Cinco décadas descubriendo Valporquero

Un 31 de julio de 1966 la Diputación de León abría al público la cueva de Valporquero. Aquel día cayó en domingo y como era costumbre en los actos oficiales de la época, para la inauguración se ofició una misa en el interior de la gruta, que años atrás había sido explorada por el Grupo Peñalba del Casino de León, al frente del cual estaban el alemán Felipe Frick y Teófilo Alonso, las dos figuras más importantes de la época en todo lo relacionado con el conocimiento de la naturaleza. Fueron los pioneros en descubrir la belleza que aguardaba entre la oscuridad de la cueva subterránea. Después de aquella primera generación de exploradores cogió el testigo un grupo formado por los hijos y amigos de estos primeros expedicionarios. Antonio Ponga era uno de sus integrantes. Tenía 14 años cuando subió a la cueva. Tanto le gustó que repitió todos los fines de semana durante varios años. Un viaje que realizaban desde León cada sábado y que, por las dificultades de comunicación que entrañaba, bien merecía la denominación de ‘hazaña’ el simple hecho de llegar hasta la cueva. «Dormíamos en sacos de dormir en Valporquero, en tiendas de campaña o en la escuela del pueblo» recuerda medio siglo después de aquella experiencia de su juventud que «guardará siempre en la memoria, porque me enganchó, lo llevaré en el alma toda la vida. Tengo la sensación de haber vivido una experiencia única, de haber formado parte de un grupo de privilegiados porque en ese momento éramos sólo unos 6 u 8 los leoneses que íbamos los fines de semana a descubrir algo nuevo de Valporquero» comenta emocionado. Junto a él estaban otros compañeros de aventuras como Miguel Ángel Alonso o Ignacio Merdarde, a los que se les puede ver en la fotografía en blanco y negro de la derecha junto al teodolito para realizar las mediciones topográficas de la cueva que realizaron en 12 horas, según comenta Ponga. «había travesías que entrañaban una dificultad tremenda y nosotros íbamos con medios rudimentarios, por lo que las relaciones que se establecían entre los compañeros eran muy estrechas, como una pequeña familia» recuerda Ponga, que echa la vista atrás y asegura que la «montaña le ha marcado en su vida, te ayuda a desenvolverte con valentía». Durante este medio siglo de historia se han ido sucediendo nuevos descubrimientos como el hallazgo, en 1967 del acceso vertical a Valporquero, la llamada ‘Sima de Perlas’ por dos jóvenes que hacían espeleología Carlos Ruiz y Santiago Portas.

María, de Correcillas, otro de aquellos testimonios cuenta que antiguamente a los niños que nacían enfermos se les solían bañar en las aguas de la cueva. Debido a estas supuestas virtudes, acudían enfermos a beber e incluso a tomar baños en Valporquero como así constatan las crónicas de la época.

Oriol Bohigas, artífice

La excelente iluminación de las cuevas se debe al talento de Oriol Bohigas Guardiola, célebre y muy premiado arquitecto, que creó en 1965 los puntos de luz. Durante estas cinco décadas la cueva se ha convertido en uno de los reclamos turísticos con mayor atractivo de la provincia leonesa y los esfuerzos por mejorar los accesos y las instalaciones de la cueva han dado sus frutos.Más de 3 millones de personas han podido disfrutar de este espectáculo de la naturaleza desde que abriera sus puertas en 1966.

Actividades del 50 aniversario

Romería el próximo 31 de julio se celebrará una gran Romería con una serie de actividades que incluye bailes regionales, lucha leonesa .

Cupón aniversario y Lotería el 30 de julio saldrán a la venta tanto décimos de lotería como un cupón de la ONCE del 50 aniversario.

Exposiciones Varias exposiciones completan la programación. En el Palacio de los Guzmanes puede contemplarse la muestra ‘La mirada de Focus» que recoge una selección de fotógrafos profesionales. También se puede visitar durante todo el verano en la Cueva una colección de fósiles y minerales.