Economía Circular
El oasis sostenible de la plaza España
Un tapiz vegetal cubre desde hace un año el techo de la marquesina de este céntrico enclave de Valladolid gracias al proyecto URBAN GreenUP, que coloca a la ciudad a la vanguardia de la renaturalización de las ciudades a través de soluciones basadas en la naturaleza
Innovar con el potencial que nos propone el mundo es la meta de las soluciones basadas en la naturaleza; un conjunto de acciones que abordan debates sociales urgentes, como la amenaza de la disponibilidad del agua, el riesgo de desastres naturales y el cambio climático. Es hora de escuchar al planeta y de encontrar las mejores formas de interactuar con él. En Valladolid ya han entablado este diálogo; es más, están a la vanguardia de la renaturalización de las ciudades gracias al proyecto URBAN GreenUP, en el que participa el Ayuntamiento de Valladolid, a través de la Concejalía de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio y su Agencia de Innovación, con la coordinación del centro tecnológico CARTIF.
Su primer paso en esta línea fue la colocación hace un año de un tapiz vegetal en la marquesina de la plaza España. Una cubierta vegetal de 488 metros cuadrados que busca «reverdecer la zona y hacerla más agradable y saludable para atraer a los vallisoletanos y los turistas», explica Alicia Villazán, técnico responsable del proyecto URBAN GreenUP de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico, para, a continuación, añadir que, además, está ubicada en un espacio que a diario acoge el mercado de frutas y verduras.
La fase de diseño corrió a cargo de Singular Green, una pyme especializada en arquitectura urbana y «punto de referencia» en temas relacionados con el diseño de infraestructura verde. Antes de su colocación, cuenta, se realizó una revisión del estado estructural de la marquesina para conocer la carga máxima que puede soportar. Por esta razón, la vegetación cubre el 55% de la cubierta.
También se llevó a cabo un tratamiento de limpieza e impermeabilización de la marquesina. Se colocaron canalones y bajantes para el sistema de recogida de lluvia. Otro aspecto innovador, a su parecer, es que la vegetación no crece desde la tierra. Se ha optado por lana de roca, un sustrato inerte que funciona a la perfección con el sistema de riego hidropónico que utiliza. “Los tubos que se ven en la cubierta son las tuberías de riego automático por goteo”.
Este tapiz vegetal cuenta con un sistema automático de control de tal modo que ante cualquier problema, que no salte el riego automático por ejemplo, lanza una alerta para avisar a los responsables de que se ha producido un incidente. A esto se suma una visita mensual para la revisión de la vegetación, el fertilizante… y una anual, para el control del crecimiento y la poda. «El riego se produce por la noche y se modifica en función de las estaciones. En verano necesita más agua y en invierno, durante los meses más fríos, no requiere de ese soporte hídrico», apunta Villazán.
Ahora mismo están en fase de monitorización. Recogen datos de la calidad del aire de la plaza España, sobre todo ponen el foco en los niveles de óxido de nitrógeno y partículas -esta actividad la realiza el centro tecnológico CARTIF- y en los parámetros de operación, como son el consumo eléctrico y el consumo por riego. Con esta información van a realizar un informe y compartir los resultados obtenidos para que sirva a otras ciudades que quieran llevar a cabo acciones de renaturalización urbana similares.
Otro elemento que puede despertar la curiosidad de los ciudadanos, en la intervención de la Plaza de España, es el armario de instalaciones que se ha colocado cerca del quiosco y del recinto donde guardan los comerciantes de frutas y verduras sus útiles. En este lugar, tal y como subraya, se guarda el tanque donde se almacenan el agua, los fertilizantes, el sistema de control y el sistema de electricidad.
La primera intervención verde de este proyecto europeo H2020 marca, en su opinión, un antes y un después en el espacio urbano de Valladolid. «En su primer año de vida está funcionando bastante bien», señala Villazán, quien incide en que está compuesta por diferentes plantas con una floración escalonada que ofrece distintos colores, con la idea de comprobar qué especies funcionan mejor. De igual forma, agrega que otro aspecto que llama la atención son los colores claros de las estructuras; son blancos para minimizar la retención del calor de la estructura metálica.
Respecto a las ventajas de este tapiz vegetal, destaca que revaloriza la estructura mediante una mejora funcional y estética; aporta mayor eficiencia energética por el aislamiento; minimiza las necesidades de agua de riego, aprovechando el agua de lluvia; reduce el efecto isla de calor en los centros urbanos, donde hay menores posibilidades de colocar árboles y vegetación, y menos aún en este enclave que alberga un aparcamiento subterráneo; la vegetación genera oxígeno y retiene el dióxido de carbono; contribuye a paliar los efectos del cambio climático, y, en definitiva, mejora el bienestar ciudadano.
No es el único lugar de Valladolid que tiene una cubierta de estas características. Son muchos más los rincones, como la azotea del mercado El Campillo, el jardín vertical de El Corte Inglés de la calle Constitución, la escultura vegetal de las letras de Valladolid en Zorrilla, los toldos verdes de la calle Santa María y los jardines vegetales móviles. «Muchos estudios apuntan que los elementos verdes hacen que las personas se sientan mejor y mejore su salud. A nivel económico, pueden atraer turistas o ser un incentivo para el consumo local en un centro urbano más atractivo. Lleva asociado un incremento de la actividad económica y revaloriza las zonas comerciales», resume.
Este tipo de proyectos hacen que Valladolid se transforme en un espejo en el que mirarse. La ciudad acaba de recibir el reconocimiento de The Climate Reality Proyect, la organización presidida por Al Gore, por su lucha contra el cambio climático. La prestigiosa entidad internacional ha galardonado al Ayuntamiento de Valladolid con la concesión de Climate Leader Award por su compromiso con la sostenibilidad. «Es un orgullo; un reconocimiento a las políticas basadas en la sostenibilidad», celebra Charo Chávez, concejala de Innovación, Desarrollo Económico, Empleo y Comercio del Ayuntamiento de Valladolid, quien comenta que sirve de «acicate» para seguir trabajando y para que los ciudadanos cambien sus hábitos y apuesten por acciones más sostenibles y que miren al planeta.