TURISMO EN LA NATURALEZA - ENTORNO FLUVIAL
Cinco paisajes cañón
Los cortados de los ríos Duratón y Riaza en Segovia, Lobos en Soria, y Ebro y Rudrón en Burgos se prestan al disfrute de actividades lúdicas
La erosión originada en la roca caliza por el curso de algunos ríos ha dejado, tras millones de años, imágenes de gran belleza. Cortes y paredes rocosas que alcanza los 200 metros de altura desde el cauce el río hasta el páramo. Son espacios vivos en los que rapaces, oropéndolas o ruiseñores, entre otras muchas especies, conviven con anfibios, nutrias, reptiles y mamíferos que encuentran acomodo entre una masa forestal de gran riqueza. Para quienes se acercan a estos cañones por primera vez, las casas del parque de la Fundación Patrimonio Natural facilitan una información completa para aprender a ver todo lo que se abre a nuestros ojos.
HOCES DEL DURATÓN
El Mirador de San Frutos, en la ermita del mismo nombre; el mirador del cerro de San Blas, en Fuentesoto, y el Pico del Cuerno, son los principales observatorios hacia los cañones del río Duratón. En cualquier de ellos se observa la dimensión de la altura que alcanzan los impresionantes cañones.
Al cerro de San Blas se accede desde la localidad de Fuentesoto y ofrece la perspectiva del final de las Hoces del Duratón. Al contrario, desde Sepúlveda, su mirador inicial ofrece vistas al comienzo de los cortados.
Y es que como explican los lugareños, las hoces diferencian claramente dos partes: desde Sepúlveda a Burgomillodo (Hoces de arriba) y lo que llaman las hoces septentrionales, que van de San Miguel de Bernuy hasta Fuentidueña.
Desde el Pico del Cuerno se ve la embocadura del cañón hacia el embalse de las Vencías. Si se deja el coche en san Miguel de Bernuy hay una ruta señalizada hasta el Pico del Cuerno, de unos 3,5 km. Dejando el coche en Fuentesoto o en Tejares, la ruta del pico de San Blas, suma cerca de 3 kilómetros.
HOCES DEL RIAZA
A los cañones del Río Riaza se puede llegar desde tres núcleos: Maderuelo, Valdevacas de Montejo y Montejo de la Vega de la Serrezuela. Al noroeste de la provincia de Segovia, lindando con las de Burgos (por el norte) y de Soria (por el este), los tres enclaves ofrecen vistas y paseos espectaculares a los cañones.
Entre la localidad de Maderuelo y la presa de Linares del Arroyo, con un relieve relativamente suave, el Riaza quedó embalsado hace más de medio siglo. Pasa por ser uno de los miradores más llamativos.
Entre la presa y el arroyo de El Casuar, con una longitud de 5,5 kilómetros, el río se ha encajado en las calizas formando un cañón calcáreo de hasta 150 metros de profundidad y más de 200 metros de anchura. Y a partir de dicho arroyo y hasta la localidad de Montejo de la Vega, el río abandona las calizas formando un valle con una fértil vega en su fondo.
La vegetación que tapiza el páramo es principalmente esteparia, con manchas de arbolado compuesto por sabinares, encinas y quejigares. Junto a la espectacularidad del paisaje, las aves son las que confieren al espacio su principal característica. La presencia de cortados calizos, pródigos en repisas y oquedades de los más variados tamaños, permite el asentamiento de una rica comunidad de aves de roquedo. El embalse de Linares del Arroyo se convierte todos los años en la principal área provincial para la invernada de diversas especies de aves acuáticas.
CAÑÓN RÍO LOBOS
El Cañón del Río Lobos es el más visitado de la Comunidad y no es por casualidad. Sus paredes rocosas repletas de grutas (algunas con sus propios misterios), la rica fauna especialmente de rapaces o la legendaria ermita templaria en su epicentro componen un paisaje único. Tiene 25 kilómetros de longitud, abarca 12.200 hectáreas y engloba a siete municipios. Toca también parte de Burgos, pero la zona más turística (y puerta de acceso) es la soriana. Con Ucero como puerta de acceso, ofrece todos los servicios turísticos. El mirador de La Galiana o la Casa del Parque de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León ayudan a hacerse una idea de este espacio que, a pie o en bicicleta, merece la pena disfrutar paso a paso.
