joaquín y Fernando, actuales propietarios y cuarta generación de la empresa familiar La Hoja del Carrasco. «Recuerdo que cocinaba muy bien y siempre le pedía a mi padre cuando empezaba la campaña de la matanza que le trajera de la fábrica los ingredientes naturales del cerdo para elaborar paté de hígado de cerdo. Era espectacular.

Volaba enseguida», comenta Joaquín. Desde hacía tiempo quería de alguna manera devolver ese legado y recordar a esa persona que falleció en el año 2007 por la que sintieron tanta admiración y cariño y que para ellos representó una segunda madre.

UNA RECETA ÚNICA

Joaquín siempre tuvo interés en conocer la receta con la que se elaboraba esta delicia para untar con los mejores ingredientes que uno pueda encontrar en el mercado. Tanto es así que en más de una ocasión acompañó a su tía durante el proceso de elaboración. Esas notas con la receta de su tía Domi las guardó ‘como oro en paño’ hasta que por fin han visto la luz. Un ‘alumbramiento’ que casi ha coincidido en el tiempo con su estreno como padre, por lo que está viviendo un momento cargado de emociones y recuerdos.

Hace veinte días que se ha visto saldada esa ‘deuda familiar’ al lanzar al mercado la primera remesa de paté 100% natural y auténtico de La Hoja del Carrasco. «No lleva ni conservantes, ni colorantes, va esterilizado», comenta el empresario salmantino. En él se han empleado las mejores materias primas como la manteca de cerdo que la elaboran de forma artesanal ellos mismos. Y no sólo en lo que se refiere la cárnica. El brandy que emplean, de Bodegas Tradición, tiene 25 años y un precio de 40 euros la botella.

«Mi tía siempre decía que el brandy era fundamental. Da un sabor espectacular. Podríamos utilizar otro más asequible pero no sería lo mismo», comenta.

Por el momento han elaborado 19.000 tarros de 100 gramos que en tan sólo unos días está teniendo un éxito sorprendente. «A todo el mundo le está gustado su sabor». Joaquín echa cuentas para avalar con cifras el reconocimiento que está teniendo su paté. «Del primer pedido de 250 cajas de 12 tarros tan sólo me quedan en la fábrica 10, está teniendo mucho éxito».

Por el momento podemos encontrarlo en tiendas especializadas gourmet no solo de Castilla y León sino de prácticamente toda España. «Las primeras sensaciones son muy buenas, es un paté espectacular».

Aunque es pronto para hacer pronósticos a largo plazo, la idea de la empresa es aumentar la producción el próximo año y los canales de distribución, con el objetivo de ir ampliando la red de clientes a la hostelería, donde ya trabajan con afamados restauradores, entre ellos varios estrellas Michelin en el apartado de los embutidos.

La empresa continúa así la senda por la calidad emprendida en 1896 con nuevos productos que se incorporan a esta gran familia de ibéricos. Cada año esta industria famosa por elaborar embutidos que «recuerdan a las matanzas de toda la vida» sacrifica en torno a 2.500 cerdos que son alimentados únicamente con bellota. Sus chacinas son tratadas como auténticas joyas de artesanía en un minucioso proceso de elaboración.

Ahora sus patés vuelven a traer nostalgias y recuerdos a las meriendas de la infancia.