Diario de Valladolid

LA GATERA (PEDRO BERNARDO, ÁVILA)

Cocina argelina en el sur de Ávila

Nayara, en el interior del comedor, con una ensalada del Tiétar con higos y el ‘tayín’ de cordero sobre la mesa.-ARGICOMUNICACIÓN

Nayara, en el interior del comedor, con una ensalada del Tiétar con higos y el ‘tayín’ de cordero sobre la mesa.-ARGICOMUNICACIÓN

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Pedro Bernardo es uno de esos lugares que se convierten en pequeños paraísos gracias a su orografía, arquitectura y el curioso microclima del sur de Gredos. Por eso no es casualidad que todo el término esté repleto de huertos y frutales, donde es fácil ver palmeras, viñas, olivos, limoneros, almendros, higueras y chumberas. El pequeño restaurante de ocho mesas que regenta Nayara Orte se suma al exotismo de las laderas del sur de Gredos. Apenas ocho mesas en el interior de un viejo molino oculto bajo el suelo y, en el comedor, una chimenea central que marca la temperatura en la sobremesa.

Lo más curioso es que el restaurante La Gatera está especializado en cocina árabe, que se fusiona con los platos tradicionales de Ávila, en especial el ‘tayín’, un plato de la cocina magrebí que debe su nombre al recipiente de barro cocido y adornado donde se prepara. Llama la atención por su barnizado y su característica tapa cónica, que sirve para rematar el proceso de cocción de los alimentos y, al mismo tiempo, mantener el calor. El ‘tayín’ da nombre también a los platos que elabora Macu, la madre de Nayara, de quien esta ha aprendido buena parte del recetario magrebí.

El ‘tayín’ tiene un inconveniente que, al mismo tiempo, es una virtud y una garantía para el comensal. Y es que se hace lentamente, durante horas, por eso hay que reservarlo con mucha antelación. Puede ser de cordero, de pollo dulce o de pollo con verduras. En todos contrasta el salado de la carne, el dulce de las ciruelas o el amargor de las almendras, entre otros ingredientes. A estos se une el ‘kefta’, más económico, elaborado con carne picada, salsa de tomate, mucha especia y huevo escalfado. Tampoco faltan en este restaurante embutidos, carnes rojas de Ávila, cordero al horno de leña, ‘cous-cous’, arroces y ricas croquetas caseras.

Nayara acompaña en este proyecto a Enrique y Macu, sus padres, aunque ha sabido fundir sus raíces: las de su abuelo Teodoro, que era de Pedro Bernardo, y las de su abuela María, que era argelina. Entre semana, conviene reservar, sobre todo, cuando el comensal quiere ‘tayín’.

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