EL DESAFÍO YIHADISTA
Adolescentes en la yihad
Dos adolescentes austríacas, de 15 y 16 años, dejan a su familia para unirse al Estado Islámico
«Estamos en el camino correcto. Vamos a Siria para luchar por el islam. Nos vemos en el paraíso». Con estas palabras se despidieron Samra Kesinovic, de 16 años, y Sabina Selimovic, de 15. En abril volaron a la ciudad turca de Adana, a 100 kilómetros de la frontera con Siria. Publicaron en Facebook que se habían casado y añadieron: «No tememos a la muerte. La muerte es nuestra meta». Junto a estas palabras, se veía a las dos jóvenes cubiertas con velo islámico. Su caso pone sobre la mesa la fascinación que el Estado Islámico está ejerciendo en muchos jóvenes musulmanes en Europa.
Según se supo el miércoles, están alentando a otras a sumarse a la yihad islámica. El Ministerio del Interior austriaco ha confirmado que otras dos chicas de Viena, de 14 y 16 años, fueron descubiertas cuando intentaban viajar a Siria para unirse a los yihadistas. Fue la madre de una tercera joven, que debía acompañarlas, la que denunció el caso, porque el equipaje de su hija le pareció excesivo. Una de ellas es de familia musulmana, la otra se convirtió al islam.
Mezquita salafista
Desde hacía varios años, Samra y Sabina recibían instrucción religiosa en una mezquita de Viena. Un periódico de la capital austriaca publicó, días después de su desaparición, que asistían a la mezquita Altun-Alem, donde predicaba uno de los salafistas que está considerado de los más radicales en Europa.
Las dos nacieron en Viena, pero proceden de familias bosnias que emigraron a Austria en los años 90, huyendo de la guerra. Sus padres aseguraron en abril que no creían que ellas fueran las autoras de las frases relacionadas con la lucha por el islam. Declararon a la prensa austriaca que vestían al estilo occidental y que llevaban el pelo descubierto.
Evolución radical
Sin embargo, amigos de la escuela afirmaron que se habían radicalizado, y el director del centro, Peter Slanar, confirmó su evolución: «Hace un año hubiera dicho que eran adolescentes perfectamente normales, hasta que Samra comenzó a enviar fotos con velo musulmán a sus compañeros». Slanar asegura que aparecieron pintadas en las mesas y la paredes del centro, con la inscripción «Te amo, Al Qaeda». Convocaron a la madre de Samra, que la sacó del centro.
En noviembre se conoció en Alemania un caso similar: Sarah, una estudiante de 15 años, de la ciudad de Constanza, desapareció del hogar paterno para viajar a Siria, donde se casó con un islamista que había vivido en Colonia. HTodo era normal hasta que Samra empezó a enviar fotos con velo a sus compañeros: «No tememos a la muerte; es nuestra meta», escribe una de ellas en Facebook.