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ÁVILA

Modernizar la avicultura desde Ávila

«Hay que ver lo que se hacía antes, modernizarlo y aplicarlo, no tirar tanto de químicos, masificaciones o tener a las gallinas en mal estado»

El ingeniero electrónico Mariano González frente a una de las naves de sus Granjas Teco que producen huevos ecológicosE.M.

Publicado por
Maria Bausela

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Desde un pequeño pueblo de Ávila el ingeniero electrónico Mariano González busca modernizar la avicultura aplicando las nuevas tecnologías para producir huevos de gallina ecológicos. De familia de agricultores y ganaderos González trabajaba en el departamento de robótica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuando le surgió la idea intentar aplicar los avances que la tecnología y sus ventajas a la ganadería.

Tras volver a su localidad natal, Pedro-Rodríguez de menos de 150 habitantes, para emprender en un nuevo proyecto, arrancó en 2018 Granjas Teco y Sistemas Teco. Iniciativas con las que busca combinar las nuevas tecnologías con la avicultura.

«Hemos ido avanzando poco a poco. Lo más difícil ha sido lograr dar salida a lo que producimos, porque los gastos de producción son más elevados», asegura. Así, hace dos años y medio, instalaron su primer gallinero y el segundo se ha incorporado a la explotación hace tan solo unos meses. Cada uno acoge a 504 gallinas y cuenta con dos grandes peculiaridades, por un lado el hecho de que no cuentan con suelo y por el otro el hecho de que son móviles.

«Cada tres semanas movemos las naves para que tengan suelos nuevos. Esto mejora la calidad de vida de las gallinas y hace que el suelo esté más enriquecido para que crezca nuevo pasto. Tardan un año más o menos en volver a la misma posición», explica. Estos gallineros son movidos con tractores por la hectárea de parcela con la que cuentan en la explotación.

Dicho proceso permite que las gallinas consuman hierba durante todo el año, lo cual mejora la calidad del huevo, pero disminuye el número de producción. «Recogemos unos 800 huevos al día, lo cual es poco en comparación con las grandes explotaciones avícolas nacionales o de la comunidad, pero no queremos producir más. Lo que buscamos es tener huevos de buena calidad».

Además, cuentan con sensores que abren automáticamente las trampillas de la nave según cuando se pone y sale el sol. «Y también tenemos unas cámaras que vigilan a las gallinas durante todo el día. Cada vez el mercado es más opaco con empresas que dicen que sus huevos son una cosa y luego son otra, y para demostrar que vendemos lo que decimos tomamos imágenes de las gallinas cada día para que se vea como viven y las asociamos con un número de lote de huevera. Así los clientes cuando adquieren nuestros huevos pueden comprobar cómo viven», indica.

«Primero conceptualice el proyecto a través del programa de emprendimiento de Laboratorio Activo Ávila 1131 y al llevarlo a la práctica hubo cosas que no resultaban viables. Al producir menos que otras granjas tener un brazo robótico que envase huevos no es productivo. Está todo adaptado a pequeñas producciones, como la clasificadora de nuestra marca Sistemas Teco. También hemos trabajado bastante para el dimensionamiento de las cucharas de la balanza que pesa el huevo, que aunque parece sencillo lleva muchos cálculos detrás. De hecho acerca de estos aspectos vamos a publicar en breve un artículo científico».

«Ahora mismo tenemos un proyecto en activo cuyo objetivo es utilizar la economía cíclica para restaurar un cajón isotérmico de un tráiler y que se convierta en un centro de envasado de huevos modular orientado todo a la venta online», apunta.

Este también incorporaría una parte para la comercialización de las propias gallinas. Esto se debe a que uno de los problemas que se han encontrado a lo largo de la vida de las Granjas Teco es que «al acabarse el ciclo productivo del animal el huevo es más frágil y propenso a tener enfermedades, por ello Sanidad aconseja que no se tengan más de dos años. Pasado este tiempo tenemos tres opciones, tenerlas hasta el fin de sus días, sacrificarlas o venderlas para convertirlas en alimento».

«En los primeros dos casos se invierte mucha más energía al tener que tratarlas como residuo que al sacrificarlas, por lo que no resulta muy ecológico. En función a esto hemos decidido ponerlas a la venta como carne de pasto», indica. Por ello esta nueva nave contaría con esa zona de venta directa en la que también ofrecerán sus huevos y funcionará como punto de recogida de pedidos.

Actualmente, comercializan sus productos mediante una tienda online, en Ávila Market y cuentan con pequeños comercios que los ponen a la venta en sus tiendas de Madrid, Burgos, Barcelona y Ávila. Sin embargo, no ven muchas ventas en Castilla y León, estando ubicado su mayor nicho de mercado en Madrid y Barcelona. «Allí valoran mucho la producción regenerativa y les gusta nuestro modelo de negocio».

Para esta venta en toda España, ahora mismo distribuyen sus productos mediante paquetería porque lo consideran más ecológico. «Los camiones de reparto van a hacer la misma ruta con o sin nuestros envíos así que al usarlos es más eficiente medioambientalmente».

De cara al futuro le gustaría lograr que Granjas Teco sea una marca de producción de huevos ecológicos mediante la ganadería regenerativa, en la cual hubiese varios productores y explotaciones adheridas a la marca usando esta metodología. «Nuestro sistema genera bastante interés porque no es muy habitual y una vez que prueban los huevos ven la calidad de lo que estamos vendiendo», incide.

«Ha habido varios casos de granjas que se interesan por el sistema. En Barcelona una empresa quiere poner 10 gallineros, pero no sé si saldrá adelante, y una tienda de Madrid está valorando poner una nave en su huerta de Cáceres».

El problema que ven de cara a que opten por este sistema en otras explotaciones es «ver salida a los huevos ecológicos, porque, claro, las gallinas van a comer y a poner huevos los vendas o no. Pero creo que es importante optar por estos modelos porque se está tendiendo mucho en el sector a crear macro granjas que necesitan menos mano de obra, cada vez producen más, de peor calidad y tienen más impacto ambiental. Considero que hay que ver lo que se hacía antes, modernizarlo y aplicarlo, no tirar tanto de químicos, de masificaciones o de tener a las gallinas en mal estado», incide Mariano González.

«El problema viene ahí, que mucha gente que invierte en ganadería, en pollos, en huevos, en cerdos… invierte a través de una gran empresa que ya les asegura la salida del producto. Y aquí, por ejemplo, eso no sucede. Eso es lo que le da miedo a la gente, creo. En mi opinión, lo que más miedo da al meterse en este tipo de negocios es qué va a pasar con el producto, el no tener asegurada la venta».

«Estamos acostumbrados tanto a que por ejemplo, en la agricultura la gente siembre patatas y ya las tenga vendidas a alguna empresa grande, y lo mismo pasa con la remolacha, entonces, ya sabes lo que vas a hacer con lo que produces. Eso es lo complicado en el sector de los huevos ecológicos porque si no consigues clientes luego no sabes qué hacer con todos los huevos que se producen cada día. Lo cual se puede convertir en un problema muy grande», concluye.