RESTAURANTE LAS BARONAS (SANTA CRUZ DE LA SALCEDA, BURGOS)
Aromas azules y nombre de mujer
Los domingos, cocido; chuletillas de lechazo y morcilla de Burgos, siempre; cazuela de alcachofas, parrillada de verduras y cardo cocido, entre otras hortalizas; risotto de boletus, codorniz escabechada, rabo de toro, carrillada, salmón, dorada y bacalao, platos obligados. Pero hay mucho más, pues el edificio del Torreón de Las Baronas tiene una leyenda que refleja el escudo de la fachada. Es la historia de María Pérez, doncella valiente que blandió la espada con la fuerza de un varón y defendió su linaje al lado de sus hermanos. Su bravura le valió a la hermosa moza el sobrenombre de ‘la varona’. Nuria Leal comienza siempre así, contando esta bonita historia antes de iniciar el relato gastronómico de todos los platos y antes incluso de visitar el museo local. Está claro que hay restaurantes con historia propia, como es el caso.
Hasta hace pocos años, Santa Cruz de la Salceda solo era una población ribereña próxima a Aranda de Duero. La creación del Museo de los Aromas y la construcción del restaurante hotel–rural Las Baronas (con ‘b’) introdujeron muchos cambios en el pueblo, empezando porque hay quien dice que es el que mejor huele de toda la Ribera del Duero. Tras varios años de rodaje, ahora entra en escena Nuria Leal, profesional hostelera con dominio del oficio de la cocina, de la gestión de restaurantes y de los vinos. Ella está perfectamente integrada en el medio rural, un espacio que conoce y en el que se mueve con soltura como empresaria hostelera desde hace años.
Nuria Leal dirige el restaurante y hotel–rural Las Baronas. El complejo tiene capacidad para 60 comensales y está equipado con 14 habitaciones. Tiene un emplazamiento privilegiado, pues está en la plaza de la iglesia, a pocos metros del Ayuntamiento y del Museo de los Aromas; este último, gestionado por ella misma, quien a la vez guía a los visitantes junto a la joven Marta Castillo. En el restaurante, menú de día de lunes a viernes a 12 euros –Nuria entiende que este tipo de oferta es obligada en un pueblo– y los fines de semana se puede comer por 25 euros a la carta. Sin duda, un restaurante que merece la pena, por la gestión profesional, su comanda, la visita al Museo de los Aromas, y la experiencia de conocer y disfrutar de un restaurante con aromas azules y nombre de mujer.