Diario de Valladolid

RESTAURANTE DRACOS, CERBEROS (ÁVILA)

Un restaurantede novela en Cebreros

Félix, con su novela ‘Desahucio’, junto a su padre (sentado) y su pareja, Kimberly, que atiende el comedor del restaurante.-ARGICOMUNICACIÓN

Félix, con su novela ‘Desahucio’, junto a su padre (sentado) y su pareja, Kimberly, que atiende el comedor del restaurante.-ARGICOMUNICACIÓN

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Félix toma comanda a diario en el comedor del hotel–restaurante Dracos. Pertenece a una familia de la hostelería cebrereña. De su padre, Félix González Mateo, heredó el tesón. Pero lo más curioso es que toda su vida ha estado ligada a la barra del bar, al comedor, a la discoteca y a la hostelería de su pueblo, Cebreros. Siempre lo ha hecho sin perder de vista su formación pues, sin desatender su trabajo, se licenció en Filosofía y Letras. Hoy, al frente del restaurante y hotel familiar, sigue escribiendo novelas que sus comensales pueden adquirir; la última, bajo el título Desahucio, una mirada crítica a la cruda época de crisis inmobiliaria. Sin duda, todo un personaje, que nos muestra una cara de la hostelería muy interesante.

No deja de ser sorprendente que, al tomar comanda, Félix ofrezca los platos de la zona, como las judías, la sopa castellana, el cochifrito, la menestra, las carnes rojas de Ávila y los quesos. Todo ello, en el marco de la cocina popular que elaboran Zaida y Sofía a diario. Tanto Félix como Kimberly, su pareja, atienden el comedor junto a Dora.

Félix es consciente del lugar donde se emplaza el restaurante, Cebreros, famoso por sus vinos, ya con Denominación de Origen Protegida. Por eso, nunca faltan marcas de las bodegas de la localidad y de toda la zona. Aquí se puede comer un menú diario por 15 euros y, a la carta, por 25. No deja de ser curioso que, al salir del comedor, el comensal tenga la posibilidad de comprar la última novela de Félix o hacerse con otros títulos, como Néstor y la rueda de la vida o Las andanzas de Camilo José Cela en Cebreros. Y es que Félix, además de cocina y alojamiento, vende a su clientela la figura de su paisano Adolfo Suárez y el Museo de la Transición que lleva su nombre, que visitan después los comensales que pasan por su casa. Sin duda, un restaurante de novela.

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