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Los virus respiratorios, bajo control

Investigadores de la ULE lideran un ensayo clínico sobre la eficacia de un test rápido de gripe y COVID-19 / Buscan reducir la prescripción innecesaria de antibióticos que generan resistencia, un grave problema de salud pública global

Personal sanitario realizando pruebas de cribado en el Campus de Vegazana en enero de 2021. -E.M.

Publicado por
Estibaliz Lera

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Los centros de salud y las urgencias no dan abasto. Son muchísimas las personas que acuden a estos lugares para encontrar una solución a sus síntomas: tos, dolores musculares, fiebre, cansancio, dolor de garganta, dificultad para respirar, náuseas, dolor de cabeza, pérdida del sentido del gusto o del olfato… La epidemia estacional de virus respiratorios está aquí y los expertos pronostican que la incidencia seguirá subiendo hasta que alcance su pico en esta segunda quincena de enero. 

A la saturación de los hospitales se suma la venta de test en las farmacias para saber si lo que tienes es gripe o la COVID-19. Y el regreso de las mascarillas para evitar los contagios. En este escenario, investigadores de la Universidad de León (ULE) lideran un ensayo clínico sobre la eficacia de un test rápido de estas patologías . El objetivo principal, según explica el catedrático Vicente Martín Sánchez, es reducir la prescripción de antibióticos en pacientes de atención primaria con signos de infección respiratoria.

De hecho, añade Alba Marcos Delgado, ayudante doctor en el Área de Medicina Preventiva y Salud Pública, el proyecto surge por el grave problema de salud pública que presenta la resistencia a estos fármacos . «Reducir la prescripción rápida de detección de antígenos de la gripe y la COVID-19 puede ser de utilidad para disminuir la incertidumbre y la prescripción inadecuada». 

¿Cómo van a lograrlo? Se ha estimado un tamaño muestral de 350 pacientes por grupo (control e intervención). Se elegirán 20 centros de salud de España, se estratificarán por ámbito y tamaño y al azar se asignarán al grupo de intervención o de control. «En cada centro de salud se reclutarán 35 participantes con signos de infección respiratoria. Aquellos asignados al grupo de intervención se les realizará una prueba de diagnóstico rápido de determinación de antígenos para gripe A y B y SARS-CoV-2, mientras que en el grupo de control se llevará a cabo la práctica clínica habitual», detalla Martín Sánchez. 

En este sentido, comenta que el profesional sanitario deberá introducir los datos recopilados en un cuaderno de recogida de datos digital. A continuación, se realizará el análisis estadístico de los mismos y se determinará si el uso de pruebas rápidas de antígenos en atención primaria es útil para la reducción de la prescripción de antibióticos. Además, como meta secundaria , tal y como indica Marcos Delgado, se evaluará si las pruebas rápidas de antígenos presentan valores aceptables de sensibilidad, especificidad y valores predictivos en los pacientes con síntomas de infección respiratoria.

Es verdad, reconoce el catedrático de la ULE, que los antibióticos son tratamientos capaces de curar un elevado número de enfermedades infecciosas; sin embargo, su amplia difusión, tanto para tratar como para prevenir infecciones en humanos y en animales, está dando lugar a la aparición de gérmenes resistentes y reduciendo su capacidad de curar. Y es que, en algunas ocasiones, lamenta que se haga uso de antibióticos sin que sea necesario, como en el caso de procesos virales como la gripe o la COVID-19. «Reducir la utilización innecesaria de antibióticos es una buena estrategia para luchar contra la aparición de gérmenes resistentes a los mismos», incide la ayudante doctor en el Área de Medicina Preventiva y Salud Pública. 

La gran mayoría de los antibióticos en humanos los recetan los médicos de familia y son los que más gripes o procesos virales ven. Por ello, considera que, si pudieran realizar pruebas diagnósticas como los test de antígenos, sabrían si el paciente tiene gripe o coronavirus y de esta manera es menos probable que receten antibióticos de manera innecesaria. Para poder comprobar si esto es así proponen un ensayo clínico. En unos centros de salud los médicos harán pruebas de antígenos a los pacientes con síntomas gripales, y en otros centros seguirán con la práctica normal, sin hacer pruebas de antígenos. Pasado un tiempo comprobarán si aquellos centros que hacían antígenos han recetado menos antibióticos que los que no han realizado estas pruebas. 

De igual forma, van a ver si en los centros que hacen antígenos los pacientes necesitan menos pruebas o usan menos los servicios de salud y tienen menos complicaciones en los siguientes tres meses, puesto que van a realizar test de antígenos, intentando conocer cómo de buenos son comparándolas con otras mejores, pero más caras y lentas como es la PCR.

En cuanto a las ventajas, Vicente Martín Sánchez afirma que se espera que este proyecto mejore el acceso a la indicación de procedimientos diagnósticos desde atención primari a, y contribuya a gestionar la indicación diagnóstica por proceso asistencial. Asimismo, agrega Alba Marcos Delgado, se persigue aumentar la capacidad resolutiva de este primer nivel de salud mediante la identificación de los procedimientos diagnósticos que se deben realizar en los centros de salud, la adquisición del equipamiento diagnóstico necesario para su implantación y el desarrollo de la formación continuada de los profesionales.

La implementación de esta iniciativa, en su opinión, resultará importante para reforzar los sistemas de vigilancia de riesgos para la salud, y aumentar la eficiencia de las políticas sanitarias y la calidad del Sistema Nacional de Salud. «A través de estas medidas se pretende aumentar la seguridad del paciente en relación con la asistencia sanitaria, con el fin de reducir las estancias hospitalarias, la resistencia a los antimicrobianos y los costes adicionales tanto para el propio paciente como para el sistema sanitario». Por lo tanto, dice que este trabajo tiene especial relevancia para el abordaje interdisciplinar de las resistencias antimicrobianas desde los servicios de vigilancia epidemiológica de atención primaria para reducir la prescripción de tratamientos antibióticos.

Los planes de futuro pasan, sostienen estos investigadores de la Universidad de León, por consolidar la colaboración entre la universidad y la atención primaria . «Resulta fundamental la sinergia entre el mundo académico y la práctica asistencial. Los centros de salud son los lugares más adecuados para detectar los problemas reales de los ciudadanos y brindan la oportunidad de poder transferir los conocimientos científicos a la población, mientras que la cooperación junto a la universidad posibilita el apoyo en metodología y divulgación científica», concluyen.