Hotel-Restaurante Nuestra Señora de Sonsoles
Klaus y la cocina de extramuros
Desde hace un cuarto de siglo, Klaus es el primer alemán que triunfa en la cocina de Ávila. Tal vez haya influido que su restaurante, enmarcado en el entorno del Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, esté ligado a un icono religioso de tanto significado para los abulenses. De hecho su restaurante no está dentro de la ciudad, sino extramuros, ocupando un emplazamiento privilegiado desde el que se domina la ciudad de Ávila. Klaus es el cocinero alemán con mayor trayectoria de la cocina regional. Llegó a España a finales de los 80. Tras un periodo en Hoyo de Pinares, desembarcó a los pies del Santuario de la Virgen de Sonsoles, de la que son muy devotos los abulenses. Cuando llegue la vendimia de este año, habrá cumplido 24 defendiendo la cocina de este territorio.
Klaus Bubeck nació al sur de Alemania y, junto a su mujer, Maggie Cardo, ha logrado acreditar su establecimiento, que siempre ha destacado por su regularidad y por conjugar el perfil de la clientela vinculada a las visitas del santuario y los comensales, que eligen este lugar para degustar sus platos y contemplar sus panorámicas. Klaus hace pocos guiños a la cocina germana, salvo algunos apuntes en los postres, con su tarta de la casa ‘apfelstrudel’, de manzana. El resto de la comanda está identificada con la cocina popular y en ella no faltan los iconos abulenses, como las carnes rojas, las legumbres, los quesos de cabra, algunos tintos de uva garnacha y aceites de oliva. Sorprenden platos tan tradicionales, como la sopa castellana, de ajo y de cebolla; y un buen repertorio, a partir de la primavera, de ensaladas bien planteadas, donde entran en juego las salazones, el queso, el bonito y muchas hortalizas.
Klaus defiende el pescado y el marisco. Aquí se ha ganado su hueco, junto a los arroces, que presenta también en distintos formatos. No faltan los platos de merluza, las tablas de queso ni las carnes rojas, desde el filete al chuletón y el solomillo. El restaurante, que toma el nombre del Santuario de Sonsoles, mantiene una franja de precios entre los 15 y 30 euros, con menús de 15, donde se pueden elegir varios platos. Sin duda, un apunte de la gastronomía abulense que no defrauda.