LEÓN
Hidrogel contra el cáncer de próstata
Profesionales del Hospital de León aplican un protocolo que disminuye las sesiones de radioterapia en este tipo de tumor a cinco días
Colocan este material reabsorbible para una administración más precisa
Es un nuevo horizonte para los pacientes con cáncer de próstata; un protocolo que permite administrar el tratamiento con una gran precisión y en menos tiempo. Este tumor es la primera causa de muerte desde el año 2000 y el cáncer más diagnosticado en varones en España. Su tasa de incidencia es de 20 a 30 casos por 100.000 habitantes, sobre todo en hombres a partir de los 65-75 años.
La radioterapia junto con la prostatectomía radical son las alternativas para el tratamiento curativo de este tumor cuando está localizado. El objetivo de esta terapia es destruir las células cancerígenas al tiempo que se protege el tejido sano circundante lo máximo posible. En este punto, es importante recordar que, dada la proximidad del recto a la próstata, la radiación que pudiese llegar al recto podría causar un daño potencial no deseado, que puede conllevar a incontinencia fecal u otros efectos secundarios duraderos.
El tratamiento convencional de radioterapia externa en esta enfermedad supone sesiones diarias de unos 5-10 minutos hasta recibir entre 20 y 28 sesiones. Sin embargo, los profesionales del servicio de Oncología Radioterápica del Complejo Asistencial Universitario de León quieren cambiar el rumbo de esta patología. ¿Cómo? Han puesto en marcha un nuevo tratamiento para disminuir el número de sesiones, a la vez que se consiguen administraciones más precisas y menos invasivas.
«Se trata de la aplicación del protocolo de Radioterapia Estereotáxica Corporal, es decir, la administración de altos gradientes de dosis, que aumentan la eficacia de cada sesión y reducen el número total de las mismas a cinco sesiones», explica Estefanía Palacios Mena, licenciada especialista en Oncología Radioterápica del hospital leonés, para, a continuación, añadir que esto es posible gracias a la introducción de una nueva técnica: la aplicación de un hidrogel espaciador radiopaco entre la próstata y el recto, que disminuye la dosis de radiación que pudiera llegar al último tramo del tubo digestivo. Por tanto, «aunque la dosis de radiación por sesión sea cuatro veces superior al tratamiento convencional, los tejidos sanos adyacentes quedan protegidos», confirma.
¿Cómo funciona esta nueva técnica? Indica que cuando se aplica la radioterapia en el cáncer de próstata, uno de los órganos más expuestos es el recto, que se localiza anatómicamente detrás de la próstata, en especial su pared anterior. «Los espaciadores de hidrogel, compuestos en un 90% de agua y en un 10% de un polímero llamado polietilenglicol, que es el que permite la consistencia de gel, se colocan en forma líquida, que luego se solidifica, en la grasa situada entre la glándula prostática y el recto», detalla.
En este sentido, Estefanía Palacios Mena sostiene que la inserción del gel se realiza mediante control ecográfico transrectal, por vía perineal. El procedimiento se lleva a cabo con anestesia local y sedación del paciente, ya que la técnica requiere precisión para localizar de manera adecuada el espacio entre la próstata y el recto. «Se introduce en el paciente con ayuda de una fina aguja y se inyecta en el espacio entre la próstata y el recto, inicialmente es líquido y una vez dentro del paciente polimeriza a textura gel sólida. La persona no nota nada y tras su inserción puede hacer vida normal».
La inserción del gel se hace de 2 a 3 semanas antes de proceder al tratamiento de Radioterapia Estereotáxica Corporal, puesto que de esta manera se puede aumentar la distancia que hay entre el recto y la próstata, en concreto genera una barrera de aproximadamente 1,3 centímetros, separación que protege el recto de la exposición a la radiación. «A los 5-7 días de haber colocado el hidrogel, se procede a realizar el TAC de Simulación para llevar a cabo la planificación del tratamiento y permanecer en el organismo mientras dura el tratamiento radioterápico», subraya la licenciada especialista en Oncología Radioterápica del Complejo Asistencial de León, quien puntualiza que al cabo de unos tres meses empieza el proceso de hidrolización vía renal y se elimina por completo del cuerpo a los seis meses.
En su opinión, la introducción de un material biológicamente inerte entre la próstata y el recto para generar una barrera ha dado interesantes beneficios, como «una reducción en un 75% de la cantidad de radiación que llega al recto y la disminución en un 70% de las posibilidades de provocar efectos secundarios como pueden ser el tenesmo rectal, mucosidad, sangrado, diarrea, fístula…, lo que se traduce en una mejor calidad de vida postratamiento» para los pacientes que luchan contra el cáncer de próstata.
Otro valor añadido de esta opción terapéutica, en su opinión, es que es posible administrar una dosis más alta de radiación por sesión, reduciendo el número de visitas al hospital a tan solo 5 días. «Al ser un material radiopaco nos permite identificarlo perfectamente en nuestro TAC de Simulación para poder planificar el tratamiento», apostilla Palacios Mena antes de dejar claro que no todos los pacientes pueden recibir esta técnica, que está destinada a aquellos casos de cáncer de próstata localizado de riesgo bajo o riesgo intermedio.
Empezaron el pasado mes de abril con tres pacientes y el «éxito ha sido rotundo». Su idea, tal y como avanza, es continuar aplicándolo a más enfermos. De igual manera, comenta que han solicitado la braquiterapia, que es otra modalidad de tratamiento radioterápico para tratar también el cáncer de próstata, así como otro tipo de tumores de otras localizaciones.
En esta misma línea, la licenciada especialista en Oncología Radioterápica del Complejo Asistencial de León adelanta que comenzarán en breve con tratamientos de radiocirugía para tumores cerebrales, con el fin de «ofrecer a los pacientes todas las opciones terapéuticas disponibles para aumentar sus posibilidades de curación».