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BODEGA BUEZO (DO ARLANZA)

Un Arlanza de plata en bruselas

El vino Buezo Varietales de la Bodega Buezo se clasifica como subcampeón dentro del prestigioso Concurso Mundial originario de Bélgica

Abel Buezo en los viñedos de su finca ubicada en el municipio de Mahamud.-EL MUNDO

Publicado por
VALERIA CIMADEVILLA
Valladolid

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El vino Buezo Varietales acaba de recibir la medalla de plata en la última edición del Concurso Mundial de Bruselas, celebrado en Valladolid en el mes de mayo. Considerado como referente en materia de competiciones internacionales de vino, el jurado supo reconocer la fusión entre las distintas variedades de uva que lo compone, un 50% de tempranillo, un 25% de merlot y un 25% de cabernet sauvignon. «Después de todo el esfuerzo, más que el producto, somos conscientes de todo el cariño que ponemos en cada fase de elaboración, porque controlamos todo el proceso, desde la cepa hasta que el vino está casi en manos del consumidor», indica Abel Buezo, propietario de la bodega que lo produce y que lleva su mismo apellido.

Este es un galardón más a añadir a otros muchos recibidos por las marcas que fabrican, incluidas dentro de la joven Denominación de Origen Arlanza. De hecho el proyecto de la bodega se inició en el año 2000, y hasta hace dos años no han empezado a comercializar porque han preferido testar sus elaboraciones en diferentes concursos para ver cómo se reciben. «Es una manera de saber si vamos por el camino correcto», asegura el bodeguero.

Sus viñedos se ubican en la finca de Valdeazadón, en el municipio burgalés de Mahamud. El objetivo con el que comenzó era llevar a cabo «algo pequeño», compaginándolo con su actual actividad relacionada con la venta de cereales. «Era inviable empezar a pequeña escala, porque los tiempos de maduración en este negocio son muy largos», apunta. Así, tomó la determinación de adquirir una finca con 60 hectáreas de las cuales 46 están destinadas a los viñedos.

Además de plantar las variedades de tempranillo, petit verdot, cabernet sauvignon y merlot, están experimentando con la tannat –de uva tinta– y otras de uva blanca. Están todas en espaldera alta, posicionadas en una parte de la finca, dividida por sectores que se clasifican según la orientación y el tipo de terreno. «La zona es arenosa y drena muy bien en la superficie», indica.

Para la vendimia utilizan cajas perforadas de 15 kilos para que si alguna uva se rompe el mosto caiga al suelo y no de lugar a fermentaciones antes de que entren en el tino. Después se hace una doble selección de racimos y bayas de forma manual, que se dejan en depósito de acero o de roble, con una maceración prefermentativa durante tres días a 7 grados. En aproximadamente 25 días se produce la fermentación alcohólica, momento en el que se sacan los vinos para realizar una nueva fermentación maloláctica. Una vez concluida, en torno a los tres meses con una temperatura de 19 grados, se hace una selección para trasladar el resultado a las barricas de diferentes robles, francés y americano. Todos sus vinos se elaboran de la misma manera y permanecen en las barricas un mínimo de 12 meses y seis años en botella. «Luego cada uno tiene más tiempo en barrica dependiendo de la cosecha y del criterio del enólogo. No es algo uniforme, él los va catando y su experiencia le va guiando», refleja Abel.

Aparte del Buezo Varietales, disponen del Buezo Tempranillo, fabricado con un 100% de esta variedad; del Petit Verdot, que lleva un 50% de tempranillo y 50% de petit verdor; y el Nattan, formado por una selección propia del enólogo. El bodeguero no destaca ninguno en concreto porque para él todos les identifican de alguna manera. Depende del acompañamiento, el maridaje e incluso el estado de ánimo de la persona. «Son vinos que aunque están elaborados tienen casi el mismo paso por barrica, pero el mínimo en botella son seis años y se nota esa crianza, se aprecia en todas las variedades».

Actualmente tienen una producción anual de 70.000 botellas, con un 70% de venta destinada a la exportación y un 30% nacional.

Echando la vista atrás Abel califica el recorrido de la bodega, más que como duro, como una vivencia y realización personal. Sigue compaginándolo con su profesión principal, pero tanto él como el resto de trabajadores, opinan que es una satisfacción ver los avances. «Es un reto ver como se van consiguiendo metas y reconocimientos».

En su mente lo que ahora le ronda es consolidarse dentro del sector, haciendo una labor comercial mas intensa para darse a conocer y posicionarse en su segmento, sobre todo a nivel nacional.