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POSADA RESTAURANTE EL MOLINO DEL CUBO (SAN ESTEBAN DEL VALLE, ÁVILA)

El premio de un buen restaurante

Ismael González, asesor gastronómico del establecimiento, fue reconocido mejor cocinero de Castilla y León

Ismael González se dispone a trocear un chuletón de avileña recién preparado.-DESTINO GREDOS

Publicado por
Antonio García

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El restaurante El molino del Cubo situado en la sierra de Gredos, se ha convertido en una referencia gastronómica tras los premios conseguidos por su jefe de cocina y asesor, Ismael González, ganador del XII Campeonato de Cocineros de Castilla y León.

Este madrileño de nacimiento y abulense de corazón ha hecho de este lugar situado a unos 65 kilómetros de la capital de la provincia de Ávila, un punto de atención para quienes quieran degustar la buena cocina tradicional, con toques de modernidad.

Pese a sus 31 años, González cuenta con una experiencia profesional que en 2016 le llevó a ganar el XVII Concurso Ávila en Tapas con el pincho ‘crujiente de rabo de avileña con mahonesa ahumada de su jugo y ensalada de wakame y micro vegetales’ –reducido a ‘tradición renovada’–, con el que fue finalista en el Concurso Nacional de Valladolid.

La vorágine de los últimos meses le han hecho querer «descansar de concursos» y tomarse un respiro para prepararse el Campeonato Nacional de Cocineros de este año, así como para ir renovando la carta de El Molino del Cubo, introduciendo poco a poco algunos toques de modernidad en una carta en la que abundan los platos tradicionales.

González comenzó a trabajar hace 12 años en este establecimiento. Él mismo, junto a su pareja decidió emprender un negocio en la capital. Tras cinco años cerraron por motivos ajenos a ellos. Desde entonces, todo han sido éxitos y mucho trabajo para hacer de El Molino del Cubo un lugar de referencia, ya que este establecimiento se encuentra «en uno de los mejores entornos de Ávila», según asegura Ismael González.

«Nunca podremos olvidar al verdadero creador de la finca hace ya más de 50 años, que fue el gran escultor Aurelio Teno, al que le tenemos que agradecer el gran legado en arte del cual hoy podemos disfrutar en estos maravillosos jardines diseñados por él», recuerda González.

Este lugar situado en el entorno de El Barranco de las Cinco Villas, es un reclamo para amantes de la naturaleza, la historia y de todo tipo de deportes. Su proximidad a Madrid, y a las comunidades de Castilla–La Mancha y Extremadura, hacen de esta posada un lugar perfecto para disfrutar de un paraje inigualable, sin tener que realizar grandes trayectos.

Además, El Molino cuenta con amplio espacio para aparcamiento, está rodeado de naturaleza, cuenta con piscina de agua natural, más de 3.000 metros cuadrados de jardines y otros atractivos que hacen de este lugar un sitio ideal para el relax y el disfrute de la buena cocina.

Con una decoración tradicional, Ismael González considera que el establecimiento «es perfecto tanto para familias como parejas o grupos». Dispone de un restaurante con una capacidad de hasta 70 comensales en el que un gran ventanal deja ver la garganta que cruza esta finca.

Asimismo, dispone de una explanada de jardines con unas inmejorables vistas al valle en la que celebran bodas y eventos de hasta 300 comensales, con una zona de baile en un bosque de castaños y nogales junto al río en la que terminar el evento.

La Posada cuenta con 14 habitaciones dobles, un salón en dos ambientes y un minibar para dar servicio tanto al restaurante como a los hospedados.

González define esta cocina como «sencilla y tradicional», a la que poco a poco va incorporando algunos «toques de modernidad», para que su público se vaya adaptando al estilo que pretende imprimir a este lugar, siempre con «buenos productos». Entre ellos, la carne avileña, las judías de El Barco de Ávila, los pescados frescos… pero todo con su particular «toque», fundamentalmente en las salsas. Así, el solomillo a la Imperial –una salsade la propia casa con base de boletus– es uno de sus platos mas demandados, al igual que sus migas del pastor o los revueltos a base de boletus en los que se han vuelto unos especialistas. Otro de los platos que sorprende es el de mollejas a la miel, donde va dejando ver sus «toques personales».

A otro de los platos tradicionales abulenses, las patatas revolcones, lo ha dado «un vuelco» en la presentación: van con torreznos, picos artesanos, pétalos de cebolleta, piparras e hilos de chile.

Además, elabora un bacalao confitado sobre guiso de morro de cerdo, con jamón y pimientos de piquillo. «Eso a la gente cuando lo lee, le choca», reconoce el jefe de cocina, que además, por si fuera poco, le añade como acompañamiento unas patatas paja especiadas.

«Son sabores reconocibles, partiendo de recetas tradicionales», resume Ismael González sobre algunos de los platos que pueden degustarse en El Molino, regados fundamentalmente con vinos de la tierra, aunque la carta también incluye algunos de Rioja, Ribera del Duero…