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Ruta del Jalón (SORIA)

Una joya a espaldas del Duero

El río Jalón baña el sureste de Soria, una zona en la que el arte milenario cuenta historias de romanos, musulmanes y cristianos

La comarca del Jalón ofrece desde la huella romana en Medinaceli al pasado ferroviario de Arcos o la única soldadesca de la Comunidad.-V. GUISANDE

Publicado por
ANTONIO CARRILLO
Valladolid

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La provincia de Soria suele aparecer indisolublemente ligada al Duero. El nacimiento en Urbión, la Laguna Negra o su paso por la capital son algunas de las postales típicas. Sin embargo, el este de la provincia mira al Mediterráneo con numerosos cauces que nacen en Castilla y riegan Aragón o La Rioja. Por el del Jalón, en el sureste, fluye la historia.

El río nace en Esteras de Medinaceli, una pequeña localidad cerca de la A–2. Su iglesia del siglo XVIII, la disponibilidad de alojamiento o la famosa Fuente de los Baños, con propiedades beneficiosas para la piel, son algunos de los atractivos junto con una tranquilidad reparadora a escasa distancia de las grandes vías de comunicación.

Siguiendo el curso de agua Medinaceli aparece a lo lejos. La Ciudad del cielo es posiblemente uno de los puntos turísticos más aplaudidos de Castilla y León, y motivos no le faltan. En la zona de abajo, el Barrio de la Estación, hoteles y restaurantes ofrecen una amplia oferta de servicios. En Medinaceli Villa, un par de kilómetros más arriba, tampoco faltan alternativas para dormir, comer... y quedarse con la boca abierta.

Lo primero que recibe al visitante en este conjunto histórico–artístico es el único triple arco romano de toda España. Su silueta es bien conocida, puesto que se convirtió en la señal que indica los puntos de interés cultural en las carreteras españolas. Otrora policromado, dos milenios después aún se yergue sobre el valle. Conforme uno se adentra en la localidad propiamente dicha va descubriendo el por qué de su fama.

Recios palacios blasonados, calles de piedra y hiedra, viviendas centenarias y rincones atemporales jalonan un recorrido en el que lo más recomendables es, simplemente, perderse. La impresionante colegiata de Nuestra Señora de la Asunción da acceso a la plaza Mayor, considerada por algunos expertos como una de las mejores de España. El palacio Ducal, hoy convertido en un espacio de arte moderno, los soportales y caserones, el centro de interpretación o la aparición hace años de mosaicos romanos hacen que la esencia de Medinaceli se condense en este espacio. Además, los restos del castillo, la nevera árabe o la vista del cerro donde supuestamente está enterrado Almanzor desde hace 1.015 años completan la visita obligada a la villa.

Desde allí, el Jalón discurre hacia localidades como Jubera, con su impresionante arquitectura tradicional y el castillo; o Somaén, repleto de rincones de postal y con alojamientos muy bien valorados. Chaorna, encajado entre rocas, o Almaluez, con el único baldaquino tallado de toda Castilla y León, también merecen desviarse unos escasos kilómetros.

El siguiente punto de interés está en Arcos de Jalón. La localidad conserva restos históricos como su castillo o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, si bien su gran crecimiento se produjo al calor del ferrocarril decimonónico. Antes tierra de fronteras, después de encuentros, el carácter hospitalario de sus gentes es otro de sus atractivos junto con la antigua locomotora Mikado, la nave de máquinas de vapor o la estación, con siglo y medio de servicio.

Para terminar la ruta soriana del Jalón –el río pasa a Zaragoza– queda Iruecha (en euskera, ‘tres casas’). La pequeña localidad atesora la única representación de moros y cristianos de toda la Comunidad, declarada además de Interés Turístico regional y jalonada de actos como el Rosario de Cristal. La cita y guinda a la ruta, el penúltimo fin de semana de agosto.