Asomados al cielo de Madrid

La ruta de esta semana nos lleva hasta Peñalara en un recorrido circular, fácil y ameno para cualquier excursionista. Buena caminata y, una cumbre agradecida que nos enseña vistas de las dos mesetas de lo más entretenidas. Pero, lo mejor de todo, sin duda, es saber que estamos en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Una declaración bien reciente perseguida por la Sociedad Deportiva Peñalara nada más y nada menos que desde 1923, apenas transcurridos cinco años de la declaración de los dos primeros Parques Nacionales españoles (Ordesa y Covadonga). Lograda en 2013 gracias también al empeño de las Administraciones Públicas y al buen talante de muchos habitantes de la zona.

Salimos desde La Granja de San Ildefonso por el camino suroeste que bordea el Palacio Real, y nos lleva, pasada la Puerta de Cosíos, a un final de pista donde un paso de ganado nos pondrá a caminar si no lo hemos hecho antes. Los montes de Valsaín son una fantasía a estas horas de la mañana y los rayos del sol que se filtran entre las altas copas de pino silvestre, dan luz a un tapiz de prados y helechos gigantes a través de la senda por donde avanzamos.

Valsaín siempre ha sido una fuente de recursos bien tratados y hoy cuenta con un sistema de gestión forestal sostenible, que posibilita también el mantenimiento y custodia de un hábitat digno de ser respetado.

Subiendo próximos al muro de piedra que delimita los jardines del Palacio, hemos llegado al vértice SE, donde está la fuente de La Plata. Desde aquí el camino continúa por la línea de máxima pendiente y un poco más adelante, siguiendo la cacera que lleva agua a los jardines reales, llegamos al cruce de una pista asfaltada a 1.350 metros. Seguiremos la más pedregosa.

La que se dirige en dirección sur por la tolla de los Guindos, hasta un depósito de corta de madera que almacena troncos con largos de más de treinta metros. En la misma dirección, el camino se torna en senda y desciende unos metros para cruzar el arroyo de Los Neveros.

Alcanzados los 1.420 metros, el camino toma dirección E. y ascendemos entre pinos gigantes teniendo a nuestra derecha la cacera y un poco más abajo el arroyo de La Chorranca. Antes de llegar a su imponente salto, podremos observar aguas arriba por nuestra derecha, una bonita cascada que surte de agua a la cacera de La Granja para que luzcan sus veintiséis fuentes versallescas unos pocos y escogidos días del año. Pero no es esa cascada, pese a su apariencia, artificial, la que más nos va a sorprender, sino la que ruge medio kilómetro más arriba a 1.640 metros.

Aquí La Chorranca, entre moles de granito berroqueño, salta 20 metros y vuelve a saltar otro escalón menor formando ahora dos chorros que en deshielo, crean un espectáculo de agua inimaginable en estas latitudes. Superamos este potente desnivel por el lado izquierdo del arroyo y una vez arriba lo cruzaremos, caminando hasta encontrar una pista forestal. Por una vía de tala, ya en desuso, subiremos monte arriba en fuerte pendiente para ir buscando entre hitos la senda SE que mejor nos lleve al Chozo Aránguez.

Nacederos del Peñalara

A 1.900 metros salimos del bosque y en la majada, buscaremos el último manantial de agua en los nacederos del arroyo de Peñalara. Desde el refugio, caminamos en dirección S. hacia una pared seca de un viejo cierre de ganado por donde encontramos la senda ascendente que nos ha de llevar en suave zigzag, hasta la loma ancha del cordel de cumbres, a medio camino entre Dos Hermanas, (2.286 metros), al SO y nuestra cumbre, (2.428 metros) al NE.

Una vez aquí recorreremos todo el cresterío, subiendo y bajando de Peñalara (vértice geodésico de cima), sin ninguna dificultad, enfilados hacia el cerro Claveles (2.387 metros) primero y, posteriormente, al risco de Los Pájaros (2.264 metros). Estas cumbres podremos bordearlas por el E. sin coronarlas progresando entre enormes bloques de granito por unas zonas en descenso donde, sin ser peligroso, debemos tener precaución.

Una vez salimos del roquedo, la senda vuelve a estar bien marcada continuando hasta perderse más allá del puerto de los Neveros o Collado de Quebrantaherraduras. Nosotros, sin embargo, descenderemos libremente hacia la Majada Aránguez, (SO), buscando un camino que se adentra en el pinar tomando dirección O. Llegando a la cota 1.820 metros, otra vez junto al arroyo de La Chorranca, comenzamos a caminar por una pista forestal. Descendidos cien metros, observamos a nuestra derecha la inconfundible marca GR de bandas roja y blanca en una roca. Dejamos la pista y tomamos esta indicación por un camino en fuerte descenso que discurre pegado por nuestra derecha con el arroyo del Cañón.

El camino de nuevo desemboca en una pista forestal de tierra que pasa al borde de la fuente del Chotete, que lleva su nombre en un cartel de madera y que nace a ras de suelo bajo una enorme mole granítica. Al terminar este tramo de pista nos cruzamos con otra que viene por el sur, esta sí, asfaltada. El firme es pesado y duro a estas alturas de la excursión y pronto decidimos abandonarlo para descender por una senda estrecha que se abre por la cuneta y que nos conduce sin pérdida hacia el vértice sur del recinto cercado del Palacio de La Granja. Reconociendo de nuevo la fuente de la Plata, deshacemos nuestros pasos de la mañana, buscando el final de una larga pero fantástica jornada de montañismo.