Diario de Valladolid

IS FAVORITOS: LA PORTADA DEL MEDIODÍA (TORRECABALLEROS) / ANTONIO PRIETO

Comerse el mundo a zancadas

Antonio Prieto con Goyo Rico, propietario de La portada del Mediodía, en su rincón favorito.-T. S. T.

Antonio Prieto con Goyo Rico, propietario de La portada del Mediodía, en su rincón favorito.-T. S. T.

Publicado por
Teresa Sanz Tejero
Valladolid

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Es uno de los grandes del atletismo español y uno de los deportistas más queridos del palmarés. Sigue fiel a sus gustos sencillos, de hombre que se come el mundo a zancadas.

Antonio Prieto, más conocido como ‘El Taca’ nació en Hontoria hace 58 años. Iba para futbolista pero su manera de correr, muy al estilo de Mariano Haro, Abascal o José Luis González, le sumó a esa troupe de atletas de postín, llegando a acumular siete campeonatos de España como plusmarquista nacional de 5.000 y 10.000 metros lisos y dos veces quinto en los mundiales de Campo a través.

Hace ya más de una década que Antonio Prieto se retiró de la competición pero sigue ligado a la élite del atletismo desde su puesto de técnico y entrenador del Consejo Superior de Deportes de España.

Su vida se dirime entre el trabajo, que le obliga a vivir en Madrid, y Segovia, su ciudad habitual, cuyos alrededores deparan al ex atleta sus lugares favoritos.

Hasta el secretario de Estado para el Deporte le sigue llamando ‘Taca’. Le gusta ese apodo que le devuelve al origen de las cosas. Lo recuerda sentado junto a su buen amigo Goyo Rincón, también atleta aficionado, con el que corría de vez en cuando, antes de que Goyo abriera hace 29 años el restaurante de Torrecaballeros: La Portada del Mediodía, que Antonio Prieto tiene ligado a los mejores momentos familiares.

Antonio era de chaval un centrocampista que corría el balón y hacía intentos con la Segoviana juvenil. «El año que Yugoslavia metió dos goles al Atlético de Madrid había un jugador, pequeñito, rubio y muy peleón, como yo, y en mi pueblo decían que se parecía a mí; con ‘El Taca’, me quedé», así lo explica a punto de abordar unos huevos rotos con jamón.

«Siempre he tenido la suerte de no engordar», apunta confesando su excelente genética; que le mantiene en una forma envidiable.

Pocos deportistas pueden decir que de la época profesional a los casi 60 años hayan transcurrido apenas cuatro kilos. «Pesaba cuando competía poco menos que ahora. Mido 1,57 y de los 49 kilos de los 25 o 30 años, he pasado a los 53,5 que dice la báscula».

Por eso, se entrega en La Portada de Torrecaballeros a los placeres de la buena comida, regada siempre con vino. «No he cambiado mis gustos; cuando competía también bebía mi copita de vino en las comidas». «Solo eso, vinos de Ribera de Duero y Rioja y cerveza en el verano; ni bebidas de mayor graduación alcohólica ni carbonatadas», añade.

Antonio Prieto, que confiesa su «buen saque», es más de pescados que de carnes, pero lleva una dieta completa. Toca todos los sabores.

Él, que viaja mucho y ha de comer por trabajo aquí y allá, escoge bien cuándo y cómo salir por ahí.

Las vacaciones de Semana Santa le conducen hasta Sacramenia, donde el horno de asar de los González le prepara buenos asados de cordero y ensaladas de berros, «cuando los hay son un gran placer». La visita a Sacramenia se establece dos veces al año y lo recomienda a amigos de todas partes.

Lo mismo le sucede con ese «restaurante de carretera, muy popular entre cazadores y toreros, Avanto, en Santa María de Nieva», donde asegura que dan «el mejor rabo de toro y excelentes guisos de caza». «He sido muy aficionado a la caza que practicaba por Ochando y Avanto es un lugar familiar, de encuentro con amigos, donde preparaban lo que cazábamos. Me gusta su ambiente igual que su cocina y paellas», señala.

Hablando platos vuelve a Torrecaballeros para describir el bacalao gratinado al pistacho y un salmorejo con helado de queso que califica de «gloriosos».

Entre sus platos estrella figuran la paella y la tortilla de patata, que él prepara. Prieto aprendió a la fuerza a cocinar. «Mi madre murió cuando yo era muy joven y aprendí a cocinar para mi padre y para mí. Luego cuando me fui a Madrid a entrenar también tenía que hacerlo, y siempre me gustó la cocina». Ahora, que entrena a su hija, la atleta Idoia Prieto, conserva esos platos que saben que dan la vida a un corredor. Le gustan las comidas tradicionales: «del tipo de casa de comidas de pueblo, de las de toda la vida; unos judiones, verdura, legumbres y mucho pescado», señala. Aunque no tuvo nunca problemas con el peso, siempre se cuidó a su manera.

Cuenta que «no tenía unas cualidades excepcionales y los resultados conseguidos han sido a base de sacrificios, esfuerzos y de cuidar los pequeños detalles entre los que estaba la alimentación».

Lleva tomando levadura de cerveza 30 años: «Toda la vida; es una fuente de vitamina B y ayuda a asimilar los carbohidratos. Me ha ido bien y cada mañana desayuno un zumo de naranja con polen y con levadura de cerveza. Todo junto». Su hija, ha heredado esta costumbre de su padre y entrenador.

Antonio Prieto llama a las cosas por su nombre: «Entrenamiento significa contar con una programación, con una planificación detallada. Yo ahora planifico para otros, pero salgo a hacer deporte como me gusta». De hecho, sigue a su hija en bicicleta, «ya no puedo seguirla de otra forma; ella entrena, yo hago deporte», precisa.

«Corro cuando me apetece y sigo a mi hija en bicicleta. Si estamos en Madrid por la Casa de Campo, El Bosque Largo, Casa de Vacas. Y si estamos en Segovia, que es un privilegio, en invierno ella entrena por los prados maravillosos de Revenga y Hontoria y en verano por Valsaín y Navafría.

Idoia va a hacer 19 años, estudia fisioterapia y de su infancia recuerda Antonio Prieto otro de sus favoritos: El Narizotas, en la plaza más bonita de la capital. «Hemos hecho meriendas–cena todos los viernes y aún recordamos las buenas tortillas. Ahora me como un carpaccio de buey exquisito».

Antonio es amigo de sus amigos y hombre leal que apunta rápido otro de los lugares que le hacen salir de casa: Venta Magullo: «siempre implicado con el deporte; antes con los Hermanos Calle y ahora con Óscar», señala. Oyéndole hablar, con esa sencillez que destila, no resulta extraño que un día una encuesta le eligiera como el deportista más popular. Desde entonces, 1984, figura en el Museo de Cera como legendario corredor internacional.

Le pregunto si le siguen reconociendo y señala sonriente: «¡Qué va… solo los padres de los chicos a los que entreno, cuando se enteran de que soy Antonio Prieto me piden hacerse una foto cuando van a recoger a sus hijos!».

Sus favoritos

La Portada del Mediodía. C/ San Nicolás de Bari, 31. Torrecaballeros (Segovia).T. 921 401 011

Venta Margullo. C/ Rafael de las Heras, 1. La Lastrilla (Segovia). T. 921 435 0 11

El Narizotas. Pl. Medina del Campo, 2.Segovia.T. 921 462 679

Mesón González. C/ Sepúlveda, 17. Sacramenia (Segovia). T. 921 527 300

Avanto. C/ Segovia, 28, Santa María la Real de Nieva (Segovia). T. 921 594 503

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