CRISIS HUMANITARIA
México retorna a Honduras a 219 integrantes de la caravana migrante
Las autoridades mexicanas informaron que los "retornos asistidos" fueron por vía aérea con dos vuelos que salieron desde el Aeropuerto Internacional Carlos Rovirosa Pérez, ubicado en Tabasco
El Instituto Nacional de Migración (INM) de México, informó que ha retornado a Honduras a 219 migrantes que entraron al país "de manera indocumentada" en dos vuelos, al tiempo que ha asegurado que tiene previsto llevar a cabo más retornos "en los próximos días".
Según el INM, alrededor de 500 personas de origen centroamericano, en su mayoría de Honduras, entraron a México el lunes pasado "en condición irregular" al atravesar el río Suchiate, mientras que un total de 402 fueron rescatados y trasladados a instalaciones del organismo.
Respeto a sus derechos
En este contexto, los aviones de la Guardia Nacional de México salieron desde el Aeropuerto Internacional Carlos Rovirosa Pérez, ubicado en Tabasco, con destino a San Pedro Sula, en Honduras, con 110 personas originarias de Honduras a bordo el primero y con 109 el segundo.
Asimismo, el INM ha subrayado que sendos retornos asistidos se han llevado a cabo "con estricto apego al respeto a sus Derechos Humanos (los de los migrantes)". En apenas unos días, cientos de hondureños, a los que también se han sumado guatemaltecos, han atravesado la región hasta llegar a la frontera con México, cerrada y fuertemente custodiada por la Guardia Nacional.
La crisis migratoria
El año pasado se produjeron fuertes choques en este mismo escenario entre migrantes centroamericanos y fuerzas de seguridad. Algunos, desesperados por entrar en México, se lanzaron al río que sirve de frontera natural para cruzar a nado.
Los migrantes del llamado Triángulo Norte -El Salvador, Guatemala y Honduras- comenzaron a marchar en grupo en octubre de 2018 para protegerse de los peligros de la travesía por la región, plagada de organizaciones criminales.
Entonces, la Administración de Donald Trump llegó a hablar de "invasión" y forzó a los países emisores y a México, país de tránsito, a firmar acuerdos migratorios para fortalecer las medidas contra la inmigración ilegal bajo amenaza de retirar la ayuda estadounidense que reciben e incluso de imponer aranceles comerciales.