SEGOVIA
Calor y humedad, ‘enemigos’ del polluelo
Un estudio constata que el aumento de la humedad y la temperatura afecta de manera negativa a la condición corporal del herrerillo común / Este trabajo forma parte del seguimiento de las poblaciones de Valsaín
Los pájaros son una de las principales víctimas del cambio climático. La cuesta abajo ecológica está muy ligada a los extremos: altas temperaturas, pertinaz sequía, frío, aguaceros, calor, humedad… Las aves también sufren, sobre todo, cuando son pequeñas.
Para averiguar cómo afecta todo esto, un equipo de investigadores ha realizado un estudio para analizar los efectos de la temperatura y la humedad dentro de las cajas-nido y sobre los parásitos que afectan tanto a los adultos como a los polluelos.
Para ello realizaron un experimento en el que aumentaron la temperatura y la humedad, de manera independiente, en cajas-nido donde criaron herrerillos comunes durante la primavera del año 2021 en los montes de Valsaín, Segovia, a unos 1200 metros de altitud. Consiguieron, por un lado, aumentar la temperatura 2°C y, por otro, la humedad un 15% en nidos diferentes. «Estos nidos los comparamos con nidos de control, en los que no modificamos nada para tener sus condiciones naturales», expone la investigadora Marina García del Río.
Con este trabajo encontraron que el aumento de la humedad y la temperatura afectaron negativamente a la condición corporal de los pájaros, es decir, los polluelos de los nidos con mayor humedad o temperatura de la habitual tuvieron un peor desarrollo que aquellos que crecieron en condiciones naturales. Además, calcularon la sensación térmica de los polluelos en estos nidos y fue mayor que en los nidos con condiciones naturales, por lo que el hecho de que las crías de los herrerillos crecieran peor en estos hogares podría deberse a que tuvieron que gastar más energía en su termorregulación.
Con respecto a los parásitos, encontraron que en los nidos donde aumentaron la temperatura y la humedad se redujo la abundancia de algunos parásitos que se alimentan de la sangre de los polluelos, como las larvas de mosca azul y los ácaros, por lo que también el incremento de temperatura o humedad les afectó negativamente.
Por tanto, la reducción de los parásitos provocada por la manipulación de temperatura y humedad no les brindó ningún beneficio a los polluelos, ya que aun teniendo menos parásitos su desarrollo fue peor. Dicho de otro modo, el efecto negativo de la manipulación de temperatura y humedad sobre los polluelos fue mayor que el beneficio que provocó esa manipulación al reducir los parásitos en el nido.
Con todo esto, este grupo determinó que tanto la temperatura como la humedad son factores importantes para el desarrollo de estas aves y de sus parásitos. «Si estos cambios ocurren de manera abrupta debido al cambio climático, sus poblaciones pueden verse severamente afectadas», advirtió para, a continuación, añadir que estos datos aportan nueva información sobre los límites de tolerancia de temperatura y humedad de estas aves y sus parásitos y cómo excederlos puede afectar a sus interacciones. «Un mayor conocimiento sobre cómo el cambio climático puede afectarles, podría ayudar a ajustar las predicciones sobre futuros efectos de los parásitos sobre las aves».
En su opinión, es un proyecto innovador porque se ha comprobado de forma experimental los efectos del aumento de la temperatura y la humedad en los polluelos de herrerillo común. Hasta ahora, en esta población, se habían hecho experimentos modificando únicamente la temperatura y la humedad se veía reducida como consecuencia de ese aumento en temperatura, por lo tanto, explica que no quedaba claro cuál era el efecto principal, si el aumento de la temperatura o la consecuente reducción en humedad.
En este sentido, García del Río apunta que en esta investigación se ha cuantificado la sensación térmica de las aves en estos nidos, pudiendo comprobar que es mayor en los nidos con mayor temperatura y humedad, lo cual puede producir un gasto más elevado en su termorregulación, y a su vez, un peor desarrollo. Otro aspecto innovador, según señala, es el hecho de que comprobaron que, aunque la abundancia de parásitos disminuya, los polluelos se desarrollaron peor debido a los cambios en la temperatura y humedad, siendo por tanto unos factores muy importantes para su crecimiento.
Respecto a las ventajas, asegura que la principal es que han podido demostrar los efectos de los cambios en el clima sobre las aves y sus parásitos. «Muchos estudios han medido estos efectos, sin embargo, de manera correlativa, es decir, no han modificado las variables climáticas, por lo que no se puede asegurar que su efecto sea directo. Además, nuestro experimento se ha realizado en condiciones naturales, por lo que, aunque no se pueden controlar todos los factores externos como si se podría en un aviario o laboratorio, los resultados se pueden ajustar mejor a lo que ocurriría en la naturaleza», incide.
Otro valor añadido es, a su parecer, que el experimento se realizó en cajas-nido durante el desarrollo de los polluelos. «Esto nos brinda la posibilidad de controlar las condiciones de temperatura y humedad durante este período y de poder cuantificar el desarrollo de las aves y sus parásitos. El herrerillo común es un ave que cría con bastante facilidad en cajas-nido y contamos con una población de aproximadamente 80 parejas al año que se lleva estudiando durante 25 años».
En la actualidad están trabajando en la misma población, pero con otro proyecto titulado: Incidencia de patógenos en aves silvestres: respuestas comportamentales, enfermedades zoonóticas, competencia vectorial y distribución espacial. Sus planes de futuro siguen siendo estudiar esta población y sus patógenos, relacionarlo con el cambio climático y a la disponibilidad de fuentes de agua para el desarrollo de los insectos vectores y la transmisión de los patógenos.