PLATO PRINCIPAL
Asados de quinta gama para llevar
El asador Los Canteros, en Mingorría (Ávila), elabora, envasa al vacío y envía asados de cordero, cabrito y cochinillo
La tradición no está reñida con los nuevos tiempos. Por eso, los propietarios del restaurante asador Los Canteros, el matrimonio formado por David Ramos y Sonia Escribano, han decidido dar un paso más en su apuesta por la cocina de antaño, pero adaptándose a las necesidades de la sociedad actual.
Los dueños de este establecimiento situado en Mingorría, a poco más de 10 kilómetros de la capital abulense, siguen presumiendo de ser de los pocos de la Comunidad que realiza la trilogía de asados –cabrito, tostón y cordero–, pero ahora con el aliciente añadido de elaborar estos manjares para llevar.
Se trata de «asados de quinta gama», según explica David Ramos, en referencia al asado artesanal y al punto de estas carnes, antes de su envasado al vacío para su posterior consumo tras un último golpe de horno.
De esta manera, cualquiera tiene la oportunidad de tener en su casa un delicioso manjar cuya elaboración lleva horas. ,Además, el envasado al vacío guarda el 95% de su sabor original, tal y como asegura Ramos.
Este nuevo proyecto de Los Canteros está pensado para los que no tienen ganas o tiempo de cocinar y desean quedar bien con un plato que sabe a la cocina de la abuela o para los que en estas fechas no quieren pasarse demasiadas horas en las cocinas de sus casas preparando las comidas y cenas de rigor.
Para todos ellos y algunos más, David Ramos ha puesto en marcha este proyecto que lleva tiempo testando en diferentes ferias en las que participa a través de la marca Ávila Auténtica, así como en los comensales que visitan su establecimiento.
De hecho, ha realizado la prueba en su restaurante haciendo que los clientes degustasen una paletilla de cabrito asada en el horno de leña y otra envasada al vacío, sin que fueran capaces de distinguir entre una y otra, pese a que la segunda tiene una fecha de caducidad de unos tres meses.
Y es que el proceso de elaboración es el mismo, pero en este caso pensando en un cliente que quiere disfrutar de estos platos en su casa. Para ello, existe la posibilidad de encargarlo telefónicamente, a través del correo electrónico o a partir de la página web de este asador, en la pestaña dedicada a la tienda online.
Una vez solicitado el pedido, que puede ser de un cuarto, medio kilo o entero, los pedidos parten en cajas, envasados al vacío, para llegar a su destino en un plazo máximo de 48 horas. Después, hay hasta tres meses para su consumo, de manera que para grandes ocasiones, no es descabellado pensar, sobre todo en Navidad, adelantarse y solicitarlo cuanto antes para que no se incremente el precio.
El proceso de elaboración en el propio asador se inicia con el calentado del horno una hora antes de que el cochinillo, el cabrito o el cordero se depositen en su interior. Antes, la pieza recibe «un golpe a la parrilla, como una forma diferente de asar» en este establecimiento.
Después, la carne se introduce en el horno de leña, ya caliente, durante unas tres horas. La primera hora y media se dedica al asado por un lado, y la otra hora y media, o algo menos, se emplea para el lado contrario.
En lugar de hora y media, la segunda parte es mejor que dure 70 minutos, para que la carne esté en su punto después de que el comprador la introduzca en su horno para calentarla durante otros 20 minutos.
Una vez superado ese largo tiempo de elaboración en el horno de leña, se envasa la carne al vacío, antes de introducirla en el horno al vapor con su salsa dentro en el caso del cordero y el cabrito, pero no en el cochinillo, para evitar que la corteza se reblandezca u no cruja. Por ello, en el caso del cochinillo, la salsa va en una bolsa aparte.
Una vez que el paquete con la carne y la salsa llegan a su destino, el comprador puede guardarlo en el frigorífico o consumirlo en el momento. En ese caso, el trabajo de preparación es mínimo: hay que calentar el horno a 200 grados; después se abren las bolsas con la ración solicitada; más tarde se deposita en una bandeja el cabrito o el cordero y finalmente se enjuaga la bolsa con medio vaso de agua que habrá que verter sobre la carne antes de introducirla en el horno durante 20 minutos o media hora. Todo depende del punto dorado y crujiente de la carne.
