CON EL USO DE RAYOS X
Unos investigadores 'leen' los pergaminos carbonizados de Herculano
La gran biblioteca de la ciudad quedó sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79
Un pergamino que quedó totalmente sepultado y convertido en carbón tras la erupción del volcán Vesubio, en el año 79 de nuestra era, ha podido leerse 20 siglos después gracias al uso de los rayos X del sincrotrón europeo ESRF, situado en Grenoble, según han informado los autores del trabajo. El pergamino es uno de los rollos de papiro de la que en su momento fue la gran biblioteca de Lucio Calpurnio Pisón, suegro de Julio César.
La investigación, encabezada por investigadores de la Ludwig-Maximilian-Universität de Múnich, del CNR (Italia) y del CNRS (Francia), se ha publicado en la revista 'Nature Communications'. Los autores creen que en otros pergaminos de la misma biblioteca podrían encontrarse obras desconocidas y recuerdan que las obras clásicas conservadas actualmente son copias efectuadas en la edad media que previsiblemente sufrieron modificaciones.
Antes de la erupción del Vesubio, Herculano era un elegante balneario en la bahía de Nápoles, cerca de Pompeya. La biblioteca de Pisón fue un palacio de 250 metros de ancho, jalonado por estatuas de bronce y mármol, en cuyo interior se guardaban cientos de rollos de papiro cuidadosamente almacenados en estanterías. La biblioteca quedó abandonada tras la catástrofe con más de 40 centímetros de sedimentos volcánicos y no fue redescubierta hasta 1754. De hecho, es la única biblioteca clásica que ha llegado hasta nuestros días.
PÉRDIDAS IRRECUPERABLES
Desde hace décadas se han realizado muchos intentos para observar lo que hay en los textos, pero los papiros se dañan fácilmente al intentar desenrollarlos. No solo es un desafío abrirlos y leerlos, sino que varios se perdieron irremesiblemente en los últimos siglos por este motivo. Otros también desaparecieron al ser empleados como antorchas por buscadores de tesoros.
"Después de varios ensayos para seleccionar las muestras más legibles, ya no hay ninguna duda: ¡podemos ver las letras!", explica Daniel Delattre, del Instituto de Investigación e Historia de los Textos (CNRS).
El descubrimiento fue posible gracias a una técnica disponible en el ESRF llamada tomografía de rayos X por contraste de fase (XPCT). Con ella se pueden distinguir entre los materiales presentes aunque el contraste sea mínimo. En el caso de los textos antiguos, el problema es que los papiros carbonizados y la tinta negra tienen una composición similar puesto que en la antigüedad se escribía con un carbón obtenido de residuos del humo. Luego, claro está, es necesaria una filigrana laboriosa para determinar a qué capa del papiro enrollado pertenecen las diferentes letras.
UNA AVENTURA POR DELANTE
Los investigadores estudiaron dos papiros de Herculano de la colección del Instituto de Francia. Así pudieron observar palabras -en griego- que estaban debajo de varias capas de papiro. Mediante el análisis de la escritura y su comparación con otros textos, fueron incluso capaces de postular que el texto podría ser autoría del filósofo epicúreo Filodemo (Philodemus).
El primer firmante del trabajo, Vito Mocella, del Instituto de Microelectrónica y Microsistemas de Nápoles, concluye: "Podemos celebrar que con el tiempo se podrán leer estos preciosos testimonios del pasado sin afectar a su conservación. De hecho, no habrá ninguna necesidad de desenrollar los cientos de pergaminos. Este es el comienzo de nuestra magnífica aventura para leer lo perdido".