BODEGA MICROBIOWINES
Rey de blancos con nombre de microbio
Ismael Gozalo, el creador de los Ossian, lanza desde la bodega más antigua de Nieva, veinte vinos diferentes; entre ellos Frágil, al que Parker otorga un 93+
Creció entre las viñas prefiloxéricas que su familia ha sabido cuidar desde hace cinco generaciones. En Nieva, capital del verdejo, a este vinatero se le acrecentó el gusto por la elaboración de vinos singulares y, después de haber lanzado al mercado algunos de los blancos más relevantes del panorama, ha fundado su tercera y «definitiva» bodega. Está situada frente a la iglesia de la localidad y ocupa una pequeña parte de lo que fue en su día el Monasterio del Parral, donde los monjes cuidaban hace siglos el verdejo que ha hecho famosa esta tierra. Cuenta Ismael Gozalo, viticultor, enólogo y bodeguero, cofundador de Viñedos de Nieva en los años ochenta y creador, varios lustros después, del afamado Ossian, del que se desvinculó, que MicrobioWines es una bodega a su medida, en la que no ha escatimado ni medios ni experiencia acumulada a lo largo de más de media vida. Elabora 30.000 botellas al año con veinte referencias diferentes que responden a nombres tan atípicos como el mismísimo ‘Sin Nombre’. Sobresalen entre la producción, cuya cuota de exportación supera el 70%, los blancos, que ocupan el 75% de su producción y se llevan las mejores críticas. También elabora rosados, en pequeña cantidad; unas 2.500 botellas al año y el resto son cuidadas botellas de tintos con uvas «de capricho».
Microbio wines resume en su nombre la filosofía de su creador, que dio muchas vueltas al nombre. ‘Micro’ viene de pequeño; ‘Bio’ de agricultura biológica, y todo junto, ‘microbio’, festeja la mineralidad de los vinos. Sostiene que «los microbios son los responsables de esa mineralidad: los artífices de captar del suelo los sabores y aromas que logrará el vino procedente de muy diferentes terruños». «Lo más importante que hay que transmitir a un vino es la zona geográfica en la que nace. Es lo que hará a un producto diferente de otro», subraya.
Sus viñas están casi en su totalidad en Nieva, repartidas en veintiocho parcelas de las proximidades. Sin embargo, hay otras uvas más distantes; como la mencía que crece en una parcela de Corullón, al lado de Villafranca del Bierzo, o la uva rufete, que viene de la sierra de Francia, cerca de Villanueva del Conde.
Las syrah, tempranillo y Merlot son varietales que plantó hace veinte años en los parajes de Nieva llamados Los Arroyuelos y La Zorrollonga. Además algunos de sus vinos como el ‘Pirata’, del que elabora 810 magnum, llevan mitad verdejo y el resto tres variedades que Ismael mima especialmente: garnacha blanca, viura y Malvasia. En total las cepas que atiende con otros dos empleados, suman 28 hectáreas y media, lo que supone una superficie muy grande para la pequeña producción de esta bodega artesanal.
Ismael Gozalo vende cada año el 60% de la uva que a él no le encaja para hacer sus vinos especiales. «Solo puedes hacer vinos de capricho seleccionando entre lo selecto», argumenta. Microbiowines aprovecha así la mejor uva y emplea tecnología vitivinícola muy especial, como una bomba peristáltica con la que traslada el vino sin agitarlo, «ni maltratarlo», porque según explica, «el cilindro metálico que procura la impulsión del vino, no lo golpea ni lo desgasea, utilizando las lías naturales como única protección». Sus vinos no tienen corrección, al ser embotellados en la primera fermentación, «son vinos naturales», apostilla.
Así no es extraño que al influyente crítico Robert Parker alguno de los vinos blancos de este viticultor ecléctico le parezcan lo mejor que se elabora en España. Palabra de Parker. Su ‘Frágil’ ha logrado en la revista norteamericana The Wine Advocate la máxima puntuación entre los blancos regionales. Pero más allá de estas consideraciones, a su autor lo que realmente le deja satisfecho es poder hacer el vino que le gusta.
Ahora está «emocionado» con ‘los burbujas’, unas codiciadas botellas bautizadas como ‘Pét nat Nieva York’, –por aquello de que se exportarán íntegramente a la Gran Manzana–, que elabora con los ancestrales métodos anteriores a Don Pèrignon: «sin añadir azúcar alguno ni levaduras; vinos 000 corrección», subraya. Para este enólogo hecho a sí mismo la apuesta por el vino natural lo es todo en el complejo mundo vitivinícola.
MicrobioWines crece de forma sostenida y la considerada bodega le hace albergar un sueño insólito: «Mi principal objetivo es decrecer para valorar el resultado aún más».
Así seguirá aplicándose a los vinos de carbónico natural y bajo flor de velo, lo que a su juicio supone «dar una vuelta de 360 grados al tratamiento de la uva verdejo antes de su maduración».
Para este enólogo hecho a sí mismo la apuesta por el vino natural lo es todo en el complejo mundo vitivinícola. MicrobioWines crece de forma sostenida y la considerada bodega le hace albergar un sueño insólito: «Mi principal objetivo es decrecer para valorar el resultado aún más».
Así seguirá aplicándose a los vinos de carbónico natural y bajo flor de velo, lo que a su juicio supone «dar una vuelta de 360 grados al tratamiento de la uva verdejo antes de su maduración».