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VINO

El as de copas

Georg Riedel, el fabricante de cristal fino más prestigioso del mundo, defiende que la copa de vino es un altavoz que transmite el mensaje de su contenido y abre la puerta al diseño de una copa específica para la mencía

El austriacoGeorg Riedel sostiene una de sus copas en el claustro de Abadía Retuerta.-NACHO GALLEGO

Publicado por
FERNANDO LÁZARO
Valladolid

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Un buen vino merece una buena copa. Y, aunque la mayoría de las veces no nos fijamos –o no hay opción–, su elección es determinante a la hora de degustar un vino. El cristal puede romper la magia de un gran vino o multiplicar el placer al beberlo. Y Riedel, la marca de cristalería más importante del mundo –la familia lleva fabricándolas desde 1756–, lleva años evangelizando para convencer al consumidor de que la cristalería es tan importante como el contenido.

La empresa austriaca desarrolla por todo el mundo catas para convencer de la importancia de la forma de cristal. Un sencillo ejercicio en el que pone el mismo vino en copas de diferente forma y tamaño para corroborar que el resultado cambia de manera significativa. Y el propio presidente de Riedel Wine Glass Company, Georg Riedel, décima generación de su familia al frente de la fábrica de cristal, organizó hace unos días en Madrid una de sus catas prácticas. Entre los vinos que se degustaron en este ejercicio figuraban tres de Abadía Retuerta: LeDomaine 2015, Selección Especial 2012, Pago Valdebellón 2013 y Pago Negralada 2011, éste en formato magnum.

Y el día antes de la cata, el fabricante de cristal visitó la bodega vallisoletana con motivo de su 25 aniversario para conocer sobre el terreno los pagos de cada vino. Acompañado de Enrique Valero, director general de la elaboradora, Riedel descubrió cada rincón de la histórica finca. Un paseo sobre el terreno fundamental para quien promueve la copa como una prolongación del terruño. «El terroir es una parte muy importante del vino y la copa está ahí para hacerse cargo de la complejidad del vino y elevar las emociones cuando se degusta», señaló.

CUESTIÓN DE FÍSICA. «El contenido determina la forma de cada copa; lo más importante es disfrutar al máximo de lo que hay dentro de la botella», aseguró. Y no es cuestión de esoterismo o esnobismo. «El resultado tiene que ver con la física. Usamos la gravedad cuando bebemos y trabajan varios sentidos: primero el tacto, la temperatura, la textura, los taninos;después está el sentido del gusto; y luego, al tragarlo, tenemos el retrogusto, de tal forma que si estudias la forma de la copa y la variedad del vino que vas a tomar puedes crear formas específicas para vinos concretos», indicó.

UNA COPA POR VARIEDAD. No se trata de tener una copa para cada vino, sino para la variedad principal de uva que lleva, categorizándolo en tres categorías:una para los racimos de uva pequeña y piel gruesa (tipo cabernet sauvignon);otros con la uva pequeña pero la piel más fina (tipo pinot noir);y otro con la piel de tamaño medio, tipo tempranillo. «Basándonos en el adn de estos tres tipos de uva podemos crear la copa específica para el cabernet y las variedades similares como el merlot, independientemente del país en el que se produzca», explicó Riedel.

Esta apuesta por la variedad como factor determinante de la idoneidad de la copa es la que le lleva a descartar un mismo cristal para todos los vinos del Duero. «No es cuestión de un microclima, ya que en el Duero hay distintas variedades como tempranillo, garnacha, cabernet... No creemos que se pueda hacer una copa perfecta para los vinos del valle delDuero; nosotros preferimos hacer una copa perfecta para cada una de las variedades», agregó el famoso fabricante de cristal.

La compañía austriaca desarrolló, junto con elMarqués de Griñón, una copa para la tempranillo hace 35 años, con un fondo amplio y boca estrecha, y ahora está estudiando crear una copa específica para la mencía, casta que Georg Riedel conoció en una cata casual y de la que se ha enamorado.

«La copa es un pequeño azulejo dentro del mosaico de degustar un vino. Experimentar con un vino provoca que la gente se acerque para disfrutarlo, es una celebración que tiene que ver con las emociones y, lo más importante, es que te guste la persona con la que lo vas a beber. La copa está ahí para hacerse cargo de la complejidad del vino y elevar las emociones cuando lo bebes», recalcó. «No necesitas una copa perfecta para sobrevivir, pero si para disfrutar». Palabra de artista.