Lo mejor de la huerta palentina

La familia Cortés es desde hace treinta años una referencia de la gastronomía local. Lo inauguró Marcelo Cortés junto a sus dos hermanos. En la actualidad él y su hermano Moisés lo regentan.

No hay grandes enigmas en la cocina de esta casa, salvo los ingredientes con los que miman sus platos.

Uno de ellos es la famosa menestra palentina. «El secreto son las verduras naturales y especialmente el guisante palentino que es un poquito dulce y tierno, una delicia. Y además poner mucho cariño», sostiene el jefe de cocina de este establecimiento con ambiente familiar ubicado desde hace casi tres décadas en el centro de la villa galletera. El guisante que emplean es de la huerta palentina, concretamente de Herrera de Pisuerga.

«La verdura tiene que ser fresca porque así ensalza los sabores». Además, hay que echarla unos taquitos de jamón bueno «para que le de gusto» y un poco de ternera que, en su caso, proviene de las montaña de Cervera, según explica.

Las menestra la cocinan a diario, empiezan a las diez de la mañana y tardan unas dos horas y media, aproximadamente. La realizan a fuego lento, en marmita. «Nada de olla exprés», afirma con vehemencia el dueño de este local con fama en otros productos de la zona como las carnes de la montaña.

El lugar se ha convertido en un templo de la gastronomía local palentina donde han llevado con orgullo la defensa de los productos locales. Entre los postres destaca el pudín de queso que elaboran de forma artesanal.

También organizan diversas jornadas gastronómicas como las que celebran en torno a las setas en noviembre y la dedicada a la trucha durante el mes de abril.