Diario de Valladolid

Las mil agujas de Los Galayos

Esta cumbre de Gredos se eleva por encima de los 2.300 metros y permite disfrutar de unas fantásticas vistas hacia todos los puntos cardinales

Dos montañeros alcanzan la cumbre de La Mira.-N. SÁEZ

Dos montañeros alcanzan la cumbre de La Mira.-N. SÁEZ

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NACHO SÁEZ
Valladolid

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La ruta que hoy proponemos nos lleva a la cumbre de La Mira. Puede que esta sea una de las cumbres más visitadas por los montañeros y senderistas que se acercan al sector central de la Sierra de Gredos desde su vertiente norte –accediendo desde Hoyos del Espino– pero que no quieren adentrase en el tumulto de la Laguna Grande. Sin embargo, resulta mucho menos frecuentado el itinerario que nos lleva a esta cumbre por la vertiente sur, accediendo desde la localidad de Guisando, a pesar de que se trata de una ruta mucho más atractiva, pues asciende por el fondo de una profunda garganta excavada entre verticales agujas de afiladas paredes que se levantan por encima de los dos mil metros de altitud.

Iniciaremos nuestra ruta desde el aparcamiento situado donde finaliza la carretera que sube desde el Nogal del Barranco en Guisando –conocido popularmente como ‘La Plataforma’– en la rotonda donde se levanta un monumento dedicado al macho montés, especie muy frecuente en esta zona. Después de aprovisionarnos de agua en la fuente, junto al refugio que allí se localiza, arranca el sendero catalogado PR-AV 43, que lleva por nombre ‘Carril de los Galayos’.

El camino es bueno y rápidamente va tomando altura al tiempo que remonta por el fondo de la garganta el curso del río Pelayo, que irá en todo momento a nuestra izquierda. Pronto el camino se convertirá en una buena senda que sube entre pinos y enebros en dirección al lugar conocido como La Apretura, dejando a nuestro paso, primero la fuente de El Llamaril, y algo más tarde la del Amanecer y, en tercer lugar la de Macario Blázquez –si bien no tienen agua todo el año–. Cuando el barranco se empieza a estrechar llegaremos a la altura de las Berroqueras, unas grandes rocas de formas extrañas que se elevan a nuestra derecha. A medida que nos aproximamos a esta zona ya se intuye con más claridad el paisaje que nos vamos a encontrar, donde las mil y un agujas de los Galayos se aprietan entre sí compitiendo entre ellas por llegar más cerca del cielo.

No tardaremos mucho más en llegar a una clara bifurcación (3 kilómetros, 1.740 metros de altitud), en la que tendremos que elegir entre seguir recto, remontando el fondo de la garganta pegándose cada vez más a las verticales paredes por unas trochas poco definidas, o bien pasar a la vertiente opuesta del barranco –cruzando el arroyo– y remontando por las zetas.

Esta segunda opción resulta ser la más cómoda y segura, lo cual no quiere decir que no vaya a costarnos esfuerzo. De hecho, desde este punto hasta el refugio Victory encontraremos el mayor desnivel de la jornada, salvando en tan solo setecientos metros casi trescientos de desnivel. En algo menos de tres horas desde que comenzamos nuestra marcha habremos llegado al Refugio Victory (1.950 metros), construido a mediados del siglo pasado por la Real Sociedad de Alpinismo Peñalara, uno de los más frecuentados por los escaladores de roca de la zona centro peninsular, pues su emplazamiento resulta estratégico para ascender escalando a las cumbres de los Galayos.

El esfuerzo de llegar hasta el refugio debe encontrar su recompensa en un breve descanso, donde podremos reponer fuerzas y beber en su fuente. Es éste, sin duda, el mejor lugar para disfrutar un buen rato contemplando las diminutas figuras de escaladores que se pegan literalmente a las paredes de las cumbres más emblemáticas del Galayar, como ocurre con el impresionante Torreón, el Gran Galayo o la Aguja María Luisa, desafiando las más elementales leyes de la gravedad.

Tras esta parada deberemos retomar la marcha hacia La Mira, cumbre a la que sí se llega andando, sin necesidad de escalar, remontando pedrera arriba, con tendencia a la izquierda –primero rumbo norte para ir luego girando hacia el oeste– siguiendo los hitos que marcan el camino. Alcanzaremos así en algo más de una hora el objetivo de nuestra excursión, la cumbre de La Mira, presidida por una torreta de piedra, donde en su día se localizaba el telégrafo óptico y hoy se emplaza el vértice geodésico.

Hemos alcanzado así el cordal principal que de este a oeste configura el eje de la Sierra de Gredos, encontrándonos por encima de los dos mil trescientos metros de altitud, lo que nos permitirá disfrutar de unas fantásticas vistas hacia todos los puntos cardinales. Si miramos al oeste veremos las más altas cumbres del sector central de Gredos, presididas por el Almanzor. Hacia el este, el puerto del Peón y el Peñón del Mediodía, mientras que hacia el sur se extiende el maravilloso Valle del Tiétar.

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