Diario de Valladolid

Los jardines de las delicias

Castilla y León cuenta con dos jardines históricos catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC) a los que se suman otros conjuntos históricos reconocidos como el PalacioReal y los jardines de La Granja de San Ildefonso. Tres destinos para disfrutar de una herencia romántica e idealista que ha transformado en vergeles repletos de magia estos tres rincones de la Comunidad

-TERESA SANZ

-TERESA SANZ

Publicado por
F. LÁZARO
Valladolid

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Estamos tan acostumbrados a pasear junto a ellos que muchas veces no tenemos consciencia de su importancia. Castilla y León cuenta con jardines maravillosos: algunos públicos, otros privados, patrimonio real, urbano, rural y alguno completamente desconocido.

En su conjunto conforma uno de los patrimonios más interesantes para recorrer y descubrir. Y, en esta época del año, multiplican su atractivo. No es otoño pero lucen un hermoso colorido y se logra algo de frescor paseando por debajo de sus copas. Lejos del sentido peyorativo que acompaña a la expresión ‘meterse en un jardín’, su belleza justifica todo lo contrario: hay que perderse en ellos, recorrer sus paseos, descubrir y disfrutar con su esencia.

La Ley 12/2002 del Patrimonio Cultural de Castilla y León, recoge en el Capítulo I de su Título I, en el artículo 8.3.b, dentro de los Bienes de Interés Cultural (BIC), la definición de jardín histórico, que reseña como «el espacio delimitado, producto de la ordenación por el hombre de elementos naturales, a veces complementado con estructuras de fábrica, y estimado de interés en función de su origen o pasado histórico o de sus valores estéticos, sensoriales o botánicos».

En Castilla y León hay dos, el Bosque de Béjar y el Coto de Nuestra Señora del Carmen, que se suman a otros espacios como el Conjunto Histórico de La Granja, cuyo expediente se incoó en 1972 y se aprobó en 1983.

Estos son tres de los jardines más relevantes de Castilla yLeón, pero la lista de espacios que merece la pena conocer y disfrutar es casi tan amplia como las preferencias de cada persona.

La Granja. Los jardines del Palacio Real La Granja (Segovia) son unos de los más bellos y completos por su historia, diseño y espectacular conjunto de fuentes y grupos de esculturas. Este espacio, con una extensión de 146 hectáreas –67 son boscosas–, está considerado el mejor jardín histórico de Europa.

Sólo descubrir la gran cascada situada frente al palacio justifica cualquier viaje:es un conjunto monumental epatante. La Fuente de la Fama, con su potente chorro que trepa treinta metros (sus juegos de agua gozan de gran popularidad, con la afluencia de miles de personas para contemplarlos, especialmente los tres únicos días en los que funcionan los ocho grupos:San Fernando –30 de mayo–, Santiago Apóstol –25 de julio– y San Luis –25 de agosto–, es la imagen más conocida de este conjunto barroco que trasladó el espíritu de Versalles hasta Segovia.

Un escenario mágico dibujado por unos espectaculares juegos de agua de las fuentes con los que Galdós se deleitó en sus Episodios Nacionales, cuando narró «la sorprendente arquitectura líquida de sus fuentes».

El trazado de los jardines responde a un diseño del arquitecto francés René Carlier, quien a pesar de morir muy joven los dejó dibujados por completo sobre plano y en buena parte ejecutados. Su creación continuó bajo la batuta de los escultores René Fremin y Jean Thierry, junto con el jardinero Esteban Boutelou.

Juntos dieron vida, entre los años 1720 y 1745, al primer jardín de espíritu francés –hasta entonces imperaba la moda italiana– y aprovecharon el desnivel del terreno que desciende desde las estribaciones de la Sierra de Guadarrama para crear un gran espacio ajardinado de aspecto natural y agreste, lo que multiplica su belleza natural.

Esta pendiente es la que permitió desarrollar un ingenioso sistema hidráulico que, aprovechando la gravedad, alimenta las fuentes con agua del arroyo Carneros, almacenada en diferentes embalses –el más grande es el denominado metafóricamente El Mar, con 160.000 metros cúbicos que sirven para cubrir la mayoría de las necesidades hídricas de los jardines– y que nutren las 26 fuentes monumentales del conjunto, aunque habitualmente corren menos de una decena de manera alterna.En su conjunto son uno de los conjuntos de fuentes escultóricas más singulares del barroco cortesano enEuropa. Los juegos de agua de las fuentes en plomo se acompañan con soberbias esculturas en mármol firmadas por René Frémin y Jean Thierry, quienes habían trabajado en los jardines de Marly.

