ALIMENTOS / PANADERÍA HERMANOS COOMONTE (CORRALES DEL VINO, ZAMORA)
La fórmula coomonte
Esta familia, tercera generación de panaderos, mantiene una receta familiar de los bollos blancos que se han hecho famosos
Manteca, harina, almendra, vino blanco, azúcar y sal. La ‘fórmula Coomonte’ para elaborar los bollos blancos no ha variado desde hace más de 60 años, cuando Pedro Coomonte y su mujer, Daniela Penagos, pusieron en marca en Corrales del Vino (Zamora) una panadería que desde entonces abastece a la localidad y que ha convertido este dulce en uno de sus grandes éxitos.
En 1953 y recogiendo la tradición familiar de panaderos y confiteros de generaciones anteriores iniciaron la elaboración de pan. Lo de los dulces, explica Luis Coomonte, hijo de los fundadores que ha trabajado en el negocio desde los 11 años y hoy ya jubilado, fue casi por casualidad. A finales de los años 50 hubo matanzas en las que la manteca fue muy abundante y su madre planteó que podían hacer dulces para aprovecharla. Madalenas, bollos blancos y perronillas formaban parte de la tradición de muchos hogares de la zona y la fórmula de la familia Coomonte tuvo tanto éxito que se quedó en el obrador para siempre.
El negocio es regentado actualmente por la tercera generación, integrada por Daniel Coomonte y Merce Coomonte y sus respectivas parejas, Enma Rivera y Faustino Alonso, que se ocupan de la elaboración, la comercialización y la conservación de la tradición.
La receta, ‘la fórmula Coomonte’ de la que habla Merce, es la misma de entonces en todas las elaboraciones tradicionales, como lo es también la manera de prepararlas y el horno en el que se cuecen los dulces. La familia, reunida, analiza dónde está el éxito que han alcanzado con los dulces. En el batido de las madalenas, opina Luis; en los productos que se emplean, naturales y cercanos, sin ningún tipo de aditivo, señala Enma; en el horno de leña que se emplea para su elaboración, que da «un resultado totalmente distinto al que ofrece un horno eléctrico», apunta Merce. Sólo la introducción de una máquina cortadora ha modificado y facilitado el trabajo, el resto lo hacen «como se hizo desde el principio y como se ha hecho siempre».
Lo cierto es que los dulces de los Hermanos Coomonte, y de forma muy especial sus bollos blancos, quebradizos, ligeros y adictivos, han llegado incluso a Australia, donde se hizo un envío reclamado por una clienta que los probó en la panadería de Corrales. Hasta Córdoba llegan cada Navidad cerca de 80 cajas de bollos blancos, aunque los envíos de dulces son, de momento, todavía excepcionales.
Bollos blancos y el resto delas especialidades se venden en el despacho que tienen en el centro del pueblo y en una docena de tiendas de la capital zamorana. Cada semana venden como media 60 cajas de bollos blancos de 650 gramos.
Galletas de nata, tejas de almendra, cocos, rebojos y pastas de aire salen durante todo el año del obrador, aunque el periodo de Semana Santa y el verano, cuando aumenta la población el pueblo, son los meses de más trabajo. Sus productos están amparados por el marchamo de Tierra de Sabor y por la Asociación de Artesanos Alimentarios de Castilla y León.