ARISOFT
Un ‘profe’ virtual por carreteras del mundo
Carlos Arias lidera en Zamora un grupo empresarial especializado desde hace dos décadas en la creación de manuales y test para autoescuelas y en la realización de simuladores de conducción, que llegan ya a 20 países.
Hace 22 años que Carlos Arias (Zamora, 1971) terminó de estudiar Empresariales y, en el lapso en el que decidía a qué quería dedicarse, inició de forma autodidacta el diseño de un software para la gestión de autoescuelas pensando en facilitar la labor que la familia desarrollaba en un negocio de este tipo en Zamora. «El proceso fue tan largo que al final, después de más de un año y medio de trabajo, decidí dedicarme a ello y a partir de ahí ese software, probado primero en la autoescuela familiar, se fue introduciendo en otras provincias españolas», señala. A día de hoy, después de tantos años, es un producto que sigue vigente y «uno de los más valorados del mercado» tanto a la hora de llevar la contabilidad como el control de los alumnos, según comenta.
Ese primer programa de gestión fue el germen de Arisoft, empresa creada en 1997 bajo la que se fueron desarrollando más productos para el funcionamiento de las autoescuelas y para todos los aspectos relacionados con la formación, desde programas de test y manuales para quienes quieren sacarse cualquier permiso de conducción, optar a la dirección de autoescuelas o hacer las pruebas de examinador de tráfico, a audiovisuales explicativos relacionados con la seguridad vial, un aspecto que se implementó también para el sector del transporte.
Durante ese trayecto empezaron en 2011 un proyecto para el desarrollo de simuladores de conducción, que fue creciendo hasta generar una nueva empresa dentro del grupo, Drivesim.
Este producto tiene dos aspectos bien diferenciados, explica Carlos Arias. Por una parte, el hardware, que puede ser un vehículo real adaptado «que ofrece una gran sensación de realismo, ya que se está manejando un coche convencional», o una pieza creada específicamente por la empresa, en la que se reproducen los diferentes elementos que intervienen en la conducción de un coche.
Y, por otra, el software, a través del que se generan diferentes situaciones que se puede encontrar un conductor y a través de las cuales se entrena la manera de responder a ellas. «Buscamos situaciones de riesgo y otras que el conductor no se encuentra habitualmente cuando está dando las clases, como puede ser niebla o lluvia repentina».
En el caso del uso de los simuladores en acciones de prevención en riesgos laborales viales «se trata de reproducir fenómenos que permiten ejercitar los reflejos y determinar cómo reacciona el conductor, en el caso del aquaplaning, por ejemplo, o de un niño que invade la carretera desde detrás de un contenedor o cuando el resto de los conductores tienen una conducción agresiva».
Las circunstancias son múltiples como lo son también los escenarios en los que se lleva a cabo la conducción, a veces no tan frecuentes, como una carretera de montaña, una zona de obras, un túnel, zonas de peaje o puentes. «Van evolucionando, tanto en el hardware como en el software, adaptándose incluso a las señales y normas de circulación que hay en los diferentes países». De hecho, añade, los simuladores se ofrecen ya en más de una decena de idiomas.
El mercado de los simuladores de conducción se desarrolla en dos vertientes diferentes: por un lado la formación que se imparte en autoescuelas como aprendizaje y por otro la que ofrecen las empresas que están interesadas en hacer acciones de prevención de riesgos laborales viales. «Cuando los trabajadores se desplazan en vehículo al trabajo, cualquier accidente se considera accidente laboral in itinere y, especialmente las empresas más grandes, están demandando mucho este tipo de formación».
De hecho, añade, es este último segmento el que está creciendo más, ya que bancos, eléctricas, empresas de telecomunicaciones, consultoras y farmacéuticas, entre otras, están reclamando este tipo de acciones de prevención y concienciación.
Los simuladores de Drivesim están teniendo, además, una destacada proyección internacional, ya que «en muchos países existe un fuerte compromiso por parte de los Gobiernos por reducir la siniestralidad en las carreteras y entre las acciones que están poniendo en marcha se encuentra la introducción de los simuladores de conducción en la formación». En algunos países como Brasil es obligatorio el uso de simuladores en las autoescuelas y en otros se empiezan a sustituir horas de clases prácticas por este sistema.
Además de en España, Arisoft ha conseguido introducir Drivesim en Italia, Alemania, Francia, Suecia y Reino Unido, mientras en África tiene clientes en Marruecos, Angola y Argelia. Y, sobre todo, con los simuladores ha llegado al continente americano, con una intensa presencia en Méjico, Honduras, Panamá, Brasil, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina y Uruguay, aunque reconoce que «la competencia con grandes empresas tecnológicas es muy fuerte».
El mercado internacional es el espacio en el que este emprendedor ve la futura expansión de la empresa, tanto en la fabricación de los simulares, como en la venta de los mismos o los servicios de formación y prevención que se presta con ellos.
En esa batalla, Carlos Arias señala que Internet ha sido siempre un aliado, tanto para Arisoft como para Drivesim, ya que desde el principio «la estrategia de la empresa a la hora de llegar a los clientes y de comercializar los productos y servicios fue a través de Internet».
La primera página web a través de la ofrecieron sus productos es del año 99 y sigue activa. Además, añade, «hemos desarrollado una red de páginas webs informativas que comunican noticias del sector con el que trabajamos y otras específicas para países como Chile o Colombia».
Igualmente, dispone de un canal en Youtube con vídeos sobre seguridad que tienen más de 3.000 visiones diarias y el 75% de ellas procede de Latinoamérica.
«Esa presencia en Internet va creando una imagen de marca que hace que cuando llegamos allí ya se nos conozca». En ocasiones, son los propios clientes quienes se acercan hasta las instalaciones que la empresa tiene en la capital zamorana para conocer los diferentes tipos de simuladores, como ocurrió el pasado verano con potenciales compradores de Finlandia o Hungría.