Una vinoteca que es un 'monumento'

Hay lugares que, pese a no ser monumentos, se convierten en centros de referencia y ‘peregrinación’ en pueblos y ciudades de toda España. Y si no, ahí están los casos del Mesón de Cándido, en Segovia, ‘El Celler de Can Roca’, en Girona, o ‘Casa Manteca’, en Cádiz, por poner sólo algunos ejemplos.

Algo parecido, aunque a menor escala, ha sucedido en la localidad abulense de El Barco de Ávila (2.500 habitantes) con ‘La Vinoteca Mayor 22’, que ha emergido como uno de los lugares que no hay que perderse, no sólo para los amantes del vino, sino también para quienes visitan este precioso municipio situado en la vertiente norte de la Sierra de Gredos.

Según reconoce su propietario, José Manuel Mena, algún crítico gastronómico ha llegado a situar este espacio situado en el mismo número y en la misma calle que le da nombre, entre las tiendas españolas que no habría que perderse. Incluso, apunta que varios visitantes comparan este ‘monumento’, con otros de la localidad como el puente románico, el Castillo de Valdecorneja, la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, las murallas o la ermita de San Pedro de El Barco.

Y es que, en la tierra de las conocidas y deliciosas judías de El Barco y alejada del centro de la actividad vitivinícola, surgió hace once años esta singular vinoteca de la mano de José Manuel Mena y de su mujer, Paloma de la Fuente, que se lanzaron a la aventura en un lugar sin demasiada tradición en este ámbito.

Sin embargo, ‘La Vinoteca Mayor 22’ se ha asentado en pleno centro de El Barco hasta llegar a vender físicamente en su mostrador el año pasado 50.000 botellas, de las 89.000 totales que vendió mediante distribución o mediante la venta online.

Actualmente cuenta con unas 1.400 referencias, la mayoría correspondientes a más de medio centenar de Denominaciones de Origen de España, aunque también tiene vinos de Argentina, Chile, Francia, Italia, Alemania o Hungría, entre otros países.

El espacio actual en el que se asienta la vinoteca surge de un negocio anterior e histórico de la familia de José Manuel Mena. Se trata de una tienda de ultramarinos situada a pocos metros de este nuevo espacio, en la misma Calle Mayor de El Barco de Ávila.

Allí pusieron en marcha un negocio en 1964 sus padres, Manuel Mena y María Dolores Mañoso, siguiendo una tradición familiar emprendedora que también tuvo su abuela Isaura Bueso, que «inauguró en el pueblo El Corte Inglés», en referencia a un negocio en el que vendía casi de todo.

Sus padres continuaron la tradición con esa tienda de ultramarinos en la que fueron los primeros en vender en aquel momento pollos frescos, congelados, fiambres.

«Yo he seguido su espíritu emprendedor», señala con orgullo José Manuel Mena, que cuando terminó los estudios e hizo la antigua mili, se puso a trabajar con sus padres en la tienda ‘Alimentación Manuel Mena’, que poco a poco se fue quedando pequeña, no sólo por la clientela y el producto, sino por una plantilla que llegó a ser de cinco empleados en un local de unos 65 metros cuadrados.

Por ello, se puso a buscar otro local dedicado a los productos de calidad –no le gusta hablar de gourmet o delicatessen-, hasta que lo encontró al lado de la tienda originaria. Un espacio de 165 metros cuadrados, de los cuales 140 están dedicados a la venta: entre 80 y 90 a productos de alimentación de enorme calidad y los 50 restantes a esta original vinoteca en la que se pueden encontrar casi todos los vinos que cualquier experto busque.

Eso sí, también cuenta con 80 referencias de aceites espaciales, entre 60 y 80 de ginebra, 80 de patés, otras 80 de conservas de pescado, quesos, embutidos, conservas vegetales… incluso productos cosméticos de aceite de oliva.

Y junto a ello, las 1.400 referencias de vinos de más de medio centenar de DO españolas, pese a estar «fuera del sitio del vino». «No estamos en el centro neurálgico del vino», reconoce Mena, que sin embargo, se ha hecho con un espacio en el sector.

De hecho, hay gente que viene a comprar expresamente a su tienda procedente, sobre todo, de la Comunidad de Madrid. Aunque se vende durante todo el año, los meses más fuertes son de julio a diciembre, haciendo especial hincapié en el periodo estival.

Convertido en un «apasionado del vino», José Manuel Mena subraya el hecho de que haya querido tener un matiz «diferenciador», que les distinga de otras vinotecas que, incluso en Madrid, no cuentan con algunos de los vinos que tiene en su local de El Barco de Ávila.

Entre sus vinos, y teniendo en cuenta la relación calidad-precio y conocimiento, aconseja el vino Carme, de Valbuena de Duero, que a su juicio es de los mejores que se elaboran actualmente. Por eso, se lo recomienda a los ‘visitantes’ que acuden a su ‘monumento’.