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NATURALEZA

Monumentos ¡vivos!

Castilla y León cuenta con 140 árboles incluidos en el ‘Catálogo de Especímenes Vegetales de Singular Relevancia’ , protegidos por su originalidad y belleza, por su tamaño, grosor, edad, porte o rareza y que constituyen un aliciente turístico espectacular

-L.P.

Publicado por
F. LÁZARO
Valladolid

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Su porte es el mejor contrapunto al estrés diario. Un ejemplo de constancia, de inmutabilidad y de adaptación a los tiempos. Atodos los tiempos. Son la constatación de que la naturaleza está por encima de todo. Incluso del hombre. Castilla yLeón cuenta con un catálogo que incluye 140 Árboles Notables, con mayúsculas, ejemplares cuya edad, porte, características y ubicación les ha convertido en únicos, habitualmente con un importante legado cultural y patrimonial alrededor de su copa.

Aunque no todas las especies de árboles tienen el potencial de alcanzar tamaños monumentales, la Comunidad cobija ejemplares soberbios de roble albar (Quercus petraea), pino piñonero (Pinus pinea), tejo (Taxus baccata), encina (Quercus ilex), castaño (Castanea sativa), pino laricio (Pinus nigra) y hasta de exóticas sequoias (Sequoiadendrom giganteum), especies a las que unas buenas condiciones naturales –imprescindibles– y culturales –respeto y aprecio social– han permitido que exhiban su grandeza sin cortapisas diseminados por rincones únicos de Castilla y León. Una tentación para viajar y descubrirlos, para admirarlos y disfrutar de su entorno.

La magnitud de su historia es apabullante. Cuando Cristóbal Colón llegó a América, algunos de estos especímenes ya estaban buscando el cielo. Y tres cuartos de lo mismo cuando se inició la construcción de algunos de los edificios más espectaculares, longevos y admirados de Castilla y León como las catedrales de Burgos o de León. Y cuando los Comuneros perdieron la batalla de Villalar el 23 de abril de 1521, alguno de estos ejemplares ya era adulto y mostraba toda su esbeltez.

Son monumentos vivos protegidos desde 1991 por la Ley de Espacios Naturales de Castilla yLeón, germen de otra normativa en defensa de estos ejemplares únicos, tipificada ahora en la Ley 4/2015 delPatrimonioNatural de Castilla yLeón que articulaba, en su artículo 89, el ‘Catálogo Regional de Árboles Notables de Castilla yLeón’. Una joya.

La catalogación culminó en julio 2006, cuando se publicó la Orden MAM/1156/2006 de la Consejería de MedioAmbiente por la que se acuerda la inclusión de estos ejemplares en el Catálogo de especímenes vegetales de singular relevancia de Castilla y León, compuesto en la actualidad por 140 ejemplares que representan a 16 familias taxonómicas –cuatro de gimnospermas (plantas que no tienen verdaderas flores, como las coníferas);y doce de angiospermas (plantas con flores como las frondosas)–.

Dentro de estas, las especies más representativas son:Fagacea (hayas, robles, encinas), con 55 árboles;Pinaceae (pinos), con 26 árboles;Taxaceae (tejos), con 11 árboles; Taxodiaceae (sequoias), con 10 árboles;y Cupressaceae (sabinas, cipreses), con 8 árboles. Además, desde MedioAmbiente se han evaluado 44 especies vegetales, las más abundantes, que son:Quercus petraea (roble albar), con 12 ejemplares, los mismos que dePinus pinea (pino piñonero);Taxus baccata (tejo), con 11 ejemplares;Quercus ilex (encina), con 10 ejemplares;Castanea sativa (castaño), con 8 ejemplares;Sequoiadendrom giganteum (falsa sequoia), con 9 ejemplares;y Pinus nigra (pino laricio), con 5 ejemplares.

En cuanto a la decisión de incluir estos ejemplares dentro del catálogo de árboles excepcionales a proteger, el tamaño figura en primer lugar, con 98 pies, seguido del porte, con 34, y del grosor del tronco, con 19. En cuanto a su ubicación, hay equilibrio territorial y Ávila cuenta con 19;Burgos con 36;León con 10;Palencia con 10;Salamanca con 16;Segovia con 14;Soria con 16;Valladolid con 12;y Zamora con siete.

Desgraciadamente, desde que la Consejería de MedioAmbiente publicó el Catálogo de especímenes vegetales de especial relevancia en Castilla yLeón, con 145 ejemplares, se han perdido cinco:el olmo de San Vicente, en Ávila capital, y el castaño de Sotillo de Sanabria, en la localidad zamorana homónima, ambos en 2008. Y, en 2010, como consecuencia de las adversas condiciones meteorológicas invernales, el pino de las Apuestas o de las dos Gachas y la sabina conocida como La Borrega, ambos en la provincia de Segovia.

