BODEGAS TÁRSILA
El vino de las fuentes del Duero
El río Duero cruza la finca. Desde el siglo XV está documentada la presencia de viña, lagar y vino. Conserva intacta la estampa de la vieja arquitectura vinatera del siglo XIX. Está situada en el término municipal de la Cistérniga, apenas a unos kilómetros de Valladolid. La bodega Társila es una sorpresa que esconde el Duero, desde que en la añada de 2001 reiniciara su pasado vitivinícola. Hoy se elaboran en ella vinos de calidad con las 30 hectáreas en espaldera de las se procesan solo una partida de 30.000 botellas al año. La razón social y la etiqueta responde al nombre de su propietaria, Társila Fernández Gayo, que desde hace medio siglo dirige con mano diestra una finca con bodega y viñedo de cerca de mil hectáreas a lo largo de varios kilómetros de la ribera de río Duero, en el histórico despoblado de Fuentes del Duero. Társila, a pesar de su avanzada edad, todavía pasea lentamente por las instalaciones de la bodega, provistas de la tecnología necesaria para elaborar vinos tintos, rosados y blancos tutelados enológicamente por Jesús Ledesma. Han pasado casi veinte años desde que se iniciaran las plantaciones en espaldera y ahora sus vinos reciben el aplauso del mercado y de los concursos, como en los recientes Premios Zarcillo, en los que cosechó medallas en sus dos tintos emblemáticos Társila (50% petit verdot y tempranillo). Ricardo Rodilla apostó fuerte en el proyecto junto a su madre, y el hecho de no estar por razones geográficas dentro de la Denominación de Origen no ha impedido que su bodega destaque en el mercado. Esta bodega vallisoletana aporta una personalidad varietal muy interesante, pues sus vinos son el resultado de curiosos coupages con las uvas tempranillo, petit verdot, cabernet, sauvignon y merlot. Sus blancos mantienen esa pluralidad y en ellos intervienen variedades de corte aromático como la riesling, gerwurtztraminer, además de la chardonnay y verdejo, en su vino blanco. Además dos varietales de petit verdot, en tinto y en rosado pálido. Toda una sorpresa para los visitantes que, en pleno valle del Duero, se encuentran con una bodega que rompe la monotonía del tempranillo habitual. Bodegas Társila es, posiblemente, uno de los destinos enoturísticos de mayor calado por haber conservado su arquitectura incluyendo las bodegas subterráneas. Ricardo Rodilla asegura que la finca «es una dehesa llena de fuentes naturales, charcas y masas arboladas de quejigos, fresnos, sabinas y encinas donde el ganado se mueve libremente en un entorno de campos de cultivo de regadío y secano». A esto se une que el Canal del Duero cruza la dehesa, multiplicando así la biodiversidad que refleja desde enormes sequoias, a la riqueza micológica, y de frutos silvestres además de la caza. Y apostilla que es casi un zoo, pues se ven habitualmente «ánades reales y silbones, cercetas, fochas, garzas reales e imperiales, corzos, jabalíes, liebres, conejos, perdices, águilas, zorros...».
El diseño y la imagen de los vinos es obra de Raquel, nieta de Társila, que ha trasladado la personalidad de su abuela a las etiquetas que reflejan, según sus palabras, a una mujer «independiente, inconformista por naturaleza y de carácter fuerte, que supo imponerse y destacar en un mundo de hombres». Y es que la señora Társila, de la que hay instantáneas en blanco y negro en gran cantidad y en cuadros enormes decorando las estancias visitables, fue siempre y es el motor de la dehesa. Ricardo Rodilla añade el valor histórico de la bodega. Otra sorpresa que se lleva el visitante se produce cuando conoce que en ese escenario hubo iglesia, escuela y una pequeña comunidad que habitó Fuentes del Duero, como se llamó este pequeño núcleo de población hoy bajo la tutela de la señora Társila. Un vino y una bodega con marcado sello vallisoletano e indudable pertenencia al río Duero, testigo de su propia historia.
DIRECCIÓN: La Cistérniga (Valladolid).
ZONA DE VINOS. Vino de la Tierra de CyL.
TELÉFONO: 629 881 417.
WEB: www.bodegastarsila.com