ZALDI
Monturas de ‘pura sangre’ salmantina
Cada año ‘trotan’ por el mundo 4.000 nuevas sillas con ‘matrícula’ Zaldi. La empresa, creada por Valentín Castellanos hace casi medio siglo, se ha convertido en la mayor de España . Vende «en todos los países donde hay caballos» y ha patentado a nivel mundial «y con éxito» un sistema de sujeción
Los primeros jinetes cabalgaban a pelo, pero desde entonces han pasado miles de años y toda una revolución en el arte de montar. Bien lo sabe la familia Castellanos, que lleva en Salamanca un siglo, y cuatro generaciones, dedicada a fabricar esa silla de montar que es para el jinete lo mismo que «una bicicleta para un ciclista o una raqueta para un tenista».
El precursor fue el bisabuelo de Valentín Castellanos. Guarnicionero de profesión, se especializó en sillas vaqueras de campo. Pero Valentín quería ‘galopar’ en solitario, echó el pie en tierra, tomó las riendas y trenzó su propio negocio ecuestre, al margen de su padre y de sus tres hermanos. Así nacía hace casi cinco décadas Zaldi, que viene a ser caballo en euskera, con un producto inédito en España por esas fechas: sillas en plan deportivo tipo inglés.
Sus primeras monturas no encontraron comprador por falta de demanda. «Sin apenas conocimientos de inglés, Valentín tomó un avión hacia Estados Unidos, buscó en el listín telefónico tienda de equitación, se presentó en ella para mostrar sus sillas y el señor le dijo: le compro toda la producción», rememora su hijo José Luis Castellanos Torres, hoy director de la empresa y paradójicamente el único de la familia que monta a caballo.
Una década estuvo Zaldi vendiendo a aquel americano todo lo que producía, hasta que, por falta de herederos, aquel traspasó el negocio a una multinacional. Y vuelta a empezar. Esta vez su destino sería Alemania y el método, el mismo.
La incursión de clubes de hípica en Madrid y en Barcelona, hace ya 30 años, hizo a Zaldi mirar a España. «Nos empezaron a pedir todo tipo de complementos para el caballo y para el jinete», apunta José Luis, de ahí que la empresa decidiera dar un giro a su negocio. A la fabricación de sillas de montar se le uniría la distribución de todos los productos específicos que puedan necesitar caballo y caballista. Y así hasta lograr convertirse en la «mayor empresa de equitación de España», presume su director.
Pero si hay un producto que impregna su ADN, éste son las monturas. 4.000 sillas al año con la ‘matrícula’ de Zaldi salen de ese taller que huele a cuero bien curtido, a tradición, pero también a tecnología. De doma clásica (la más demandada), de paseo, vaquera, de carreras, de salto... más de 100 modelos diferentes.
Todas ellas pasan por las manos de 50 trabajadores (de los 75 de plantilla) que, de forma artesanal, hacen los patrones, cortan, cosen, pegan, clavan, rellenan, montan, ensamblan... la armadura, el baste para no dañar al caballo, el asiento para comodidad del jinete y las más de 150 piezas que forman el puzle de una silla de montar, los estribos, los faldones... Y todo «a mano».
«Sin automatismos», sí, pero Zaldi no se frena a la modernidad. Al contrario. Su fabricación experimentó hace 15 años un vuelco tecnológico con la ayuda de la Fundación Cidaut. Sus ingenieros diseñaron, aprovechando la experiencia y conocimiento de los dueños y empleados de Zaldi, un ‘esqueleto’ de la silla revolucionario que venía a sustituir la armadura clásica de madera.
Un molde de fibra, elástico, indeformable, irrompible, con lo que «pasó a la historia aquello de se me ha roto la silla», apunta, mientras asegura que la montura «puede durar ahora toda la vida».
Ahí no queda la innovación. Zaldi estudió durante dos años el movimiento de caballo y jinete, «en base a las leyes de Newton». Como resultado de esa investigación, la empresa ha patentado a nivel mundial, «y con mucho éxito», un nuevo taco-muslera, que deja libre y descansada la rodilla del jinete para poder realizar los movimientos necesarios.
Es vital que jinete y caballo ‘calcen’ la silla ideal que les haga sentirse cómodos y, por eso, José Luis está convencido de que «en dos o en tres años, todas las sillas llevarán este sistema». «Este invento contribuye a que el cliente mejore sin hacer nada. Gana en equilibrio sin perder el asiento, obtiene más libertad de movimiento, al estar la rodilla liberada, y consigue un doble control sobre el caballo con la mitad de esfuerzo».
Quienes pueden hablar en primera persona de las bondades de estas monturas son los jinetes de la Real Escuela de Jerez, que danzan con sus caballos andaluces montados en sillas Zaldi. O el olímpico Juan Antonio Jiménez y hasta el mismísimo Cayetano Martínez de Irujo, «amigo personal de la familia». E incluso el séptimo arte ‘inmortalizó’ estas sillas cuando Russel Crowe protagonizó en 2010 la película Robin Hood. «Todos los actores iban montados en sillas Zaldi», señala.
Sus clientes también son anónimos amantes del caballo que se dirigen a tiendas especializadas o a la propia web para adquirir sillas de montar o elegir entre las más de 20.000 referencias que conforman su estocaje. Ahí se puede encontrar cascos, chaquetas, botas, fajas, sombreros, protectores, fustas, espuelas..., también mantillas, riendas, gruperas, aciones, cepillos, acondicionadores. Para el jinete. Para el caballo.
Su cartera de clientes contiene más de 600 nombres repartidos por todo el mundo. (400 entre España y Portugal, de menor tamaño, y 200 del resto), Y es que Zaldi siempre ha querido ‘trotar’ «cada vez más lejos». Después de EEUUy Alemania, ‘saltó’ a Francia, Italia, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Holanda, Grecia, Austria o Suiza. E incluso se propone abrir mercado en Australia y en Canadá, después de que ya lo haya hecho en los Emiratos Árabes. «Vendemos en casi todos los países en los que hay caballos».
En la actualidad, el 50% de las sillas que fabrica sale ‘a galope’ al extranjero, según las cifras aportadas por José Luis, quien explica que las peticiones son diferentes dependiendo del país. «Los países mediterráneos ponen su prioridad en lo que desea el jinete, los países del norte de Europa más en lo que precisa el caballo».
Esta empresa, que factura al año siete millones de euros, ha conseguido diblar el ‘obstáculo’ de la crisis, aunque, si hasta 2007 crecía a un ritmo anual del 10%, la crisis les ha hecho que sus ganancias «se estabilicen». José Luis, a los mandos, su hermana Mª del Carmen, en la parte de comercio exterior y aduanas, y su hermana Mercedes, en el área de publicidad, no pierden de vista que es su padre, ya jubilado, el que supervisa la calidad de cada silla terminada como el que mira a un ‘pura sangre’.
LA FICHA DE LA EMPRESA
Historia . Valentín Castellanos se separa hace casi cinco décadas del negocio familiar, iniciado por su bisabuelo, para fabricar sillas tipo inglés. La falta de demanda de este producto novedoso en España le lleva a vender ‘puerta por puerta’ sus sillas en EEUU.
Facturación. Zaldi factura al año 7 millones de euros.
Clientes. Su cartera de clientes suma ya más de 300 en España y en Europa, pero también en los Emiratos Árabes. Pretenden vender en Australia y Canadá.