Diario de Valladolid

MEJOR PROYECTO DE SEGOVIA

El analista de las tripas de la Tierra

Daniel Pastor es especialista en reconstruir los movimientos de las placas tectónicas de hace 320 millones de años / En la actualidad se encuentra en busca de oportunidades laborales para seguir explorando los recursos naturales y entender el clima

El segoviano Daniel Pastor en el monumento natural del Cerro del Hierro en el parque natural de la sierra norte de Sevilla.-EL MUNDO

El segoviano Daniel Pastor en el monumento natural del Cerro del Hierro en el parque natural de la sierra norte de Sevilla.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Las placas tectónicas son las encargadas de modelar la estructura y el comportamiento de la Tierra. Las cordilleras, los volcanes, los cañones, los terremotos, incluso el aire que respiramos se producen por el baile de piezas gigantes que se deslizan encima de roca caliente, flexible y débil. Adentrarse en sus tripas es una tarea complicada pero fundamental para conocer los porqués de muchos sucesos que tienen lugar cuando la naturaleza muestra el potencial que guarda en sus entrañas.

Es probable que los encontronazos casuales y los choques de las montañas hayan aportado los ingredientes necesarios en instantes de creatividad biológica. Momentos que marcan un antes y un después, ya que dan lugar a una evolución clave. Y es que los movimientos tectónicos son importantes para bajar la temperatura al planeta. Sin embargo, la labor no se puede quedar ahí. Conocer los detalles que se esconden en cada rincón ayudará a anticiparse a las catástrofes.

El segoviano Daniel Pastor sabe lo que es relacionarse con bloques de hace más de 320 millones de años. Un feedback que le ha convertido en ganador del premio INNOVADORES al mejor proyecto de Segovia. Es geólogo y reconstruye los movimientos de las placas tectónicas en el pasado remoto. Para ello, se rodea de muchas técnicas distintas geológicas, geofísicas y geoquímicas, ya que, como asegura, es un científico «integrador» más que especialista.

Ahora está desempleado pero hasta septiembre trabajó para ir más allá. Lo seguirá haciendo si encuentra una oportunidad laboral acorde con sus estudios. Los argumentos sobran. Pastor tiene claro que las reconstrucciones sirven para la exploración de los recursos naturales, puesto que si se conoce dónde estaban los continentes y cómo interactuaban entre ellos, se puede predecir dónde se hallarán recursos que no son accesibles en superficie. Además, sostiene, son «útiles» para conocer el clima y la distribución de la vida en el pasado.

El planeta está formado por varias capas que lo envuelven como una cebolla. «La atmósfera es esa capa de gas que se extiende desde la superficie rocosa hasta unos 10.000 kilómetros de altura. Desde la superficie rocosa hasta unos 200 kilómetros de profundidad se extiende una capa que se llama litosfera, que está dividida en una serie de placas tectónicas que interaccionan entre ellas, a veces separándose como África y América, otras deslizándose una respecto a la otra, como California y Norteamérica y otras veces chocándose, como India y Asia», explica el geólogo segoviano.

Antes de embarcarse en este análisis en el país del Sol Naciente, estudió por qué algunas cadenas como los Andes o Cárpatos, están totalmente curvadas y cuáles son las causas de esa ondulación. De hecho, la tesis doctoral de Pastor versó sobre los orígenes e implicaciones de la curvatura que hoy en día se puede observar en Asturias, Galicia y León. Durante ese tiempo realizó una estancia en la Universidad de Utrecht donde profundizó en el arqueamiento del Cáucaso Menor y de los montes Talysh y Alborz, además de zambullirse en su última línea de investigación.

Daniel Pastor tiene debilidad por la tierra. Se enamoró de ella gracias a Parque Jurásico. Los dinosaurios eran su pasión. Tanto era así que sus padres le compraron una colección por fascículos de estos animales que aparecieron en el período Triásico. Tras licenciarse en la Universidad de Salamanca, decidió hacer un doctorado. En ese tiempo aprovechó para realizar dos estancias breves en Alemania y Canadá. Cuando logró el birrete, se trasladó a la Universidad de Utrecht, donde obtuvo un contrato postdoctoral. Allí pasó tres años y medio. Al terminar consiguió una beca de la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia (JSP) y se marchó a la Universidad de Tohoku, emplazada en la ciudad de Sendái.

Ahora su futuro es incierto. Busca trabajo. Ya tiene una oferta en el bolsillo: regresar a Japón pero está esperando otras posibles para cotejar cuáles son mejores. De no recibir ninguna regresará al extremo oriente. Recibir este galardón ha sido «una sorpresa muy grata e inesperada» que espera que le ayude a abrir las puertas correctas del mercado laboral.

Preguntado por la situación de la investigación y la innovación en Castilla y León, comenta que hay «mucho talento», sin embargo, «pocas oportunidades». «Hay varias universidades y centros punteros, si bien la financiación es escasa comparada con países del entorno, como Portugal o Francia», apunta para, a continuación, añadir que «la culpa» no es sólo de la Junta sino también del Gobierno de España. En este sentido, tampoco critica a partidos de un signo u otro porque, en su opinión, la financiación «ha sido inestable con unos y otros».

Para Daniel Pastor, las administraciones públicas «no hacen lo suficiente» para que la Comunidad sea puntera. «Sin estabilidad los grupos de investigación pierden su potencial». Prueba de ello es que la investigación científica ocupa posiciones de cola. «Fue la primera en recortarse, y si no cambia nada, será la última en recuperarse», zanja.

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