El mejor itinerario para llegar hasta allí sigue la carretera N–122 hasta El Burgo de Osma y después por la vía SO–920 hasta Ucero. También se puede optar por la carretera N–234 hasta San Leonardo y la SO–920 que lleva hasta Ucero.
Para comprobar la riqueza y belleza de este parque natural nada mejor que caminar por alguna de las 15 rutas de senderismo que la Casa del Parque propone para recorrerlo. Una de las más frecuentadas es la del Colmenar de los Frailes con la ermita de San Bartolomé y la Cueva Grande como dos de sus atractivos. al pie de la cual se encuentra la ermita templaria de San Bartolomé. Está a 3,5 kilómetros del acceso de Ucero. Otros dos puntos de interés son el puente de los Siete Ojos y el mirador de La Galiana.
Una variada oferta de alojamientos facilitan reservar más de un día a este destino natural. En Ucero hay camping, apartamentos rurales y casas rurales muy bien valoradas. En Casarejos, San Leonardo o El Burgo de Osma, todas a menos de 20 kilómetros, la oferta se amplía incluyendo un balneario y hoteles de hasta cuatro estrellas.
ALTO EBRO Y RUDRÓN
Con una superficie que supera las 45.000 hectáreas, el parque nartural del Alto Ebro y río Rudrón, es de los más interesantes del país. Se encuentra al noroeste de Burgos, en la zona de confluencia de la meseta y la cordillera Cantábrica. Su génesis de debe al encajamiento y erosión de la roca calcárea del páramo de La Lora producida por los ríos Ebro y Rudrón, dejando cortes verticales que llegan a lacanzar los 200 metros de altura.
Hay dos lugares desde los cuales se puede disfrutar de la belleza de este paisaje: Orbaneja del Castillo, en la margen izquierda del cañón y a cerca de 70 kilómetros de la capital burgalesa por la carretera BU–643, y Valdelateja, a menos de 60 kilómetros de la capital por la N–623. En este último municipio hay que acercarse hasta la ermita de las santas Centola y Elena para contemplar el cañón del Rudrón.
La excursión hasta estos dos cañones se completa con la visita a sus municipios. Sobresalen Orbaneja, atravesada por las aguas que se precipitan desde la Cueva del Agua, y Pesquera de Ebro. Casas blasonadas, arquitectura tradicional y calles en pendiente esperan al visitante.
LAS ARRIBES
Las –en Salamanca– o los –en Zamora– Arribes se extienden a lo largo de 120 kilómetros siguiendo el curso del Duero, en el tramo fronterizo que separa España de Portugal y donde los acantilados dibujados por el río alcanzan desniveles de hasta 200 metros de altura.
El entorno forma un espectacular parque natural, declarado reserva de la biosfera, que está sembrado de miradores desde los que contemplar las formas que va marcando el cauce. Lógicamente, si se quieren recorrer los Arribes en toda su extensión es necesario utilizar un coche que nos acercará hasta los caminos desde los que se accede a algunos de los miradores que se asoman al río.
Un buen punto de partida para recorrer los Arribes españoles es la localidad de Villardiegua de la Ribera (Zamora). Un poco antes, la carretera nos hace atravesar el puente de Requejo, conocido como puente Pino, que ofrece vistas admirables. Miradores hay muchos, aunque algunos tienen un especial encanto, como el que hay que buscar al pie de la ermita del Castillo, en Fariza, o el que ofrece la atalaya sobre la que se asienta Fermoselle.
Tras atravesar la presa de Almendra los Arribes entran en la provincia de Salamanca, donde merece la pena parar en Aldeadávila para ver los acantilados desde el Picón de Felipe, aunque hay que andar un poco, y, siguiendo la carretera y sin salirse de ella, el mirador del Fraile. Yen la comarca no hay que perderse el Pozo de los Humos, en la localidad de Masueco.
Los Arribes se pueden recorrer también en piragua, la empresa Zamora Natural organiza viajes de todo tipo, una opción que ofrece una perspectiva diferente y otra manera de acercarse al río. Desde el agua se pueden ver también en crucero fluvial que sale desde Miranda do Douro y desde Aldeadávila. También en cita
Fermoselle es un punto medio adecuado para alojarse, por ejemplo, en el hotel La Casa del Regidor, y también comer especialidades de la zona en el restaurante España, ambos cerca de la plaza Mayor de la localidad.
En Salamanca, y dentro del Parque Natural, destacan la posada real Quinta de la Concepción, en Hinojosa de Duero, y el complejo Aldeaduero, en el salto de Saucelle.