YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
Un viaje por la Hispania romana
Castilla y León guarda auténticas joyas del Imperio entre obras de ingeniería, teatros o villas. Una excusa perfecta para descubrir su pasado
En el año 218 a.C. Roma desembarcaba por primera vez en la Península Ibérica. Desde Tarraco, la actual Tarragona, las legiones del Imperio iniciaron la conquista de Hispania. No fue tarea fácil. A diferencia de la mítica frase empleada por Julio César tras la batalla de Zela en la que derrotó al rey del Ponto (veni, vidi, vinci, o lo que es lo mismo: llegó, vio y venció) para referirse a la rapidez con la que proclamó su victoria, la conquista de Iberia fue larga y ardua, alargándose durante 200 años.
Castilla y León fue uno de los múltiples escenarios de película en las distintas fases de la conquista romana. La primera de ellas tuvo lugar durante las Guerras Celtíberas (153-133 a.C.) con la invasión y caída de la ciudad celtíbera de Numancia. La localidad soriana de Garray celebra durante este año el 2150 aniversario de esta batalla en la que se demostró la fortaleza y coraje de sus gentes.
NUMANCIA, ESPÍRITU REBELDE
En un primer momento los antiguos pobladores sorianos consiguieron derrotar a un ejército formado por 30.000 hombres mandados por el cónsul Quinto Fluvio Nobilior en el año 153 antes de Cristo. Sin embargo, tras 20 años repeliendo los continuos ataques, el senado Romano confiere a Publio Cornelio Escipión la labor de destruir Numancia. Para ello sitió la ciudad, levantando un cerco de 9 kilómetros formado por torres, fosos y empalizadas. Tras 15 meses de asedio constante y sometidos a la hambruna, los numantinos decidieron poner fin a su situación en el verano de año 133 a.C. Algunos de ellos se entregaron como esclavos, mientras que la gran mayoría prefirió suicidarse, demostrando una valentía y fortaleza, que les mereció fama y reconocimiento. De ahí que la palabra numantino sea a día de hoy sinónimo de «tenacidad hasta el límite», según recoge la Real Academia de la Lengua en su Diccionario. La heroicidad del pueblo que luchó contra la invasión, la humillación y la injusticia de Roma, fue reflejado por Miguel de Cervantes en su obra El cerco de Numancia.
Además de representar un símbolo universal de libertad, Numancia es el yacimiento que ha aportado mayor información del mundo celtibérico. Para conmemorar esta efeméride se ha preparado un extenso programa. Uno de los primeros eventos conmemorativos tendrá lugar desde este sábado 25 de marzo con la exposición en la que se recrean con los personajes de Playmobil los escenarios en los que se desarrolló la gesta y la vida cotidiana del mundo romano y celtíbero. Podrá verse de forma gratuita hasta el 4 de noviembre en el Aula Arqueológica de Garray.
Las Guerras Cántabras (29-19 a.de C.) constituyeron uno de los últimos episodios de la conquista romana en la Península. Unas luchas contra las tropas de Augusto en las que villas, asentamientos y enclaves de Castilla y León sirvieron como campo de batalla. La guerra fue muy dificultosa pues se amparaba en su geografía y se servía de una guerra de guerrillas. El norte de León, Burgos y Palencia fueron algunos de los enclaves donde tuvieron lugar estos enfrentamientos bélicos.
La comunidad guarda auténticas joyas de la arqueología romana en perfecto estado de conservación. Obras de ingeniería civil, teatros, campamentos militares, minas de oro, termas, foros o villas de nobles son algunas de las maravillas de esa época que podemos visitar.
Un buen ejemplo lo encontramos en la ciudad leonesa de Astorga, que fue campamento de las tropas militares de la Legio X Gémina, encargada de la incorporación al Imperio romano del territorio Astur.
ASTÚRICA AUGUSTA
Se levantó sobre un castro prerromano durante las guerras cántabras en las que participó el emperador Octavio Augusto, que acabaría por dar nombre a la ciudad en el año 15 a.C. Fue enviado con la misión de pacificar y romanizar el territorio de los Astures, recientemente anexionado al Imperio, y asegurar el control de las explotaciones auríferas.
En la actualidad, y gracias a la arqueología, se conoce parte del campamento militar, dos termas, parcialmente el foro y el sistema de alcantarillado. Desde el año 2000 el Museo Romano de Astorga muestra al visitante cómo se desarrollaba la vida cotidiana, tanto pública como privada de los habitantes de la antigua Astúrica Augusta. Ubicado en la Ergástula (uno de los edificios mejor conservados de la Astorga romana, declarada Bien de Interés Cultural Nacional), este museo abre las puertas al conocimiento de la cultura romana en España, desde sus orígenes hasta la época tardorromana. Cuenta con una exposición permanente y otra con salas de trabajo del departamento de arqueología municipal.
