ÁVILA
Educación inclusiva del cromosoma 21
Una profesora de la UCAV desarrolla un proyecto centrado en la formación de personas adultas con síndrome de Down. El objetivo es indagar en las necesidades específicas de este colectivo e innovar en enfoques pedagógicos
Va mucho más allá de una copia extra en el cromosoma 21. El síndrome de Down excede a su camino genético. Por esta razón, es clave la atención temprana para mejorar la salud, desarrollar conductas más adecuadas y un buen nivel de independencia personal. El apoyo y el tiempo son los mejores aliados; con ellos, los niños pueden alcanzar hitos cuando el entorno es óptimo para la integración social.
Y es que estas personas son más vulnerables a algunos problemas de salud y, además, su desarrollo motor y cognitivo avanza de forma más lenta. Romper barreras es fundamental. No son niños eternos, por lo que hay que tratarlos de acuerdo con su edad y sus necesidades. Un punto importante que no se debe dejar de lado es su desarrollo, donde la educación ocupa un lugar privilegiado.
En este punto, la profesora de los grados de Educación Infantil y Primaria de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) Ana García Hernández ha impulsado un proyecto centrado en su formación en la etapa adulta, con el fin de adquirir, actualizar o ampliar las competencias para su desarrollo personal, social y profesional en contextos inclusivos de enseñanza y aprendizaje.
A lo largo de esta iniciativa se han planteado talleres conversacionales sobre autonomía personal, utilizando el coloquio como estrategia de comunicación, de relación interpersonal y de desarrollo del conocimiento sobre temáticas relacionadas con los proyectos de vida independiente. Los alumnos de la Asociación Abulense de Síndrome de Down han sido los encargados de elegir los temas a trabajar en cada una de las sesiones poniendo de manifiesto sus inquietudes y preferencias.
«El desarrollo de la propuesta se ha enmarcado en la asignatura ‘Atención al Alumno con Necesidades Educativas Especiales’ en el grado en Maestro en Educación Infantil, ya que en esta asignatura se trabaja sobre la atención a la diversidad», explica. Han participado 32 estudiantes entre los que se encuentran 15 alumnos de la Universidad Católica de Ávila y 17 de la Asociación Abulense de Síndrome de Down.
En esta línea, defiende que es una metodología innovadora que nunca se había implantado en las aulas de la UCAV. Es verdad, reconoce, que en varias materias se trabaja tanto la metodología que se ha llevado a cabo como la teoría sobre las necesidades educativas de las personas con discapacidad; por este motivo, vieron la oportunidad para trabajarlo de forma conjunta.
El impulso de esta técnica, en su opinión, ha permitido relacionar los contenidos curriculares trabajados en el grado de Educación con la formación en valores que conlleva una acción solidaria, además de ofrecer la posibilidad a los estudiantes de conocer la realidad de las necesidades de los usuarios de una asociación de personas con discapacidad.
A la hora de poner en marcha esta metodología, según expone García Hernández, es importante la distribución del aula, por lo que los alumnos se dividieron en grupos de manera heterogénea, contando con el mismo número de estudiantes de ambas instituciones y estableciendo roles entre ellos para fomentar la participación de todos sus miembros: coordinador, secretario y animador. Al finalizar las sesiones todos los grupos expresaron sus conclusiones ante el resto de sus compañeros y pusieron en común las cuestiones más destacadas.
Respecto a las ventajas, la profesora subraya que la principal es que el proyecto ha permitido a los alumnos conocer más de cerca la realidad de las personas con discapacidad intelectual en su día a día, a la vez que han podido reflexionar acerca de las necesidades que demanda este colectivo y las dificultades a las que se enfrenta. Para los jóvenes de la asociación, agrega, ha sido una experiencia muy enriquecedora, ya que les ha permitido acercarse al mundo universitario, adquiriendo diferentes conocimientos sobre temas de especial relevancia para su inclusión social y mejora de su autonomía.
«Los estudiantes de la UCAV no solo se han beneficiado en su proceso educativo, sino que también ha supuesto una motivación extra en sus aprendizajes y ha fomentado una cultura de solidaridad en nuestra comunidad universitaria, gracias al apoyo y la compañía brindados a un conjunto de personas con discapacidad», indica para, a continuación, afirmar que con este proyecto este centro ha manifestado su compromiso social, formativo e inclusivo, posicionándose como un referente en la diversidad en el ámbito educativo.
¿Cómo surgió esta iniciativa? Relata que la Universidad Católica de Ávila, en su compromiso con la sociedad abulense, tiene contacto con la mayoría de las asociaciones del tercer sector con la finalidad de poder estrechar los lazos y crear colaboraciones formativas. De igual forma, admite que, desde esta institución universitaria, intentan que sus alumnos tengan una educación integral, por lo que es necesario que conozcan las diferentes realidades sociales y educativas, permitiéndoles desarrollar diferentes prácticas.
Tras el éxito que ha tenido esta iniciativa con los alumnos de grado y con los usuarios de la asociación, avanza que esperan que se pueda repetir en cursos sucesivos incorporando más sesiones y diversas temáticas a trabajar. De igual forma, el programa Oportunidades para la Inclusión se encuentra en la fase final de la convocatoria del ‘Premio Uniservitate 2024’, dedicado a las experiencias de aprendizaje-servicio en la educación católica, lo cual les motiva y anima a seguir trabajando por la inclusión de las personas con discapacidad en entornos de educación superior.