Diario de Valladolid

DORMIR EN UN MONASTERIO

Un retiro espiritual en toda regla

Castilla y León presenta infinidad de lugares religiosos donde ‘desconectar’. Una escapada espiritual para comenzar el año con nuevas energías

Arriba, imagen del claustro plateresco del Monasterio de Santa María de Huerta (Soria).-L. P.

Arriba, imagen del claustro plateresco del Monasterio de Santa María de Huerta (Soria).-L. P.

Publicado por
Henar Martín Puentes

Creado:

Actualizado:

En estas fechas muchos de nosotros necesitamos hacer balance, reencontrarnos y desconectar de la rutina y el bullicio en el que estamos habitualmente enfrascados. Es una necesidad vital. Parar y reflexionar. O como algunos dicen ‘resetearse’. Poner el marcador a cero y volver con las pilas cargadas para poder afrontar nuevas metas y proyectos. El comienzo del año puede ser un buen momento para dejar de lado el móvil, las redes sociales o el WhatsApp y elegir un monasterio para hacer una escapada donde alejarse por unos días del ruido. Dicen que aquellos que lo prueban salen con otra mirada, con otro gesto. Una experiencia para la que no hace falta ser religioso ni practicante. Simplemente ganas de meditar, estar en calma, y en definitiva, encontrar esa paz interior que tanta falta nos hace.

En España hay más de mil conventos y centros religiosos de los que 600 disponen de hospedería. Castilla y León es un paraíso espiritual. Nuestra tradición religiosa ha dejado un territorio con una oferta amplia de estancias en monasterios y conventos.

Moisés Salgado, prior del Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos) asegura que la demanda se ha incrementado en el último año «ahora estoy yo mismo sorprendido». Las 22 habitaciones que ofertan sólo para hombres en este monasterio benedictino está al 100% de ocupación a partir del 26 de diciembre. «La gente necesita silencio, soledad, estar tranquilo, en definitiva matar el hambre de Dios», explica el prior. Durante su alojamiento se le da libertad al visitante en el horario y costumbres. Algunos de los huéspedes siguen los oficios religiosos que comienzan a las 6:00 de la mañana con los denominados maitines. El alojamiento con pensión completa cuesta 42 euros.

«Las personas que entran nunca salen igual, vuelven a estar en sí, son personas sedientas de Dios» cuenta el hermano Christian, hospedero de Monasterio de San Isidro, situado en Dueñas (Palencia). Las 19 habitaciones de esta hospedería que pertenece a la orden del Císter se llenaron durante el pasado Puente de la Constitución. Un lleno total que volverá a repetirse durante las fechas navideñas. La estancia mínima para alojarse es de 3 noches.

El perfil de este tipo de turismo diferente y alternativo que cada día va ganando adeptos es de clase media-alta. «Son personas que buscan trascender en la vida», según el hermano Christian. Muchos de ellos proceden de grandes urbes como Madrid, Valencia, Zaragoza, Valladolid y sorprendentemente llegan de zonas como Murcia, Andalucía o Cataluña. Algunos están afrontando una crisis existencial o espiritual. Otros, simplemente buscar alejarse del ‘mundanal ruido’.

Durante su estancia pueden usar el teléfono móvil siempre y cuando no estorben la calma que impera tras los gruesos muros de piedra de estas construcciones centenarias.

La calma y la paz se perciben nada más abrir la puerta de estos lugares sagrados. Durante esos días el turista puede disfrutar de la oración, descansar, dar paseos y disfrutar de una comida casera sencilla. En el Monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, en Soria, cuentan con 17 habitaciones con capacidad para alojar hasta 30 huéspedes a un precio de 38 euros con pensión completa. La estancia mínima es de 2 noches. El hermano hospedero del centro, Juan González, dice que, «desde hace un tiempo la demanda ha ido creciendo y se hace imprescindible reservar con tiempo porque los fines de semana suelen estar muy solicitados».El monasterio no dispone de wifi, hay que acudir a un bar del pueblo para poder conectarse, lo que le otorga mayor sencillez al espacio, donde los monjes invitan a los huéspedes a participar de la liturgia.

Unas vacaciones diferentes en las que la combinación de sosiego y sencillez puede dar más resultados que cualquier medicina contra el estrés. Y no tiene efectos secundarios, excepto que al probarlo den ganas de repetir la experiencia.

tracking