La pieza clave de los temblores
PERSONAJES ÚNICOS / DÉBORA CERDÁN La neuróloga segoviana Débora Cerdán se ha convertido en nuevo miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neurología / Considera clave unificar a los pacientes con párkinson en una consulta especializada para aportarles un seguimiento y atención más estrechos y un tratamiento óptimo
Su conocimiento sirve para interpretar las imágenes de un cerebro humano obtenidas por escáner. Débora Cerdán trabaja como neuróloga especialista de área del Complejo Asistencial de Segovia, un camino que inició cuando se matriculó en la Universidad Complutense de Madrid para estudiar Medicina. «Fue una decisión bastante madurada, no el típico sueño de la infancia, pero es cierto que me crie en un ambiente de ciencias, ya que mi madre es bióloga y mi padre, cirujano, por lo que desde pequeñita he estado familiarizada con este mundo y sin duda he tenido el mejor ejemplo a seguir», rememora.
Un espíritu que la ha acompañado cada paso que daba en la universidad. «A pesar de lo duro de esta carrera y de los sacrificios permanentes que hay que hacer en esta profesión, que los conocía de manera amplia, el poder compaginar el conocimiento de una ciencia tan bonita junto con el trato humano es mi pasión, y cada día que voy al hospital lo hago con la mayor ilusión que puedo, y con la intención de disfrutar y dar lo mejor de mí a las personas que atiendo».
Dentro de su formación como residente de neurología en el Hospital General de Segovia, ha tenido la posibilidad de realizar rotaciones de distintas subespecialidades en diferentes centros dentro del territorio nacional, sobre todo en Madrid y Barcelona, si bien destaca la estancia durante cuatro meses en Londres, en el Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía Queen Square, un centro dedicado a las enfermedades del sistema nervioso, con amplia historia a sus espaldas y en el cual ejercen grandes neurólogos de reconocido prestigio a nivel mundial. En esta etapa también finalizó su tesis, que leyó en 2018, obteniendo el grado de doctora con calificación de sobresaliente Cum Laude.
Durante la asistencia a un congreso en 2015 le surgió la oportunidad de poder colaborar en un estudio multicéntrico en relación con la genética de la enfermedad de Parkinson, y gracias a ello ha podido profundizar más en el conocimiento de esta patología, así como pertenecer al Consorcio Internacional de Genómica de la Enfermedad de Parkinson.
«A pesar de la cantidad de tiempo y esfuerzo que tuve que invertir en recogida de datos, coordinar citas de pacientes, recogidas de muestras…, el estudio fue muy enriquecedor tanto a nivel personal como profesional, ya que me permitió conocer un aspecto más de la actividad científica que hasta ese momento desconocía, y del cual han surgido varias publicaciones en revistas de gran impacto», celebra Cerdán, quien, además, ha colaborado en otros trabajos. No obstante, agrega que ahora mismo está centrada en intentar conseguir la acreditación de una consulta monográfica específica de trastornos del movimiento.
«La neurología es una especialidad clínica, en la que con una exploración al paciente podemos localizar si la lesión está en uno de los hemisferios cerebrales, en la médula, en el nervio… y dirigir las pruebas complementarias en base a nuestras sospechas. Dentro de ella, una de las subespecialidades con una exploración más compleja o que requiere mayor precisión y con diagnósticos sumamente variados, son los trastornos del movimiento, en los que entran los diferentes tipos de temblor, enfermedades tanto por exceso como por defecto de movimiento, alteraciones de la marcha… por lo que es importante dedicar el tiempo adecuado a estos pacientes para una mejor aproximación diagnóstica, que puede implicar a su vez la elección de un tratamiento determinado», detalla la neuróloga.
En esta línea, subraya que la enfermedad de Parkinson es una patología de altísima complejidad y en la que es importante estar al día y conocer en profundidad las diferentes terapias existentes, necesitando para su manejo una gran dedicación. Por tanto, Débora Cerdán avanza que el objetivo sería poder unificar a todos estos pacientes en una consulta especializada para aportarles un seguimiento y atención más estrechos y un tratamiento óptimo.
Preguntada por la situación de la investigación y la innovación en Castilla y León, considera que los especialistas hacen el esfuerzo de investigar en la medida de sus posibilidades, pero se encuentran «limitados» en múltiples aspectos. «No solo por el económico, sino también por la enorme carga asistencial, problema incrementado por la infradotación de plantillas, y dado que, por supuesto, lo que hay que priorizar siempre es la actividad asistencial, en muchas ocasiones, la investigación pasa a un segundo plano», lamenta.
En este punto, admite que todas las administraciones pretenden que la medicina que se lleva a cabo en la Comunidad sea puntera; no obstante, «muchas veces lo que nos encontramos al otro lado es la sensación de no sentirnos ni escuchados en nuestras necesidades, ni apoyados, ni representados; por tanto, si realmente se está trabajando en ello, desde luego que queda mucho recorrido de mejora por delante», afirma la neuróloga que en 2017 recibió por parte del Colegio de Médicos de Segovia el premio Dr. José Ramírez a la mejor comunicación.
Considera que la sociedad no tiene por qué entregar un premio concreto a las personas que trabajan en pro de la innovación y el talento, puesto que, a su parecer, el mejor premio es el reconocimiento de una encomiable labor diaria, como realizan la inmensa mayoría de los médicos. «En numerosas ocasiones se desconoce o se olvida el talento de muchos de nuestros compañeros, impidiéndoles o dificultándoles un desarrollo profesional satisfactorio en todos los sentidos. Esto provoca que el personal se desanime, desmotive y en muchas ocasiones incluso decidan marcharse a otros sitios o al extranjero, donde el reconocimiento y la valoración de la gente con talento es mucho mayor, así como las amplias opciones de innovación e investigación», señala.
A su juicio, la crisis no favorece a nadie y todo el mundo sale perjudicado, aunque los jóvenes se ven obligados a vencer ciertos obstáculos añadidos. Sin embargo, por intentar ver un lado positivo, destaca que la crisis ha permitido evidenciar lo necesarios que son los médicos y los sanitarios en general; a pesar de lo cual, «continúa existiendo precariedad laboral, y los contratos que se ofrecen no son adecuados al grado de capacitación y formación que adquirimos», manifiesta Cerdán, que se acaba de convertir en nuevo miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neurología.