Por las cumbres de Neila

Al sureste de la provincia de Burgos se localiza el Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila, que hoy constituye el destino de nuestra ruta. Se trata de un espacio de montaña modelado por las grandes masas de hielo que vinieron a cubrir todo el Sistema Ibérico durante la última glaciación. Estamos hablando de un periodo de tiempo que comenzó hace 110.000 años y finalizó hacia el 10.000 a.C. y que dejó profundas huellas en este paisaje, creando impresionantes morrenas y dando lugar a la formación de magníficas lagunas, todo ello por debajo de un conjunto de cumbres que en esa zona superan los dos mil metros de altitud.

Para conocer y disfrutar al máximo de este singular rincón de la montaña burgalesa vamos a seguir el recorrido del sendero PRC–BU 203, que tiene su origen en el aparcamiento superior del parque, el de Peña Aguda, situado a 1.870 metros, justo debajo de la cumbre que le da nombre.

El sendero, marcado con señales de color amarillo y blanco, comienza su recorrido flanqueando la vertiente oeste de Peña Aguda en un cómodo trazado en sentido descendente. Antes de haber recorrido un kilómetro nos toparemos con una ancha pista que se dirige de oriente a poniente hacia la laguna de la Cascada. A esta laguna nos dirigimos nosotros, con lo que tomaremos la pista hacia la izquierda hasta llegar al idílico rincón donde se mecen sus aguas, a 1.690 metros, casi doscientos por debajo del lugar donde dejamos el coche.

Tras pasar junto a un refugio, el camino empieza a alejarse de la laguna hasta llegar a una bifurcación señalizada. Cerca de este lugar se localiza la Cueva de los Potros, también conocida como del Cura Merino. Se trata de un pequeño refugio natural entre los grandes bloques de granito, que según parece dio en algún momento cobijo a ese famoso clérigo guerrillero durante la Guerra de la Independencia. Desde la bifurcación hacia la izquierda (oeste), el sendero remonta en busca de la terraza superior, donde se encuentran las lagunas Negra y Larga. Sin embargo, vamos a proponer el camino que, desde ese cruce, parte hacia la derecha (dirección noreste) y que nos lleva por la Senda de los Tejos en busca de los que pueden ser los últimos ejemplares de esta especie de toda la sierra de Neila. El bosque es, en todo caso, muy representativo del espacio natural en que nos encontramos, donde se entremezclan los pinos silvestres, con las hayas e incluso también con acebos.

Nuestro sendero termina en un cortafuegos (2,9 kilómetros desde el inicio de la ruta). Nos encontramos a 1.650 metros de altitud, el punto más bajo de toda nuestra excursión, con lo que ahora toca remontar por el cortafuegos en dirección suroeste. Poco después de alcanzar la cota 1.900 podremos hacer un parada en el mirador del Contadero, para disfrutar de las hermosas vistas y tomar fuerzas para los escasos cien metros de desnivel que nos quedan para alcanzar la primera cumbre del día, el Pico Laguna, ya por encima de los 2.000 metros (2.004, para ser exactos), con una buena perspectiva sobre las lagunas Negra y Larga.

Desde aquí, tan sólo nos quedará progresar por el sendero del cordal en suave ascenso para alcanzar la cumbre más alta de la jornada, la Campiña (2.049 metros), presidida por su vértice geodésico, acompañado de un sencillo buzón de cumbre. El paisaje desde esta cima alcanza muchos kilómetros a la redonda, con lo que si tienes suerte y el día está despejado podrás jugar a identificar muchas otras cumbres del Sistema Ibérico.

Llevamos 6,5 kilómetros de marcha, pero ya sólo nos queda descender por la línea del cordal hacia el este. En poco más de quinientos metros desde la cumbre un cambio de pendiente nos anuncia que se abre ante nosotros otro circo más, bajo el cual se encuentran las lagunas de los Pardillos, de los Patos y Brava. Giraremos aquí por el mismo cordal en acusado descenso, primero hacia el norte y luego hacia noreste, para poco tiempo después alcanzar nuestro punto de partida.