Diario de Valladolid

20 PIES WINE & SPIRITS

Álvaro y su vino imperfecto

Álvaro Martín, con la botella y el nuevo embalaje, obra del artista Chad Lieber.-ARGICOMUNICACIÓN

Álvaro Martín, con la botella y el nuevo embalaje, obra del artista Chad Lieber.-ARGICOMUNICACIÓN

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Acaba de lanzar su nuevo vino, Alvarito, con sangre del Duero, poca madera y no más de dos añadas a cuestas. Está incluido dentro de la oferta de la bodega 20 Pies Wine & Spirits, a un precio asequible, sin DO, pero con uvas y vinos de Castilla y León. Se trata de un formato sensorial marcado por la fruta, el equilibrio y ligeros toques tostados. Esta vez, el joven bodeguero vallisoletano llega más lejos, en una aventura casi filosófica y artística destinada a las ‘personas imperfectas’, como él mismo asegura. Un vino y una etiqueta con su propia historia.

Todo surgió una noche en un club de copas de Nueva York. El bodeguero Álvaro Martín conversa, de forma distendida, con su importador, Arty Dozortsev, un veterano distribuidor de vinos en Estados Unidos criado en Brooklyn y de ascendencia rusa. Acaba de cerrar una operación, que le va a permitir situar sus vinos de Castilla y León en la Costa Este de Estados Unidos. Esa noche se cerraba un trabajo de meses para entrar en los 52 estados americanos. El establecimiento se llama Provocateur y está de moda en la zona Meat Pvking. Se trata de un local nocturno neoyorquino de éxito frecuentado por muchos artistas y ejecutivos de la gran manzana. Fue esa noche cuando Arty también presentó a Álvaro a un artista plástico que triunfa en Nueva York. Se llama Chad Lieber. El ambiente favorable genera un clima de amistad que culmina con un regalo del artista al bodeguero español: le obsequia con un retrato de él mismo, cuya técnica le ha catapultado entre los diseñadores norteamericanos. Retratos similares tienen como protagonistas a muchas personalidades de ese país.

Álvaro contempla el retrato y decide trasladarlo al mundo del vino. Es la geometría policromada de un rostro rasgado en forma de mosaico multicolor. La belleza de sus trazos despierta la admiración y es entonces cuando piensa que debe formar parte de la imagen de unos de sus vinos. Se le enciende la bombilla. Él mismo cuenta orgulloso el desenlace de esta historia, que ha terminado en la etiqueta de un vino, en el diseño de una marca y en el propio envase de cartón que permite recortar las solapas y las caras de la caja de doce botellas, varios display y hasta un manual de instrucciones para que el hostelero y el profesional pueda utilizar las piezas, collarines y soportes para la carta de vinos.

Álvaro Martín Verástegui es hijo, nieto y bisnieto de bodegueros, una saga que nació con Goyo Martín en el siglo pasado. Todos ellos están vinculados a las localidades vallisoletanas de Cigales y Cubillas de Santa Marta en su origen. Por su parte, Álvaro aporta a la saga familiar su formación en Enología en la Escuela de la Vid y el Vino, en Madrid, de la que conserva buenos recuerdos, al igual que su estancia en la Escuela de Negocios en la Universidad de Cambridge, donde cursó estudios de Marketing y Publicidad.

Álvaro comercializa más de dos millones de botellas al año, de las que exporta más de la mitad a 20 países. Alrededor de 200.000 están destinadas al mercado norteamericano en la Costa Oeste. También comercializa sus vinos con cuatro marcas diferentes: Martín Verástegui, Alvarito y Castillo de Peñafiel y todos se elaboran en los tres centros de producción de vinos de la familia, que están en Olivares de Duero, dentro de la DO Ribera de Duero; y Cubillas de Santa Marta, en el ámbito geográfico de la DO Cigales, además de los que elabora y comercializa bajo el amparo de la denominación Vino de la Tierra de Castilla y León. Precisamente gracias al diseño, recibió la distinción de Mejor Vino de la feria más importante de Estados Unidos, la WSWA en 2016, para un Martín Verástegui, un vino de autor y un Vino de la Tierra de Castilla y León.

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