Revisiones ‘online’ tras una nueva cadera
San Juan de Dios crea una aplicación para monitorizar al paciente con este tipo de fractura después del alta / Pasa de medir resultados basados en estancias medias, infecciones y tasas de éxito a calcular resultados de impacto en la vida
Una caída acaba en «un evento catastrófico» con resultados adversos que incluyen la alteración de la función, la hospitalización e incluso la muerte. En España, la fractura de cadera es la segunda patología quirúrgica con más consumo de recursos después del cáncer colorrectal y anal. Con una estimación de más de 260.000 nuevas fracturas de cadera en mujeres y más de 84.000 en hombres entre 2010 y 2020, y una tendencia al incremento en grupos de mayores de 80 años. Se prevé que esta cifra aumente en todo el mundo, produciéndose para el año 2040 más de 500.000 fracturas agudas de cadera al año.
El tratamiento recomendado, y mayoritario, para este tipo de fracturas es quirúrgico, demostrando mejores resultados que el conservador en todos los sentidos –encamamientos prolongados, persistencia del dolor, estancia hospitalaria, consumo de recursos y mortalidad intrahospitalaria–. Con respecto al seguimiento al alta, el Registro Nacional de Fractura de Cadera establece un protocolo con una recogida de datos al mes del alta hospitalaria, momento en el que se pierde la pista al paciente.
En cambio, dadas las características sociodemográficas de estas personas, en concreto en zonas de despoblación y aislamiento social, llevar a cabo un control de la evolución tanto a nivel de parámetros clínicos objetivos como de experiencia de paciente durante el año después del alta hospitalaria, es «fundamental» para garantizar no solo la supervivencia sino también la calidad de vida y la reincorporación a la normalidad de la vida del paciente en su entorno. «En los tres primeros meses después de la cirugía, los pacientes de mayor edad tienen un riesgo ocho veces mayor de morir por una fractura de cadera en comparación con las personas que no la han sufrido, continuando el riesgo de muerte aún en los primeros diez años».
Investigadores de la Fundación San Juan de Dios han desarrollado una aplicación que permite el seguimiento de los pacientes intervenidos de fractura de cadera desde el momento de ingreso en el hospital hasta un año después del alta hospitalaria. «El objetivo de esta tecnología es medir el impacto de esta intervención en la vida de los pacientes en su entorno real a través del seguimiento de variables objetivas relacionadas con la fragilidad para reducir el número de ingresos, complicaciones quirúrgicas y mortalidad asociada a la cirugía», señala Elena García García, directora de investigación de la Fundación San Juan de Dios y miembro del grupo IdiHealth (Innovación, diseño e impacto en salud).
Para ello, la aplicación dispone de un perfil para el médico y otro para el paciente. Los datos son introducidos por los especialistas en la herramienta, y los datos de seguimiento, a partir del momento del alta, son registrados por el paciente o cuidador principal. En este caso, no solo se recogen datos propios del registro médico, sino que también se anota información de resultados reportados por el paciente y resultados de la percepción de su experiencia y la de sus cuidadores.
Además, este sistema ofrece la posibilidad de diseñar y enviar a los pacientes diferentes activos de interés, desarrollados por profesionales sanitarios, en lenguaje sencillo, con información y recomendaciones relacionadas con la recuperación específica de la cirugía de fractura de cadera.
Este contenido se adapta para el envío personalizado a los pacientes de una forma regular a través de la aplicación, como, por ejemplo, información sobre los aspectos más importantes en relación con los síntomas, diagnóstico, evolución, tratamientos y estilos de vida saludables, dándose respuesta a las preguntas más frecuentes de los pacientes y permitiendo a estos recibir recordatorios relativos a sus cuidados (ejercicios recomendados, precauciones a tomar en determinadas circunstancias, alertas farmacológicas, etcétera), «fundamental» en una condición donde el impacto social es muy relevante.
«Si los valores recogidos están fuera del rango de seguridad, la herramienta enviará una señal de alerta al especialista que podrá intervenir de manera temprana. La aplicación recogerá datos al 1º, 3º, 6º mes y al año, que se combinan con los introducidos en las visitas presenciales programadas con el especialista a las seis semanas, cuatro meses y al año», puntualiza Pedro Chana Valero, miembro del grupo IdiHealth y Co-IP del proyecto.
¿Cómo funciona? Una vez que el paciente ingresa en el hospital, y accede a la participación del proyecto, se genera en la aplicación un acceso individualizado. Esta interfaz web permite, por un lado, el acceso por parte del personal sanitario del hospital a los datos individuales de cada enfermo, garantizando un seguimiento de su evolución.
De igual forma, presenta un acceso personalizado para cada paciente, mediante un código QR individualizado que le posibilitará consultar el seguimiento, introducir datos relacionados con resultados reportados por la persona (escalas de funcionalidad, identificación de eventos adversos, etc.) y de la percepción de la experiencia del paciente en su entorno real, y acceder a los contenidos relativos a sus cuidados, como vídeos de rehabilitación funcional de la cadera adaptados a cada paciente según sus posibilidades.
«Toda esta información puede ser monitorizada por el especialista que realiza el seguimiento, ya que cuenta con un panel de control que le permite identificar si la evolución es adecuada, además de tener acceso a alertas de riesgo generadas por el sistema en base a los datos recogidos y a las reglas clínicas establecidas a tal efecto», informa García García.
Como indica la Organización Mundial de la Salud, esta tecnología, basada en la mHealth, es capaz de conectar a los pacientes con profesionales de la salud, creando una red que permite registrar, almacenar y analizar datos de salud obtenidos del entorno real del paciente. «Este proyecto tiene como objetivo integrar los datos de experiencia del paciente en su entorno diario, fuera del contexto hospitalario, con datos objetivos como la fuerza y el análisis ecográfico, entre otros, con el fin de poder predecir la evolución de los pacientes, pudiendo identificar cuando algo no va como debería».
Se estima un uso de 150 pacientes como beneficiarios directos al año y unos 300 indirectos teniendo en cuenta a cuidadores y familiares, además de la utilización por parte de los profesionales sanitarios que manejan estos enfermos en el Hospital de San Juan de Dios de León. Es verdad que se está desarrollando en este centro, si bien, tal y como avanza, la idea es seguir sumando nuevos centros con el tiempo.
De cara al futuro, comentan que trabajan con un proceso iterativo que, en base a la experiencia, van mejorando el producto hasta lograr la máxima adherencia entre pacientes y profesionales, con la meta de disponer de un producto escalable que se pueda implantar en otros centros y a futuro en otras patologías, siendo la experiencia del paciente su principal valor.
Este equipo también está trabajando en el desarrollo de productos de bajo coste, bajo el paradigma de la innovación frugal, que permitan monitorizar al paciente en su entorno y vida diaria, mejorando la captación de datos objetivos sin ser intrusivos en su vida. Es el caso de una muleta inteligente, con sensores de fuerza y velocidad de la marcha. «Este tipo de dispositivos permitirán integrarse con la aplicación, mejorando los algoritmos predictivos y por tanto los resultados para los pacientes», concluye Chana Valero.