TURISMO INVERNAL
Más allá de la nieve
Las nevadas caídas en los últimos días hacen presagiar que estamos ante una de las mejores temporadas de esquí. Pero más allá de la práctica deportiva, la montaña atesora pueblos, rutas y planes para disfrutar de mil maneras
Hacía tiempo que no se veía una estampa similar en nuestras cumbres. Las copiosas nevadas caídas durante los últimos días han dejado un escenario de película en numerosos pueblos de Castilla y León. Dicen los expertos que es una de las mejores temporadas de esquí que se recuerdan en la última década. Y no es de extrañar ya que, desde que el pasado puente de diciembre abrieran sus puertas las estaciones, la ansiada nieve no se ha hecho esperar y ha caído de forma constante durante las últimas semanas. De seguir así será uno de los inviernos más recordados por los amantes de la montaña.
El turismo blanco va ganando adeptos año tras año. Y es que la práctica deportiva en torno a la montaña ya no es entendida como un deporte exclusivo para expertos; se trata más bien de una actividad apta para casi todos los públicos en la que se disfruta de la belleza de los paisajes de alta montaña, y de paso, se puede aprovechar el día en alguno de los pueblecitos con encanto que se pierden entre los valles. Por ello es cada vez más frecuente ver a familias que se animan a disfrutar de una jornada turística con la nieve como excusa.
Y en este aspecto Castilla y León puede sacar pecho. Con cinco estaciones de esquí (San Isidro y Leitariegos en León, La Pinilla en Segovia, La Covatilla en Salamanca y La Lunada en Burgos) además de cuatro puntos de nieve (el Morredero en Ponferrada, Valle del Sol en Burgos, Santa Inés en Soria y el Área Recreativa Invernal de Navafría en Segovia) nuestra comunidad puede presumir de contar con un amplio abanico de posibilidades que ofrece el deporte invernal por excelencia en todas sus modalidades: esquí alpino, snowboard, esquí de fondo o travesías con raquetas de nieve.
Todas ellas son excusas perfectas para descubrir lugares inhóspitos, patrimonio religioso, naturaleza en estado puro y pueblecitos de postal únicos.
TEMPLO BLANCO
Con espesores de nieve que llegan a alcanzar los 300 centímetros, la estación de esquí de León-San Isidro disfruta de las mejores condiciones de nieve de los últimos años, algo que se está notando en la afluencia de público que está registrando. Durante estos días dispone de 31,2 kilómetros esquiables que se reparten entre 28 pistas de esquí alpino de las 31 que tiene disponibles. Pero en las instalaciones ubicadas en el municipio de Puebla de Lillo no sólo se practica el esquí y el snowboard sino que también cabe la posibilidad de disfrutar de otros deportes de invierno tanto en el propio centro invernal como en sus alrededores. La altitud de los picos que la rodean, de más de 2.000 metros, hace de la comarca del Alto Porma un lugar de extraordinaria belleza paisajística e ideal para buscar el componente aventurero que la montaña ofrece.
Uno de los deportes de montaña que se puede practicar en el entorno de la estación es el esquí de travesía, que consiste en salvar las dificultades de la pendiente y subir caminando las laderas nevadas sobre unos esquís especiales equipados con «piel de foca» en sus suelas, la cual hace que no se deslicen hacia atrás facilitando así el avance. Se pueden programar travesías alternativas con subidas a picos tan sugerentes como El Ausente, Toneo, Pico Torres, Peñanevares, La Polinosa, Susarón o San Justo.
Así mismo, el esquí de fondo ha ido convirtiéndose desde hace unos años en uno de los deportes preferidos de quienes gustan de la tranquilidad de «caminar» deslizando sobre la nieve. Para ello se puede elegir el paseo por alguno de los circuitos de esquí de fondo marcados y balizados en la propia estación con más de 5 Km. de longitud, o lanzarse a la exploración de recorridos opcionales a manera de excursión y con mayores dificultades técnicas.
Junto a San Isidro, el otro espacio blanco gestionado por la Diputación de León es Leitariegos, situado en el valle de Laciana y que presenta estos días 7,23 kilómetros esquiables en 11 pistas abiertas.
Sin embargo, lo mejor de este deporte puede que llegue después de la adrenalina de las pistas. En el momento en el que se sueltan los ganchos de la botas, te relajas y disfrutas del turismo de la zona y de paso, la mejor gastronomía. Es el denominado aprés ski, o lo que es lo mismo, el cierre de las pistas que tiene lugar en torno a las 16:45 de la tarde. Las posibilidades que ofrece este enclave de la comarca son infinitas. En los alrededores encontramos lugares de interés turístico como el Museo de la Fauna Salvaje ubicado entre los pueblos de Valdehuesa y Rucayo, al lado del Embalse del Porma, en las inmediaciones del municipio de Boñar, un entorno natural y paisajístico privilegiado.
El lugar, que ostenta el Premio Nacional de Iniciativas Turísticas 2004, está considerado el mejor museo del mundo en su género. Fue inaugurado hace 14 años gracias a la donación realizada por el Dr. Romero Nieto. En su interior se puede contemplar una amplia representación de la fauna de los cinco continentes como jabalíes, corzos o bisontes europeos.