Otra forma interesante de conocer la Astorga romana es visitando las Fiestas de Astures y Romanos que celebran durante el mes de julio.
Recreación del Aedes Augusti de Astorga, lugar de culto imperial.
EL ORO BERCIANO
Un monte con corazón de oro. Enclavado en el Bierzo, al noroeste de los Montes Aquilanos y junto al valle del Sil, se encuentran las Médulas, la principal mina de oro del Occidente en Hipania. de la que extrajeron los romanos el dorado mineral para la fabricación de monedas del imperio durante 160 años. Declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1996, su impresionante paisaje rojizo ha sido foco de atracción de turistas. Desde su puesta en marcha hace diez años, más de 230.000 personas ha realizado la visita guiada que ofrece el Centro de Recepción de Visitantes, gestionado por el Consejo Comarcal del Bierzo. La ruta, de poco más de 3 kilómetros, discurre a través de un bosque de castaños centenarios, en una zona conocida como la Senda de las Valiñas. Durante el recorrido, de aproximadamente dos horas, la guía ofrece explicaciones sobre el lugar, con especial atención al proceso conocido como ‘ruina montium’.
Las Médulas, la mayor mina de oro del Imperio./CARRASCAL
TEATRO ROMANO DE CLUNIA
Otra de las ciudades más importantes de la mitad norte de Hispania, fue la conocida como Clunia Sulpicia. Durante la época de mayor apogeo, durante los siglos I y II, llegó a tener 30.000 habitantes. Situada al sur de la provincia de Burgos, fue fundada en un cerro a poca distancia de un asentamiento celtíbero perteneciente a los arévacos, una tribu prerromana que pertenecía a la familia de los celtíberos.
De los restos arqueológicos que se conservan destaca el teatro, excavado parcialmente en la roca y que tuvo capacidad para 10.000 espectadores, lo que lo convertía en uno de los mayores de su época en Hispania. Su recuperación fue merecedora del premio de Restauración y rehabilitación otorgado por los Premios bianuales de Arquitectura de Castilla y León de 2004/05.
El yacimiento, abierto prácticamente durante todo el año, ofrece entrada gratuita a menores de 8 años. Entre las actividades que programa, destaca especialmente el Festival de Verano y el Grecolatino.
OBRAS DE INGENIERÍA
Si hay un monumento que tenga el reconocimiento de ser una de las mejores obras de ingeniería civil en España es el Acueducto de Segovia. Las hipótesis apuntan al siglo II d.C como fecha de construcción, bajo los reinados del emperador Trajano o principios de Adriano. Sus 167 arcos de piedra granítica están constituídos por sillares unidos sin ningún tipo de argamasa mediante un ingenioso equilibrio de fuerzas. Sirvió como forma de transportar el agua desde Ríofrío, a los pies de la Sierra de Guararrama, realizando un recorrido de 15 kilómetros. El sistema de canalización permitía que el agua llegara a termas, casas nobles y fuentes públicas, muriendo en lo que hoy es el Alcázar.
La ciudad de Segovia con su espectacular Acueducto.
El monumento, declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, no deja indiferente a nadie. Cada día son cientos los turistas que se apostan en las inmediaciones de la plaza del Azoquejo para contemplar la belleza de esta obra de ingeniería que ha pervivido en perfecto estado de conservación hasta nuestros días. El ayuntamiento ofrece visitas guiadas de 1h. 30’ de duración que parte del Centro de Recepción de Visitantes, a los pies del Acueducto.
VILLAS ROMANAS
Para conocer al detalle cómo era la vida de los patricios romanos Castilla y León cuenta con la villa romana de la Olmeda (Palencia), uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo romano hispánico declarado Bien de Interés Cultural. Fue descubierta en 1968 por Javier Cortés en unos terrenos de su propiedad. El palacio campestre fue edificado en tiempos de Diocleciano y de Teodosio I, entre los siglos IV y V. Destaca el mosaico figurativo situado en el oecus o sala de recepción, una escena de caza en la que se representa el mito de Aquiles. Una visita imprescindible para los amantes de esta época histórica.
En la provincia vallisoletana encontramos la villa romana de Almerana-Puras, una lujosa residencia bajoimperial (siglos IV-V d.C) que se recrea a través de ocho espacios tematizados.
Las numerosas calzadas romanas que discurren a lo largo de nuestra geografía constituyen otra de las referencias obligadas a la hora de hablar del pasado romano, con destacada importancia a la Vía de la Plata que discurre desde Astorga hasta Mérida.