Impulsado por Felipe V, el primer Borbón que reinó en España, el monarca buscó un lugar donde doblegar la nostalgia de su Francia natal, para lo que adquirió una antigua granja –de ahí su nombre– cedida por los Reyes Católicos a los monjes jerónimos y donde el arquitecto Teodoro Ardemans comenzó a construir uno de los palacios más soberbios del patrimonio nacional, dotado de su aura actual más adelante por el arquitecto romano Andrea Procaccini, y más tarde por Filippo Juvarra.

El entorno cuenta con espacios como el Jardín de la Real Botica, cercado con su muro original de piedra tras recuperarse este espacio de 3.000 metros y replantar varios centenares de plantas y hierbas medicinales que ya utilizaban los jerónimos –quienes llegaron a cultivar más de trescientas especies– desde el siglo Quince.

Este conjunto histórico, declarado Bien de Interés Cultural en 1982, es un paraíso que merece la pena disfrutar sin prisas.

El Bosque de Béjar. El Jardín Histórico de Béjar comprende un grupo de edificaciones entre las que se encuentran un palacete, las caballerizas y unos edificios auxiliares. El conjunto fue declarado ‘jardín histórico’ en 1946 y se delimitó el entorno de protección del Bien de Interés Cultural en 1995.

Enclavado junto a un viejo castillo donde los duques de Béjar construyeron su villa de recreo de aires italianos, es un claro ejemplo de transformación de una fortaleza medieval hacia una villa renacentista, con jardines humanistas cuya esencia se percibe todavía hoy plenamente. La configuración mantiene la estructura original basada en terrazas unidas por escaleras y se debe al proyecto impulsado por Francisco IIde Zúñiga y Sotomayor en el año 1567, en un terreno hasta entonces destinado a que su familia y amigos cazasen.

El agua es de nuevo un elemento determinante en este conjunto: para construir el jardín se tuvo que desviar el cauce del arroyo de Navalengua, que mediante una acequia pasó a alimentar las fuentes y los jardines además del gran estanque, de forma ligeramente trapezoidal y que funciona como un gran lago artificial. Por su interior en su día nadaban cisnes con sus cuellos arqueados y navegaban pequeñas barcas en busca del romántico cenador central de finales del sigloDiecinueve, desde el que se logra una sensación de paz única. Las aguas del estanque sirven para regar los jardines situados en la parte inferior, además de accionar las fuentes y sus juegos de agua y saciar una huerta poblada de frutales.

El jardín, al que se llega por una gran escalinata con cuatro fuentes, se distribuye escalonadamente en sucesivas terrazas y ejes que dotan de vistosidad al conjunto ajardinado, la única villa de recreo de estilo renacentista que se mantiene en España. La belleza del entorno, en plena sierra, se acentúa en otoño, cuando el inmenso bosque de robles y castaños que lo circundan muda sus hojas de color.

Coto del Carmen. El Coto de Nuestra Señora del Carmen, conocido también como el ‘Jardín del Conde’, es un hermoso espacio natural situado entre elPuerto de Béjar y Peñacaballera, próximo a la Vía de la Plata. Promovido por el Conde de Tres Palacios a finales del sigloDiecinueve, cuenta con una destacada escalinata de piedra y hermosos paseos de aire romántico que discurren entre especies forestales llegadas desde todo el mundo, con coníferas de los cinco continentes incluida una secuoya centenaria, además de decenas de abetos Douglas o cedros del Líbano.

Este espacio fue declarado Bien de Interés Cultural en 2005 con la categoría de ‘jardín histórico’. Proyectado por el valenciano –de ascendencia francesa– Tomás Veyrant, se asienta sobre una ladera en la que las plantas autóctonas ha sido sustituidas por especies foráneas. Responde a los principios de jardín paisajista, con vegetación rastrera que cubre el suelo, otra de tamaño intermedio y los grandes ejemplares arbóreos.

La llamativa escalinata monumental de granito conduce a través de pequeñas plazas intermedias hasta un cenador octogonal que corona el ascenso. Dispone también de sugerentes paseos, adornados con numerosas y llamativas especies vegetales exóticas.

Rincones secretos en toda la comunidad

La riqueza de Castilla y León en materia de jardines es grande y variada.Desde urbanos y emblemáticos como el Campo Grande de Valladolid, el paseo delEspolón de Burgos, el parque de La Alamedilla de Salamanca, el recoleto parque del Cid y el de San Francisco en León o la Alameda de Cervantes de Soria a los que se suman otros con aura de leyenda como el huerto de Calixto yMelibea en Salamanca o el Romeral de San Marcos, enSegovia, a los pies del Alcázar.

Hay otros cuya belleza es más bucólica, como el jardín renacentista del palacio de los Castejón, en Ágreda (Soria), con hermosos entrelazados, fuentes y un teatro vegetal. Todo el espacio recrea el jardín original del siglo Dieciséis.

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