A ellos se acaba de unir el olmo de San Andrés –la olma, como la llamaban los vecinos–, en Olmedo (Valladolid), que fue incluido por su rareza, ubicación, historia y edad y que está a punto de salir de este catálogo de notables (su exclusión se firmó el pasado 3 de junio) al haberse secado por la grafiosis.

Pero la historia permite seguir admirando ejemplares como el tejo –el ‘árbol sagrado de los celtas– de la iglesia, en Castrillo de Cabrera (León), con entre 700 y 800 años de vida que le han permitido lucir un porte señorial: 18 metros de altura, más de 13 de diámetro en sus ramas y 5,30 metros de perímetro de su tronco. Esta especie siempre ha tenido un aura religiosa de pasaporte a la eternidad, de ahí que su ubicación se encuentre aledaña a iglesias o cementerios. Y lo mismo que en el de Castrillo de Cabrera ocurre con el de SanCristóbal de Valdueza, junto a Ponferrada, donde un magnífico ejemplar –15 metros de altura, con un diámetro de copa de 19 metros y un perímetro de tronco de 4,75 metros– se alza desde hace seis siglos –hay quien sostiene que es milenario– solitario en el cementerio con un porte que supera ampliamente a la espadaña sin campanas de una ermita vacía aledaña y cuya fotogenia le ha convertido en uno de los emblemas de la comarca.

Ejemplares descomunales . Lo mismo ocurre con el pino Bartolo de Guisando, en plena Sierra de Gredos Ávila), que suma 500 años de vida y un tamaño descomunal. O la encina Gorda de Chamartín de la Sierra, en Ávila que luce un tronco gigante de más de seis metros, una copa de 16 metros y una altura de nueve que ha logrado en sus 600 años de vida y que lo hacen visible desde la distancia rodeado de grandes piedras de granito. Idéntica edad es la que figura en el dni del roble Escarcio, localizado en Villamudria (Burgos) y que es el rey del contorno con sus 16,5 metros de altura, su tronco de casi siete metros y su perímetro de ramas de 18 metros.

Son ejemplares que representan un testigo de la historia único y recuerdan la magnitud y perseverancia de la madre naturaleza frente a la caducidad humana. Pero además, su tamaño y forma, representan una imagen única que justifica un viaje para disfrutar de estas maravillas de la naturaleza, que se combinan en ocasiones con entornos de gran belleza.

Entre los más espectaculares de la Comunidad figura el Roblón de Estalaya, junto al embalse de la Requejada de Cervera de Pisuerga (Palencia), un espectacular ejemplar de roble albar que se ‘coló’ hace más de 500 años (hay quien sostiene que son 800 e incluso mil, según los vecinos) en un bosque caducifolio de robles y hayas jóvenes y que se descubre tras seguir una senda en el que su figura emerge de manera descomunal, con sus 17 metros de altura, su tronco de 10,6 metros de perímetro en la base y una copa que supera los 16 metros.El Abuelo, como le denominan cariñosamente, ha sobrevivido al impacto de un rayo y al hombre, que lo marcó para seccionarlo pero que finalmente lo indultó por su porte y belleza, que tiene fama a nivel nacional.

También emociona contemplar el Campano de Villar de Acero, en plenos Ancares leoneses, que acusa el paso del tiempo con varios brazos muertos. O descubrir la encina de los Arévalos, entre Tejeda ySegoyuela (Salamanca), cuyos 14 metros la sitúan como el faro del encinar. O el haya de la localidad charra de Herguijuela, con 33 metros de altura y 26,5 de copa. O descubrir la sequoia La Reina, situada junto al palacio de San Ildefonso, en Segovia, que mide nada menos que 42,5 metros, lo que equivale a un edificio de catorce plantas, de los que no abundan en Castilla y León. En este mismo jardín hay un sobrecogedor cedro del Líbano de 32,5 metros de alto...

Este viaje por la naturaleza invita al deleite con el abedul que bebe directamente del Duero en Hinojosa de la Sierra, enSoria, una especie rara en estos pagos, donde se alza desde hace 200 años y cuyas ramas le dotan de un llamativo aspecto de candelabro. En Soria destaca un ejemplar poco común en Castilla y León, la sabina, con dos soberbios ejemplares: la Pica, en Morales, que presenta un perfecto estado de conservación y en la que destaca su elevado porte (19 metros), muy poco común para esta especie, y su edad, 400 años; y la de Calatañazor, con una edad similar y 20,5 metros de altura

Espectacular es la encina de la finca La Planta, de las bodegas Arzuaga, que ilustra la portada del suplemento y que vigila un contorno, rodeado hoy de sabinas, tejos y viñas, desde hace entre 600 y 800 años que la han dotado de una impresionante copa. También se puede sucumbir ante la sequoia de Muelas de los Caballeros, en Zamora... Toda una aventura de seducción en plena naturaleza.