Otro de los espacios más frecuentados en este entorno es la Cueva de Valporquero que abrirá la temporada 2018 el próximo 1 de marzo. Se puede llegar hasta ella siguiendo una carretera que parte de los alrededores de Boñar en dirección a La Vecilla. La belleza de esta cavidad subterránea de más de un kilómetro de senda a través de la cual se pueden contemplar famosas estalactitas y estalagmitas como la Sala de la Gran Cascada o la Sala de las Perlas, hacen de ella un punto de visita obligado. A partir del 20 de febrero se puede acceder a la venta on line a través de la web (www.cuevadevalporquero.es). Existe también una ruta alternativa que se denomina ‘Curso de aguas’ y está especialmente recomendada para los grupos de espeleólogos curiosos por buscar más y más datos acerca de las diferentes etapas geológicas que con tanta facilidad se dejan ver en la que es una de las cuevas más grandes y espectaculares de España.
Para los amantes de las rutas literarias otra opción es recorrer los pueblos por los que transitó el escritor leonés Julio Llamazares a lo largo de los veranos de su infancia y que se recogen en la novela El río del Olvido. Más de 20 pueblos del valle del Curueño en un viaje que nos transportará al corazón de la montaña leonesa: Gallegos, Santa Colomba, La Cándana, La Vecilla, Valdepielago, La Mata, Valdeteja y Nocedo son algunas de las paradas que realiza el libro.
SIERRA DE BÉJAR
La estación de esquí Sierra de Béjar – La Covatilla (Salamanca), se caracteriza por la amplitud de sus pistas en suave pendiente, resultando un lugar ideal para disfrutar del deporte blanco en familia. Durante estos días la estación ofrece desde las 9:30 de la mañana hasta las 16:30 horas 12 pistas abiertas (5 azules, 4 rojas y 3 verdes) a lo largo y ancho de 11 kilómetros de dominio esquiable con espesores de nieve que oscilan entre los 130 a los 170 centímetros en las cotas altas (2.368 metros).
Es muy frecuente observar sus laderas nevadas, en el único paisaje glaciar de la provincia. Esta naturaleza privilegiada le ha merecido ser declarada, junto con la Sierra de Francia, Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Candelario conforma una de las paradas de visita obligada. La villa, situada a 1.136 metros de altitud, presume de ser el pueblo más alto de la provincia salmantina. Durante estos días el característico manto blanco ha hecho su aparición otorgándole de aún más belleza si cabe a este núcleo declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1975. Pasear por sus calles es hacerlo por la vida de nuestros antepasados donde la arquitectura serrana se ha mantenido intacta a lo largo de los años.
Uno de los pueblos que constituye un reclamo para todos los visitantes es la ciudad de Béjar. Su pasado textil, fuente de riqueza del que vivieron las gentes de esta comarca, puede contemplarse a través de la Ruta de las Fábricas Textiles, nombrada mejor ruta del Año en 2016 por Turinea. Un camino de 4 kilómetros que discurre a lo largo de una hora y media por la ribera del río Cuerpo de Hombre. A lo largo de la ruta el turista descubre diferentes fábricas que permanecieron en esta localidad salmantina durante años. Este sencillo recorrido permite conocer el importante patrimonio histórico-industrial de la ciudad con respecto a este sector hoy prácticamente desaparecido.
EN LAS FALDAS DE AYLLÓN
Segovia es otro de los paraísos blancos que están esperando a ser descubiertos. Cuenta con un Área Recreativa Invernal en Navafría además de la estación de esquí de La Pinilla propiedad del Ayuntamiento de Riaza. Se encuentra en el término municipal de Cerezo de Arriba, en la Sierra de Ayllón. El dominio esquiable alcanza estos días los 13 kilómetros a través de 18 pistas abiertas (9 rojas, 6 azules y 3 verdes). En este paraje del Sistema Central los planes de ocio y turismo se multiplican a cada paso. Un buen punto de partida es la plaza Mayor de Riaza, un coso flanqueado por 26 casas solariegas presidido por el Ayuntamiento. A escasos 4,5 kilómetros de la villa castellana se encuentra la Ermita de Hontanares, cuya construcción data de 1606. En su interior destacan las hermosas imágenes de Santa Lucía y San Blas y el retablo mayor presidido por una talla románica de la Virgen de Hontanares.
También merece la pena hacer una visita al Hayedo de La Pedrosa situado en las inmediaciones del Puerto de la Quesera, a unos 9 kilómetros de Riaza. Este precioso bosque de hayas ocupa una extensión de unas 87.000 hectáreas a una altura comprendida entre los 1500 y 1700 metros.
Ayllón, a 20 kilómetros, es otra villa medieval que conserva algunos paredones de la fortificación árabe y también su torre albarrana en lo alto del cerro de El Castillo, junto a los cimientos de la iglesia románica de San Martín a la que sirvió de campanario.
MONTAÑA PALENTINA
Otra de las estaciones señaladas para los amantes del esquí es Alto Campoo, situada en la vertiente cantábrica pero enclavada en la montaña palentina y a pocos kilómetros de lugares como Aguilar de Campoo, que este año además acoge una nueva edición de la exposición de las Edades del Hombre. Una excusa perfecta para adentrarse a conocer el rico patrimonio que conservan los pueblos de esta provincia a través de la Ruta del Románico. Desde esta localidad famosa por su tradición galletera hasta Frómista, en pleno Camino Francés, se concentran más de un centenar de pequeñas y grandes construcciones románicas, castillos, poblaciones medievales y parajes naturales que alternan la alta montaña de Las Fuentes Carrionas y el páramo meseteño. Entre ellas destacan la iglesia de Santa Cecilia, el Monasterio de Santa María la Real, la iglesia rupestre de los Santos Justo y Pastor en Olleros de Pisuerga o el Monasterio de Santa María de Mave con la belleza del paraje de las Tuerces en Villaescusa de las Torres. Podremos adentrarnos por ella en coche o en moto, en bicicleta o andando. En definitiva, un viajazo para los que gustan alternar historia, naturaleza y deporte.