EL LAGAR DE ISILLA
El lagar y los frutos de la vid
El Lagar de Isilla y su complejo enoturístico, que incluye bodega y hotel, es uno de los ejemplos más fructíferos del Valle del Duero. Esta es una iniciativa de la familia Zapatero, que ha demostrado la rentabilidad de invertir en el medio rural. La bodega y el complejo enoturístico, que incluye el hotel La Casona del Indiano, están situados en la pedanía de La Vid, y pertenecen al municipio del mismo nombre y de Barrios, a 20 kilómetros de Aranda de Duero. La bodega se construye en el año 2000 y el hotel, trece años después.
Anteriormente, La Vid era una aldea de apenas un centenar de habitantes, que vivían en torno al monasterio del mismo nombre, hoy habitado por los agustinos. Se trata de un pueblo de colonización, pues se construyó para dar cobijo a los habitantes del desaparecido pueblo segoviano de Linares del Arroyo, cuya memoria está bajo las aguas del pantano de Linares. Esto es lo primero que cuenta Pilar Zapatero cuando llegan las visitas. También señala la espadaña del monasterio, los edificios de casas bajas de la entrada del pueblo, la moderna bodega –salpicada de elementos tradicionales en su exterior– y el nuevo hotel, construido en la que fuera casa del último indiano de la comarca, Román Carnicero.
Pero el verdadero fruto de La Vid es que, solo en los últimos cuatro años, cerca de 40.000 personas –entre turistas y comensales– han pasado por El Lagar de Isilla. Dentro del complejo familiar, Pilar es la responsable de enoturismo, junto a otras tareas que se reparte con sus hermanos, Beatriz y Andrés. Pilar lo tuvo claro y a ello contribuye el hecho de que conoce la cultura del vino desde niña, pues su padre tenía bodegas subterráneas –michinales, como se llaman en el pueblo– y viñas en Fresnillo de las Dueñas. Con el paso del tiempo, el mundo del vino terminó atrapándola del todo. Tras diplomarse en Empresariales y Marketing Internacional, y estudiar Lenguas Aplicadas, obtuvo el título de sumiller. No satisfecha con todo esto, decidió dedicar un tiempo a recorrer las zonas de vinos más importantes del mundo y conocer, de primera mano, cómo se enfocaba el enoturismo en otras latitudes. Viajó y trabajó en bodegas de Nueva Zelanda, Chile, Argentina, Sudáfrica y California. Por eso hoy se atreve a asegurar que el diseño de la bodega El Lagar de Isilla, el formato de las catas, degustaciones y visitas, la oferta gastronómica del restaurante y la decoración del hotel están más que a la altura, como confirman los miles de visitantes que pasan por el complejo.
La bodega El Lagar de Isilla está inscrita en el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero y, desde el año 2000, está ubicada en La Vid. Sin embargo, la familia Zapatero comenzó su andadura en el asador de la Calle Isilla de Aranda de Duero en 1995 y fue allí mismo, en la bodega subterránea, donde empezó a recibir a los primeros enoturistas y a elaborar vinos con denominación de origen.
El empresario hostelero José Zapatero ha demostrado la viabilidad y la rentabilidad de una inversión en el medio rural. Los jardines en mitad de las viñas, la decoración de alto contenido etnográfico, el colorido de las vidrieras del interior del complejo, así como la ‘tematización’ de las habitaciones impactan en una clientela que se acerca al Valle del Duero en busca de alojamiento, restaurante y bodegas con contenidos diferentes. La bodega elabora tintos jóvenes, crianzas y reservas con la marca El Lagar de Isilla, acogida a la DO Ribera del Duero. Cuenta con 50 hectáreas de viñedo propio y produce en torno a las 300.000 botellas al año.