En el caso del cochinillo es distinto, ya que primero hay que depositar en la bandeja el jugo y después depositar la carne, y tenerla en el horno durante un tiempo similar.
El proceso no puede ser más sencillo. El precio del cuarto de cabrito y del cordero es de 56 euros, Iva incluido, mientras que el medio es de 88 euros. Mientras que el cuarto es para dos personas, el medio puede llegar para cinco comensales. En el caso del cochinillo, el cuarto asciende a 49 euros y el medio a 83.
Por el momento, este primer año de experiencia en el envasado al vacío de un producto delicioso, está obteniendo el respaldo de los clientes. De hecho, ya hay demanda por parte de tiendas gourmet.
AL HORNO CON ENVASE
La última tecnología ha entrado también en las cocinas familiares, sobre todo para hacer «más fácil y más limpia» la preparación de un plato tan tradicional en las mesas navideñas como es el lechazo y el cordero. Moralejo Selección, con una fábrica en Coreses (Zamora) ha creado una línea de productos de «asado fácil» en los que se puede disponer de un plato terminado en apenas 50 ó 60 minutos de horno, prácticamente la mitad de tiempo que se emplea en un asado tradicional, sin manchar ningún utensilio y sin tener conocimientos de cocina.
El asado fácil se comercializa en cuatro formatos diferentes: paletilla de cordero recental, y costillar, pierna y paletilla de cordero lechal.
La carne se presenta en un envase plástico con el que se debe introducir en el horno y en el que la pieza «tiene una primera cocción con efecto papillote», explica Mario Moralejo, uno de los representantes de la empresa.
Luego, la parte superior del envase se desprende y permite el rustido de la carne con lo que se consigue un asado tradicional y listo para consumir, ya que se presenta aliñado con sal, aceite de oliva, limón y tomillo.
Este sistema de cocinado consiguió el premio Innoval en la feria Alimentaria de Barcelona hace dos años y desde entonces se ha consolidado en el mercado hasta vender cada año más de 400.000 unidades.
Grandes superficies como el Corte Inglés, Carrefour, Mercadona, Aldi y Casa Ametller venden este producto de asado fácil.
PERDIZ ESCABECHADA
Si hay alguna empresa que lo pone fácil en la cocina esa es la palentina Cascajares. Por solo 23,23 euros podemos poner sobre la mesa unas migas de perdiz escabechada con su firma. Dos perdices y media totalmente deshuesadas y desmigadas que están conservadas en un suave escabeche hecho con vinagre de vino, aceite de oliva virgen extra, ajo, sal y especias.
Las perdices se presentan envasadas en un tarro de cristal. Basta con abrir el bote, colocar las migas sobre una cama de ensalada y aliñar al gusto con aceite de oliva, vinagre de Módena y el propio escabeche que ya viene preparado con las perdices.
Un plato fresco y generoso para ir abriendo boca con los entrantes navideños o como alternativa más ligera a los platos de carne, que se consume a temperatura ambiente y que podemos comprar en la tienda online de Cascajares www.cascajares.com, en la tienda online de Alimentos de Palencia www.alimentosdepalenciaonline.es o en cualquier establecimiento gourmet.
Si el bolsillo lo permite y todavía no hemos pensado en el plato central de la cena navideña, podemos optar por una pularda trufada asada al horno (59,9 euros).
La pularda ya está asada y rellena de carne, trompetas de la muerte y otras setas. Viene acompañada de una salsa de oporto, setas, orejones de albaricoques y uvas pasas. Solo es necesario sacar la pularda de la caja y quitarle los muslos y las alas para filetearla en frío y hacer lonchas más o menos finas, en función de las raciones que queramos conseguir.
Luego se colocan los trozos en la bandeja del horno junto a los muslos y las alas, se rocía con la salsa de setas, que antes hemos mezclado con la grasa en la que viene envuelta la pularda, y se hornea durante treinta minutos. En media hora tendremos listo un plato exquisito y muy sencillo para sorprender a seis u ocho comensales.