Diario de Valladolid

BODEGAS LIBERALIA (DOP TORO)

El vino, un arte más

Liberalia ultima estos días el proyecto integral de la bodega que inició la producción de vinos en la comarca toresana en el año 2000

Juan Antonio Fernández entre su hija Patricia (i) y Cristina, administrativa de la bodega,-Mariam Deneiva

Juan Antonio Fernández entre su hija Patricia (i) y Cristina, administrativa de la bodega,-Mariam Deneiva

Publicado por
JOSÉ LUIS CABRRO
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Las uvas conviven con la poesía en la viña y en la bodega, las botellas comparten espacio con Sarasate y Verdi, las barricas están próximas al rincón de los pintores y un piano preside la sala subterránea de catas. Este escenario es el que se vive a diario en la bodega Liberalia, en la DOP Toro (Zamora) donde el fundador Juan Antonio Fernández ha sabido volcar su pasión por el arte en la elaboración de vinos, que se convierten así en una representación artística más.

La batuta de la bodega la lleva actualmente su hija, Beatriz Fernández Pujo, consciente de que la labor desarrollada en la empresa desde el año 2000, cuando se procesó la primera cosecha, tiene todavía mucho recorrido por delante. La familia está a punto de terminar el proyecto integral de la bodega, que se completa estos días con la ocupación de las nuevas oficinas, la tienda de venta directa y la nave de embotellado y etiquetado, que se unen a la zona de elaboración y la nave subterránea de crianza que existen desde el arranque del negocio.

Liberalia nació con la intención de hacer vinos de alta calidad, un empeño que empieza con un trabajo minucioso en las 25 hectáreas de viñedo propio que se extienden por Morales, donde conservan viñas centenarias, el Pego y Toro. «El vino se hace en la viña», recita Juan Antonio Fernández como un mantra bien aprendido de otro gran bodeguero de la denominación como es Manuel Fariña. Por eso, en la viña se realiza la primera selección de la uva, que se completa después en una mesa en la que se vuelca el fruto recién recogido a mano, con el que inmediatamente se inicia el proceso de vinificación. «En Liberalia tenemos por norma elaborar el mismo día que se recoge la uva, es fundamental», precisa. Tras la fermentación, por gravedad, el vino se deposita en las barricas de roble francés y americano. Es la madera que se emplea hoy en Liberalia, aunque nunca se han mostrado reacios a experimentar con roble húngaro o rumano, por ejemplo. «Siempre estamos abiertos a la investigación y a la experimentación», señala el fundador.

El resultado son vinos «muy personales, con un carácter muy particular» en los que se respeta al máximo el aporte de la uva interfiriendo lo menos posible en la producción. «Siempre hemos apostado por la calidad por encima de la cantidad para poder seguir creando vinos singulares que nos definan».

El 80% de su mercado se encuentra en el exterior, fundamentalmente Estados Unidos y Alemania, donde sitúan la mitad de los vinos que exportan. También comercializan en Canadá, Brasil, Japón, Taiwan, Corea, China, Bélgica, Holanda y los países nórdicos. En España se pueden encontrar sus vinos prácticamente en todas las comunidades.

La producción de vinos en Liberalia se desarrolla de manera paralela a la producción artística. De los pinceles de Juan Antonio salen las etiquetas especiales con las que se conmemoran aniversarios de escritores, músicos y pintores. En el torreón construido junto a la bodega se celebran con frecuencia exposiciones y en la parte superior encuentros para observar las estrellas. Las instalaciones de la bodega, preferiblemente al aire libre, acogen todo tipo de conciertos.

tracking