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CONJUNTOS HISTÓRICOS

Municipios con aromas del pasado

Con 14 Conjuntos Históricos, Salamanca esconde todo un tesoro de pueblos con personalidad propia por conocer como La Alberca, distinguido desde 1940

Instantánea de la plaza mayor de La Alberca desde uno de sus soportales.-ENRIQUE CARRASCAL

Publicado por
H. MARTÍN
Valladolid

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Son tierras bañadas de historia. Lugares que esconden leyendas, fiestas y patrimonio. La provincia de Salamanca atesora catorce municipios declarados ‘Conjuntos Históricos’ distintos y complementarios a la vez, que muestran a todo aquel que se acerque a descubrirlo cómo eran las vidas de antaño, con sus ritos y tradiciones.

Al sur de la provincia se extiende la mitad de ellos a lo largo y ancho de la Sierra de Francia, en un territorio que en el pasado fue escenario de contiendas entre moros y cristianos para más tarde ser repoblado de franceses en tiempos del rey Alfonso IX de León de aquellos tiempos perduran nombres y topónimos. Son La Alberca, Mogarraz, Miranda del Castañar, Sequeros, San Martín del Castañar y Villanueva del Conde.

PRIMER CONJUNTO DE ESPAÑA

Dormida entre castaños y nogales, entre robles y manzanos se erige La Alberca, primer núcleo de España en recibir este título, allá por 1940, recién finalizada la contienda española. Envuelta en plena naturaleza por la vegetación del Parque Nacional de Las Batuecas. Es probablemente uno de los pueblos más conocidos de la provincia de Salamanca por su singular arquitectura típica, de calles estrechas, balconadas y soportales. También es famosa por sus coloridas fachadas llenas de flores. Su nombre es de origen árabe y significa depósito de agua. Algo sorprendente para los turistas que llegan a La Alberca es ver a un cerdo que pasea libremente por sus calles. Es el marrano de San Antón, que será alimentado por los vecinos desde su suelta, a principios del verano, hasta el día 17 de enero, día de San Antón, a fin de engordarlo y posteriormente sortearlo en una rifa popular.

Los lugares más destacados de esta localidad son la Plaza Mayor, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVIII y las ermitas.

El municipio ha permanecido inmóvil, con sus tejados vetustos y sus caminos de piedra. El visitante se verá sorprendido por cómo sus tradiciones siguen igual de vivas que hace décadas. Suenan las campanas. Cada día la moza de ánimas sale con su esquila y su voz plañidera llamando a las gentes a la oración.

La vida de estos pueblos es la radiografía viva de la España rural. Como si de auténtico museo de etnografía se tratase, sus núcleos enseñan a las nuevas generaciones cómo vivieron sus antepasados con simplemente pasear por sus calles.

Sus gentes lucen los trajes típicos en los días de fiesta con una indumentaria rica en adornos y bordados que visten las mozas en las celebraciones que tienen lugar a lo largo del año. La más importante la de la Virgen de la Asunción, el día 15 de agosto, con el tradicional ‘Diagosto’. Se trata de una festividad que cuenta con más de cinco siglos de historia, en honor a su patrona. La Plaza Mayor albercana se convierte cada año por esta fecha en el escenario del Ofertorio y las danzas ante la Virgen, congregando a numerosos vecinos y visitantes a ritmo de gaita y tamboril. Están declaradas de Interés Turístico Nacional desde 1965, y se celebran del 14 al 18 de Agosto. En el auto sacramental de `La Loa´ de origen medieval se representa el triunfo del bien sobre el mal.

Muy cerca de La Alberca se puede visitar el Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia, patrona de la provincia de Salamanca.

Otro núcleo cercano es la vecina Mogarraz, una localidad que puede presumir de ser Conjunto Histórico desde 1988. Pero de lo que más orgullosas se sienten sus gentes desde hace seis años es de la exposición pictórica que se muestra en las calles. Mogarraz ha recuperado el alma y esencia de la vida que antaño tuvo con los retratos de los rostros de las gentes que poblaron este núcleo y que cuelgan de sus casas a modo de homenaje a los últimos pobladores de la Sierra de Francia. Al pasear por las callejuelas, las pinturas que realizó el artista Florencio Maíllo parecen susurrarnos al oído cómo fue la vida de Amparo, o de la tía Quintina. Una auténtica cartografía humana de 1967 que ha llamado la atención de medios internacionales.

Silente y digna se erige Miranda del Castañar, a cinco kilómetros de distancia de Mogarraz, cuyo casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico en 1973 debido al gran valor de los muchos monumentos que conforman el pueblo. De todos ellos el más llamativo es el castillo, reconstruido en el siglo XIV y que corona la cima donde se asienta el municipio. Su antigua muralla se conserva prácticamente intacta con sus cuatro puertas orientadas a los puntos cardinales y su plaza de toros, de forma rectangular, es la más antigua de España. Pasear por el casco histórico de este pueblo de apenas medio millar de habitantes y declarado Bien de Interés Cultural anima a zambullirse en su pasado medieval.

Rodeado de picos y valles y recorrido por ríos y arroyos de la falda de meridional del cerro del Mariscal se ubica Sequero, otro de estos pueblos serranos catalogados como Conjunto Histórico donde merece la pena contemplar los atardeceres cuando el sol palidece. Da igual el lugar donde se haga. Todos ellos son irrepetibles. Ninguno defrauda. El nombre del pueblo procede de los secaderos de castañas que tenían en las viviendas. Al igual que los demás núcleos de la Sierra recibió pobladores franceses para consolidar el avance del Reino de León hacia el sur. Dicen que es la villa más cosmopolita de todas las de la Sierra de Francia, quizá porque en el año 1833 fue nombrada cabeza de partido, pasando a ser el centro administrativo y judicial de la Sierra. Sus casas son más grandes que las de otros núcleos, con aire burgués, construidas con buen granito y de varias alturas, durante el siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Desde el año 1982 luce con otgullo el reconocimiento como Conjunto Histórico San Martín del Castañar, un bello pueblo asentado sobre una atalaya, elevada entre dos arroyos que discurren hacia el río Francia. Posee un paisaje, un clima y una vegetación únicos para disfrutar del entorno.

A poca distancia se emplaza de éste Villanueva del Conde, la más reciente es obtener esta figira de protección en el año 2016. El elemento que diferencia a esta localidad salmantina es la disposición de su estructura urbana, única en la Sierra de Francia, basada en la configuración de recintos cerrados creando pequeñas manzanas, cuyos interiores se disponían pequeñas huertas.

Hay que destacar otros nñucleos de Salamanca que merecen ser visitados como Conjuntos Históricos. En la cercana Sierra de Béjar se encuentran Béjar, Candelario y Montemayor del Río, próximos a la Vía de la Plata. En la frontera, antaño lugar de contiendas, aparece representado por Ciudad Rodrigo y San Felices de los Gallegos. Y las tierras del llano se ennoblecen con los Conjuntos Históricos de Ledesma, Peñaranda de Bracamonte y Alba de Tormes.