ESPECIAL PALENCIA
Música por un tubo
Una ruta por los 17 municipios que acogen los 20 conciertos del Festival de Órgano que arranca el 17 de julio en Amusco y finaliza el 19 de agosto en Boadilla de Rioseco
Interpretación del profesor Haas con el órgano de San Juan de Santoyo en una imagen de archivo.-ICAL
El sonido inconfundible del órgano protagonizará, una edición más, el verano de buena parte de la provincia palentina. Un total de 17 municipios acogerán, desde el 17 de julio y hasta el 19 de agosto, los 20 conciertos programados en el XX Festival de Órgano Ibérico de Palencia.
El certamen, que cuenta con un presupuesto de más de 18.000 euros, forma parte de la oferta cultural Espiga que desarrolla la Diputación Provincial durante este verano. Para su organización, la institución cuenta con la colaboración de la Asociación de Amigos del Órgano de Palencia y la Asociación Cultural Tadeo Ortega, así como del Obispado de Palencia y las parroquias que participan en el programa.
Año a año, una iniciativa que comenzó para fomentar la conservación y divulgación de estos instrumentos, se ha convertido en cita ineludible para admirar su sonoridad, arquitectura y decoración, así como una ocasión única para asistir a la interpretación de diversas piezas musicales por maestros de la talla de Echechipía, Havinga, Houbart Torrent, Crivellaro o Pedrero, entre otros. Todos los conciertos comienzan a las 20.30 horas y son gratuitos.
El programa musical, además, tiene otra vertiente igual de sugestiva: es una ocasión perfecta para recorrer las comarcas de Tierra de Campos, donde se interpretarán 16 conciertos; Cerrato y Boedo Ojeda y admirar su patrimonio natural, artístico y gastronómico.
Un itinerario por tierras terracampinas no debe olvidar la visita a las ‘catedrales’ de Campos, iglesias monumentales como las de Támara, Santoyo y Amusco. Y es precisamente en la iglesia de San Pedro (siglo XIII) de Amusco donde se inicia la ruta musical.
No lejos de aquí aguarda El Cerrato, comarca que se extiende también por parte de las provincias de Burgos y Valladolid. Es buen momento para recorrer Baltanás, donde su barrio de bodegas subterráneas hablan de la importancia de su producción vitivinícola años atrás, y sus edificios históricos delatan la relevancia social de nobles y religiosos.
Cevico de la Torre y Villamediana completan el tour cerrateño los próximos días 20, 21 y 22 de julio, jornadas en las que el sonido de sus órganos se perderá entre campanarios y tejados.
Nuevamente en camino y de vuelta a Tierra de Campos, cerca de Santoyo se localiza el Centro Temático del Palomar y la villa romana de Las Quintanas.
En Carrión de los Condes, en el Camino a Santiago, hay que alternar la contemplación de sus edificios religiosos románicos y góticos (destacan San Zoilo, Santiago y Santa María del Camino), con el reposado pasear por sus calles y plazas.
Algo más al norte, Espinosa de Villagonzalo, en la comarca de Boedo Ojeda, espera la iglesia gótica de Santa Cecilia y su órgano del siglo XVIII.
El sur llama otra vez para retomar la ruta terracampina en Támara de Campos, cercana al Camino Jacobeo, donde la Orden de San Juan promovió monasterio, hospital de peregrinos y mercado semanal. Tras rememorar el pasado histórico de esta villa hay que trasladarse hacia Castromocho, en cuyo término se han hallado vestigios de asentamientos humanos desde la Edad de Hierro.
Al sur de la capital palentina, la colegiata de San Miguel y las calles asoportaladas de Ampudia reclaman la atención antes de continuar el recorrido hacia Fuentes de Nava. La población mira al Canal de Castilla y a la laguna de La Nava de las Fuentes. Allí se encuentra el Centro de Estudios Ambientales de Tierra de Campos. Y siguiendo el Canal, esperan los palomares de Capillas, la harinera que se levantó junto a esta vía fluvial y el mudéjar terracampino de San Sebastián.
El viaje cubre la etapa de Villaumbrales. Buen momento para visitar el Museo del Canal de Castilla y navegar por sus aguas a bordo del Juan de Homar. El Canal fue el mayor proyecto de ingeniería hidráulica que se inició en la Castilla del XVIII para llevar la producción agrícola a los puertos cantábricos. Un proyecto que, sin embargo, quedó inconcluso por su elevado coste económico y la puesta en marcha de otro medio de comunicación en el XIX: el ferrocarril.
Siguiendo el Canal, Paredes de Nava también ofrece al visitante las lagunas de La Nava, una vista incomparable de la llanura de Tierra de Campos y su patrimonio histórico artístico. Hay que recordar que para el retablo de Santa Eulalia Pedro Berruguete pintó varias tablas, ente las Los Reyes de Israel.
Los caminos de sirga conducen hasta Abarca de Campos, donde junto al patrimonio religioso se conserva el vinculado al canal, protagonizado por una harinera, una dársena y la primera esclusa del ramal de Campos.
Frechilla, Autillo de Campos (templo del XV) y Boadilla de Rioseco ponen punto final al programa turístico y de música de órgano del verano terracampino.